Este año no sólo se exigió justicia al pasar un año más del homicidio de Ernesto Rábago, abogado defensor de Baqueachi, sino que se encendieron las alarmas en la comunidad por una nueva invasión de su territorio.
Por Jaime Armendáriz / Raíchali | Fotografías Josselyn Enriquez
Chihuahua.- Apenas pasó un año de haber recuperado una parte importante de su territorio y la comunidad rarámuri de Baqueachi, en el municipio de Carichí, mantiene encendidas las alarmas por una nueva invasión de la tierra, a manos de ganaderos mestizos con quien ha tenido desencuentros por más de 2 décadas.
Estela Ángeles Mondragón, directora de la asociación civil Bowerasa y defensora del territorio, hizo esta denuncia pública durante una marcha realizada este viernes 01 de marzo en la ciudad de Chihuahua, en la cual se conmemoró el 14 aniversario luctuoso de su esposo, el abogado Ernesto Rábago, asesinado en 2010 y con quien inició la lucha por la tierra de esa comunidad.
En diciembre del 2022 habían logrado la posesión de una parte de sus tierras tras litigios por de más de 25 años en contra de ganaderos del municipio de Nonoava, contiguo a Carichí, en la zona centro sur del estado, pero durante el 2023 estos últimos cercaron algunas partes de una área conocida como rancho El Pino y tienen alrededor de 60 cabezas de ganado pastando ahí.
“Los vamos a sacar porque estamos convencidos de que así se hará con la ley en la mano, porque la justicia nos asiste”, puntualizó la abogada Estela Ángeles.
Ante esa situación, la comunidad se reunió en asamblea la semana pasada y aprobaron iniciar un nuevo litigio para defenderse, que estará a cargo de Bowerasa, asociación que los ha acompañado en todos estos años de conflicto.
“Los ganaderos se metieron el año pasado. Platicamos con ellos primero para salirse por la buena y no denunciarlos, pero metieron más ganado”, relató Estela.
En el intento de mediación con los ganaderos de Nonoava se trabajó desde la Fiscalía General del Estado. Ahí se obtuvo una negativa por parte de ellos, y ahora será momento de llevar el caso al Tribunal Unitario Agrario del Distrito 05.
En éste se llevó durante 25 años el litigio que les dio el reconocimiento del territorio.
“Ahí saben de la historia y de la lucha de Baqueachi. No nos vamos a cansar. Seguiremos luchando por la defensa del territorio. En algún lugar de este mundo queremos que la voz de nuestro pueblo indio sea escuchado, no importa cuán pequeño sea el grupo, todos tienen derecho a ser quienes son”, dijo la abogada y activista.
El conflicto de Baqueachi se remonta a 1928, cuando por decreto presidencial se estableció como ejido toda esa zona y se despojó a varios de los rarámuri de sus espacios. A finales de la década de los 90’s se iniciaron litigios formales para obtener el reconocimiento del territorio. En 2015 ganaron el juicio en contra de personas del municipio de Nonoava que habían acaparado la tierra, sin embargo tardaron 7 años para poder posesionarse de ese espacio.
Un año más en la impunidad, y un año más que no reciben atención
El abogado Ernesto Rábago y su esposa Estela Ángeles apoyaron a la comunidad de Baqueachi para defender su territorio, una lucha que le costó la vida a Rábago el 01 de marzo del 2010, al ser asesinado en el despacho de Bowerasa, a unas cuadras del Palacio de Gobierno en Chihuahua capital.
Desde entonces, la comunidad y su esposa han exigido justicia, sin conseguirlo.
Este viernes volvieron a las calles integrantes, no sólo de Baqueachi, sino de Chineachi y Bacuseachi, todas del municipio de Carichí, para externar el dolor por la falta de una investigación seria por el homicidio de uno de sus defensores.
Para ello realizaron una marcha desde el templo Sagrado Corazón, en la avenida Ocampo y 20 de Noviembre, hasta el Palacio de Gobierno, un recorrido de poco más de 2 kilómetros que incluyó una parada intermedia en las instalaciones de Fiscalía General del Estado, en donde gritaron varias consignas de justicia, sin ser atendidos, misma suerte que corrieron afuera de la sede del Poder Ejecutivo.
“Sabemos que de Palacio ni de la Fiscalía van a salir. Nunca han salido pero tampoco han hecho justicia”, condenó Estela Ángeles Mondragón.
A la marcha de la comunidad se sumaron integrantes de organizaciones como el Centro de Derechos Humanos para las Mujeres (Cedehm) y del Comité de Solidaridad y Defensa de Derechos Humanos (Cosyddhac).
Antes de iniciar la caminata, realizaron una ceremonia religiosa en el Sagrado Corazón, encabezada por el sacerdote jesuita Javier “El Pato” Ávila, quien lanzó el llamado a no dejarse vencer por la desesperanza.
Ya frente al Palacio de Gobierno, la comunidad realizó una ceremonia de curación con medicamentos tradicionales como maguey, palo colorado y palo amarillo, una forma de singificar la unidad entre la fuerza de la naturaleza con la humanidad.
También recordaron a la periodista Miroslava Breach Velducea, corresponsal de La Jornada asesinada el 23 de marzo del 2017 afuera de su casa en Chihuahua, Chihuahua. Ella estuvo de cerca con la comunidad luego del homicidio de Ernesto Rábago y realizó varias publicaciones sobre el caso. “Ella nos acompañó en la lucha por la defensa del territorio, una lucha que no ha terminado”, sentenció Estela.