Boff: Con Trump nos esperan tiempos dramáticos

No tengo facultades de adivinación o de augurio, pero siempre me he preguntado qué proyecto se oculta detrás de las políticas visibles de un jefe de estado. Así, el día 28/6/2018 escribí un texto sobre Trump (gobernó de 2017-2021) y los tiempos dramáticos que podríamos esperar. Ahora con su reelección me doy cuenta de que si lo que escribí entonces era dramático, ahora se ha vuelto trágico para toda la humanidad.

Estamos todos bajo varias amenazas: la nuclear, la escasez de agua potable en vastas regiones del mundo, el calentamiento global creciente, las dramáticas consecuencias de la sobrecarga de los bienes y servicios naturales indispensables para la vida (Earth Overshoot Day).

A estas amenazas se añade otra no menos peligrosa, ya señalada por varios analistas mundiales como los premios Nobel Paul Krugman y Joseph Stiglizt y reforzadas ahora en 2025 por Noam Chomsky y Jeffrey Sachs. Nadie sabe en qué va a parar la guerra comercial entre USA y China. Según Noam Chomsky normalmente culmina en una guerra real que ahora sería letal y final.

Recientemente un economista ítalo-argentino, Roberto Savio, cofundador y director general del Inter Press Service (IPS), ahora emérito, escribió un artículo que nos debe hacer pensar, con el título: Trump vino para quedarse y cambiar el mundo (ALAI-América Latina en Movimiento del 20 de junio de 2018). Efectivamente ha puesto el mundo patas arriba. Savio afirma que Trump no es la causa del nuevo desorden mundial. Es más bien un síntoma. El síntoma de los tiempos en que los valores civilizatorios que daban cohesión a un pueblo y a las relaciones internacionales han sido simplemente anulados. Lo que cuenta es el voluntarismo narcisista de un poderoso jefe de Estado, Trump, que en el lugar de estos valores colocó, pura y simplemente, el dinero y los negocios. Son éstos los que definitivamente cuentan. Lo demás son cosas irrelevantes para el dominio del mundo.

America first debe ser interpretado como sólo América y sus intereses mundiales cuentan. En nombre de este propósito, ya preanunciado en su campaña, Trump ha roto tratados comerciales con viejos aliados europeos, la Alianza del Transpacífico, y ha abierto una arriesgada guerra comercial con su mayor rival, China, imponiendo aranceles de importación a productos que suman miles de millones de dólares, además de cobrar impuestos sobre el acero y otros productos a otros países como Brasil.

Es propio de figuras autoritarias y narcisistas hacer de menos a las legislaciones. Cuando les conviene pasan por encima de ellas, sin dar mayores razones. Para Trump vale más la invención de «una verdad» que la verdad factual misma. Las fakenews son un recurso presente en sus twitters. Según Fact Checker, desde que asumió la presidencia, ha dicho unas 3.000 mentiras. La verdad y la mentira valen para él en la medida que respaldan sus intereses. Curiosamente en 2024 ganó los principales pleitos, y tiene la aprobación de parte de la opinión pública del Partido Republicano.

No tolera críticas, y se ha rodeado de asesores serviles que le dicen «sí» a todo, bajo riesgo de ser despedidos sumariamente. Y de la persona más rica del mundo, Elon Musk, de las más arrogantes y vacías de pensamiento y de sentimiento.

Reelegido, su estilo de gobierno y la negación de toda ética pueden tornarse irreversibles. No olvidemos que Hitler y Mussolini también fueron elegidos y crearon sus mentiras, vendidas como «verdades» a todo un pueblo. Frente a un mundo marcado por la xenofobia, por la exclusión de miles y miles de inmigrantes y refugiados, por la afirmación exacerbada de los valores nacionales en desprecio de los valores de los otros.

Tales actitudes, transformadas en políticas oficiales, pueden ser fuente de graves conflictos, cuyo «crescendo» puede incluso amenazar a la especie humana. Cerca de 1300 psicoanalistas y psiquiatras norteamericanos han denunciado desvíos psicológicos graves en la personalidad de Trump.

Cómo será el destino de la humanidad en manos de un narcisista de este tipo, cuyo paralelo sólo se encuentra en Nerón, que se divertía presenciando el incendio de Roma, con la diferencia de que ahora no se trata de un incendio cualquiera, sino del incendio de toda la Casa Común. Como es imprevisible y en cualquier momento puede cambiar de posición, nos preguntamos, entre asustados y horrorizados, cuáles serán sus próximos pasos.

Que Dios, que se anunció como “el apasionado amante de la vida” (Sabiduría 11,26) nos libre de las tragedias que pueden ocurrir, dada la irracionalidad de alguien que anuncia “un solo mundo y un solo imperio y América en primer lugar” (el imperio norteamericano).

*Leonardo Boff es teólogo filósofo y escritor, y ha escrito  Salvar la Tierra-proteger la vida: cómo escapar del fin del mundo, Record, RJ 2010.

Traducción de Mª José Gavito Milano

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