Por Alejandro Salmón A. | Ahoramismo
Hasta hace relativamente poco, la sociedad mexicana y, en general, las autoridades del país reconocieron la importante presencia de la cultura afrodescendiente y la identidad de las personas cuyo origen étnico proviene del continente africano.
Sin embargo, la presencia de ese grupo étnico, la herencia cultural que han dejado en el país a lo largo de más de 500 años y su densidad de población, ya reconocida por las autoridades en la materia, hacen que se voltee a ver a esas comunidades con más atención y, por supuesto, con más respeto.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) la población afromexicana es el tercer grupo étnico más grande del país, solo menor en cantidad a las personas mestizas y las que provienen de pueblos originarios o indígenas.
El componente africano en la cultura mexicana es tan variado como extendido, y va desde la música hasta la gastronomía, pasando por la incorporación de vocablos que se remontan a regiones del llamado “Continente Negro”.
Pero no es ese el único dato llamativo que recogió el INEGI en su Censo de Población y Vivienda 2020 acerca de esa rama étnica del país.
En primer término, se registró un notable incremento de personas que se autodefinen como afrodescendientes o afroindígenas.
En segundo, se pudo constatar que la población de origen africana está extendida por casi todo el territorio mexicano y no solo en las entidades de las costas del sureste mexicano, como solía suponerse en años anteriores.
Y en tercero, que las y los que se definen como afrodescendientes le “sacan ventaja” académica a los mestizos e indígenas.
· Extendidos por todo el país
En el documento del INEGI publicado a propósito del Día Internacional de las Personas Afrodescendientes, que se celebrará en todo el mundo el 31 de agosto próximo, indica que hay, aproximadamente 3.1 millones de personas mexicanas que se reconocen como afrodescendientes.
De éstas, el 51.0 % correspondió a mujeres y 49.0 %, a hombres.
Las entidades federativas con mayor porcentaje de población afrodescendiente fueron: Guerrero (9.5 %), Morelos (4.9 %), Colima (3.9 %) y Quintana Roo (3.9 %).
En casi todas las entidades del país, hay al menos un 1% de población que tiene ese origen.
Otro dato relevante es que, de 63 de cada 100 personas de 15 años y más, autorreconocidas como afrodescendientes, también se identificaron como indígenas.
Agrega el INEGI que, de los 38.9 millones de hogares que tiene contabilizados en el país, un millón 42 mil 716 (2.7 %) tenía una jefa o jefe afrodescendiente y, de éstos, el 66.2 % tenía jefatura masculina y 33.8 %, femenina.
· Afromexican@s, los más “aplicados”
En materia de escolaridad, la población cuyos orígenes están en África tienen mejores números que mostrar respecto a otros grupos étnicos del país.
Por ejemplo, el promedio de alfabetización de ellos. Entre las personas mayores de 15 años, es del 97% podía al menos tomar nota de un recado, mientras que entre los “blancos”, el promedio era del 96% y entre indígenas, el 94%.
En tanto, el 86.1 % de la población del país situada entre los 3 a los 17 años asistía a la escuela, mientras que entre las y los afrodescendientes, el promedio fue de 87.1.
En el mismo tema de la escolaridad, el grupo afromexicano también superó al resto en nivel educativo.
De acuerdo con el INEGI, a nivel nacional, el grado promedio de escolaridad para la población afrodescendiente fue de 10.9 años, mientras que la media nacional fue de 10 años.
No solo eso, sino que el 31.3 % de las personas de 15 años o más tenía al menos un grado de nivel superior, mientras que para los mestizos fue del 23.6%.
En tanto, otro 26.2 %, al menos un grado de nivel medio superior, contra un 24.4% de los no afrodescendientes. Además, el 24.3 %, al menos un grado de secundaria.
· Una larga, muy larga historia
Foto: México Desconocido
Las versiones históricas sobre la llegada de descendientes de familias africanas a México son muy variadas, aunque casi todas apuntan a que llevan en este país entre 400 y 500 años.
A continuación, algunos de los sucesos históricos más referidos en los estudios sobre la presencia de África en México.
· Uno de los primeros afrodescendientes en llegar a la parte del continente que hoy es México es Juan Garrido, quien formaba parte de las tropas de Hernán Cortés, que arribaron en 1519.
Las versiones históricas referentes a ese personaje indican que fue el primero en sembrar trigo en la Nueva España y, por consiguiente, en el Continente Americano.
· A finales de ese siglo XVI, en 1590, el esclavo africano Gaspar Yanga emprendió una arrolladora rebelión de trabajadores esclavizados en las haciendas azucareras de Córdoba, Veracruz.
El alcance de aquel levantamiento fue tal, que 10 años después, en 1609 Empiezan negociaciones con el gobierno del virreinato de la Nueva España.
Los “alzados” africanos lograron que, en el año de 1631, el virreinato les concediera el establecimiento de San Lorenzo de los Negros de Cerralvo, hoy Yanga, Veracruz, uno de los primeros pueblos de esclavizados libres de América.
