Por Ernesto Camou Healy
Me gustó el formato y la conducción; hubo más interacción entre candidatos, con los moderadores y, un poquito más, con una sección del público.
No me gustó que se puedan afirmar falsedades y calumnias sin que haya tiempo real para rectificar adecuadamente.
El desempeño de los candidatos no fue demasiado brillante, ni espectacular, van mis observaciones puntuales:
El Bronco pareció menos rústico, menos bufón, y más comedido sin llegar a convencer…
López Obrador de nuevo cauteloso, iba a no perder, tuvo algunas buenas propuestas como que la mejor política exterior es la interna, con un mercado más dinámico, con mejores salarios y nivel de vida para todos; proteger a los emigrados con los consulados mexicanos en EUA haciendo funciones de procuraduría de los derechos de los convencionales que allá residen. Estuvo a punto de perder el control con las puyas y calumnias de Anaya…
Meade, gris y como precavido: tuvo una intervención que ya lo definió en mi opinion, cuando acusó a AMLO y Morena de postular a “una secuestradora”, Nestora Salgado… que fue elegida comandante de seguridad de su municipio para que luchara en contra de los delincuentes y malos elementos, y fue apresada por el ejército y sujeta a juicio por secuestro para impedirle su labor en contra de narcos y autoridades corruptas. Estuvo en prisión y fue absuelta: fue presa política. Meade mintió y difamó a Nestora: muy poca calidad humana y cero de ética…
Anaya por su parte se mostró preparado y agresivo. Le lanzó puyas a Andrés Manuel con el objetivo de hacerle perder el control y casi lo logra. Hábil para manipular cifras, decir medias verdades y torcer datos para apoyar sus dichos; no parece tener muchos escrúpulos para atropellar la ética y al rival, y engañar al auditorio. Sin embargo, a mi parecer, su máscara con sonrisa perene lo muestra fingido y me provoca desconfianza…