Una sirena en este lado de la racionalidad

Por Jesús Chávez Marín

—[Junio 2017]–El nuevo libro de cuentos de Margarita Etchechury es un Poetazo, ese género editorial que se inició en Chihuahua en los años noventas y ahora es un formato clásico nacional, gracias al trabajo de Rafael Cárdenas que anda por la república difundiendo la literatura de esta manera breve y densa, lo mismo de los que recién se inician en el arte de la literatura, como de escritores que tienen una brillante trayectoria, como es el caso de la autora de Canto de sirenas.

La estructura del volumen está dividida en tres partes claramente diferenciadas por el tipo de texto que las componen. En la primera, que se llama “De cristal”, el dolor por la profunda y centenaria injusticia hacia los marginados de la tierra se hace tiempo y personajes en cuentos que provocan compasión; horroriza la crudeza de lo que se sucede en los linderos de la demencia social, como en el relato donde un comando de civiles armados se dedica a asesinar inmigrantes, como deporte y como despiadada ecología.

En la segunda parte llamada “Alazanas” es otra la sociología, más de vida cotidiana y con un aire que restablece el espíritu. Y la tercera parte, llamada “Canto de sirenas”, igual que el volumen completo, contiene ese tipo de cuentos breves que se construyen con ingenio y con  una redacción  pulida como poema, donde cada palabra es medida en su significado y sonoridad.

El discurso narrativo es un arte de reflexión, una búsqueda de la verdad y el equilibrio. Esta reflexión implica un diálogo hacia los lectores que participan aceptando desde la primera línea un pacto, una suspensión de la realidad y de la información, para hallar otras verdades y otros conceptos que no se hubieran podido conseguir con el juego de los silogismos, de la causa y efecto.

El estilo literario de Margarita Etchechury se ha construido en el pulimiento de este tipo de reflexión. Su mente clara y sensata, formada con los elementos de la lógica y el buen sentido de la existencia, se ve amplificada por un magnífico temperamento de artista, espíritu de poeta, de tal manera que en ella la estética es con toda naturalidad una ética y una forma de conocimiento.

Como algunas formas de aplicar esta afirmación, tomemos el cuento que se titula “La fortuna de Clemencia” El relato es una metáfora cruel de la extrema miseria en la que vive el personaje, tan típico de tantas mujeres solas que crían a sus hijos con esfuerzo y angustia, “con arrullos de miseria y chispas de soledad”. El horror de saber que hubo otros hijos que ya se fueron, a la ausencia o a la muerte, y cuyos “restos ayudaron a elevar el piso del cuarto”. La acción es estremecedora, en los linderos de la demencia. Aquí la autora no procura críticas ni frases de condena, se concreta a contar con sobriedad el horror absoluto de la miseria, el mal que la injusticia social produce.

En el cuento “Hambre canija” hay varias persecuciones a balazos y el rumor que circula de lo que está pasando es sobrecogedor: “A últimas fechas, según la versión del compadre, han aparecido varios hombres armados que quieren acabar con la población ‘inútil’ del país”. Tal vez la autora compuso este cuento con aquellas noticias de los años ochentas de que en los cinturones de miseria de varias ciudades brasileñas se asesinaban niños pobres como una forma brutal de acabar con la miseria, matándolos. En las sociedades tan injustas que se han formado en las décadas recientes, este cuento tan terrorífico no anda tan lejano de la realidad, en muchas noticias similares.

En otro tipo de atmósfera, el cuento que se titula “Choque cultural” cuenta una historia de amor que es tradicional en la literatura española, y que tiene como novela ejemplar Pepita Jiménez, de Juan Valera: el perfecto seminarista que se enamora de la joven mujer y abandona su carrera hacia el sacerdocio. La brillante capacidad de síntesis y la exacta redacción de Margarita Etchechury consiguen en dos páginas un relato perfecto y gracioso, donde nada falta de la leyenda clásica y tiene el agregado de su modernidad.

Rinde mucho este libro de cuentos, parece que lo va uno a leer en quince minutos, y sin embargo su efecto amplificador y a su ritmo a la vez vertiginoso y sosegado hacen que el lector quede profundamente cambiado en su percepción de ciertas realidades que suceden en este viaje narrativo.

Etchéchury, Margarita: Canto de sirenas. Onomatopeya Ediciones, México, 2017.

Junio 2017

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