· A principios del siglo XVII, los africanos y afrodescendientes ocupaban el segundo lugar en número de población, después de los indígenas.
· En otro punto del país, en lo que hoy es el estado de Chihuahua, se llevó a cabo la inscripción ante el Registro de la Propiedad de la compra-venta de un esclavo negro.
El objeto de la venta, de nombre Pedro, tenía aproximadamente 30 años de edad, quien costó 250 reales de la época.
El dueño era Antonio de Villalba y el comprador, Eugenio Ramírez Calderón, quien aparece en la lista de los fundadores de la ciudad de Chihuahua e, incluso, una importante calle de la capital de ese estado lleva su nombre.
· A raíz del levantamiento de 1735, se fundó el pueblo Nuestra Señora de Guadalupe de los Morenos de Amapa.
· 1776, el rey Carlos III de España emite un mandato mediante el cual se sanciona la Real Pragmática sobre contraer matrimonios que pone obstáculos a matrimonios “desiguales”, en especial con personas de origen africano.
· En 1810, inicia el movimiento insurgente que buscaba la independencia de México, en el cual se contó con la participación de personajes de esa ascendencia que luego serían determinantes para la construcción e la nación mexicana.
· Mexicoafricanos ilustres
La lista de personas que han logrado destacar en las diversas actividades de la sociedad mexicana es larga y muy ilustre, pero vale la pena destacar la participación de dos descendientes de africanos en la construcción del México de hoy.
Se trata del cura José María Morelos y Pavón, quien, en 1811, asumió el liderazgo de la rebelión que buscaba la independencia de México de la corona española.
Aunque su acta de nacimiento dice que era hijo de españoles, existen referencias que apuntan hacia su origen africano.
Su acción militar más famosa, el Sitio de Cuautla, ciudad ubicada en lo que hoy es el estado de Morelos, nombrado así en su honor.
El llamado “Siervo de la Nación” convocó al Congreso de Anáhuac, el primer cuerpo legislativo de la historia mexicana, durante septiembre y noviembre de 1813. donde Morelos presentó los Sentimientos de la Nación.
Aunque ha sido discutida su raíz africana, el libro “Historia gráfica de México” (Patria-INAH, 1988), menciona que, en el juicio que se le siguió a Morelos, se contemplaba deportarlo a África, en caso de que no se le condenara a muerte, lo cual finalmente sucedió.[i]
Años después, México tuvo su primer presidente afrodescendiente, en 1828, en la persona de Vicente Guerrero.
Aquí vale destacar que los Estados Unidos de América, por ejemplo, tuvieron su primer afroamericano en la posición de presidente hasta 2009, 181 años después de que México lo hiciera.
· A cantar, a bailar y a “chambear”
La incorporación de las comunidades africanas a lo que era entonces la Nueva España agregó una complejidad sociedad que detonó no solo el encuentro e intercambio cultural entre indígenas y africanos, y españoles y africanos, sino también el mestizaje.
Por desgracia, junto con ese fenómeno llegaron las medidas discriminatorias con motivo del origen racial.
Durante el virreinato, se estableció el sistema llamado “de castas”, que creaba una especie de tabulador de categoría descendente basadas en el fenotipo y origen racial paterno y materno, es así que se dieron pie a denominaciones como “moriscos”, “lobos”, “pardos”, “mulatos”, “zambos” y “negros”.[ii]
Esto, sin embargo, no logró evitar la penetración de la cultura africana en la naciente sociedad novohispana.
Al virreinato llegaron miles de hombres y mujeres bantúes del centro de África, mandingos y wolofs del área occidental de ese continente, según fuentes de la Universidad Nacional Autónoma de México, la UNAM.[iii]
Las raíces culturales africanas no solo sobrevivieron, sino permanecieron hasta la actual sociedad mexicana.
La herencia cultural incluye desde los bailes africanos, la música y algunos el vestido, pero también, la incorporación de vocablos al idioma mexico-español actual, como “la bamba”, el nombre de varias ciudades del Congo.
Así también la palabra “cafre”, que se usa para referir a un automovilista irresponsable, procede de Tanzania, mientras que la muy popular “chamba”, que ha derivado en el verbo “chambear”, es una palabra que proviene de un pueblo de Burkina Faso.
“Somos más negros de lo que pensamos, la cultura africana en México tiene sus raíces tan profundas y vivas que son palpables todavía y lo seguirá siendo por muchísimos años más”, dice el Gobierno de la República a través de un comunicado de la Secretaría de Cultura.
Hoy, 31 de agosto, celebramos el día de los afrodescendientes.
Es sábado, así que, para muchos, no es día de “ponerle a la chamba”, pero sí de ver a muchos manejar como “cafres” o, enfiestados en pleno fin de semana, cantar y bailar “La bamba”.
[i] https://oncenoticias.digital/
[ii] https://www.gob.mx/cultura/
[iii] http://pueaa.unam.mx/blog/