Ortiz-Pinchetti: “Agravio a la Corte”

Por Francisco Ortiz Pinchetti

No puede ser. Uno habría pensado que ya habíamos visto y oído suficiente, que ya no era posible mayor atrocidad.  La designación presidencial de Lenia Batres Guadarrama como ministra de la Suprema Corte de la Nación, sin embargo, supera todo lo imaginable: es el colmo de la incondicionalidad, la abyección, la mediocridad. Es también  la estatura exacta de Andrés Manuel.

No puede ser que alguien que carece del bagaje, la experiencia y la capacidad para asumir una encomienda así, llegue por la vía del dedazo luego de la incapacidad inducida por el propio Mandatario de la mayoría oficialista en la Cámara de Senadores para construir la mayoría necesaria para elegir a la sustituta del Arturo Saldívar Lelo de Larrea, que renunció para entregarse en brazos de su verdadero patrón.

No puede ser. La designación de Batres Guadarrama constituye más que una burla, un agravio a la Corte y a la división de Poderes del Estado mexicano. En su comparecencia previa a la votación fallida del miércoles 13 pasado, alabó desmesuradamente a López Obrador, criticó el “dispendio” de recursos en la Corte, ofreció impulsar la reforma del Poder Judicial en los términos expuestos por AMLO, se pronunció a favor de la elección de los magistrados y jueces por votación popular y por la desaparición de los fideicomisos de la propia SCJN. O sea, todas –todas– las posturas de su jefe.

No puede ser. Lenia es actualmente consejera adjunta de Legislación y Estudios Normativos de la Consejería Jurídica de Presidencia. Su currículo  indica que es licenciada en Derecho por la Universidad Humanitas, y que además se especializó en Derecho Penal por la misma institución. Realizó una maestría en Estudios de la Ciudad por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

Ha sido asesora de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, y de la Delegación Tlalpan; directora general de Regulación al Transporte en la secretaria de Transporte y Vialidad, directora general jurídica de la Delegación Cuauhtémoc y diputada federal. Hermana del jefe de Gobierno suplente de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama.

No tiene ningún antecedente de trabajo en el Poder Judicial. No puede ser.

No puede, pero es: López Obrador –primer Presidente de la República que designa directamente a un integrante de la SCJN en 106 años–, nos viene a demostrar con este nombramiento que cualquiera, usted o  yo, puede ser magistrado de la Corte Suprema de la Nación mexicana. Y que por eso es viable elegir por votación popular a los integrantes de ese órgano, que por supuesto no tiene por qué ser autónomo. Debe estar incondicionalmente al servicio del gobierno que representa los intereses del pueblo y que por lo tanto es infalible e intocable.

Lamentábamos la abyección de algunos ministros que solían votar a favor de la línea trazada desde Palacio Nacional. Criticábamos el juego doble del hoy ex presidente de la Corte. Temíamos que el órgano se plegara a los designios del Señor de Macuspana en temas trascendentales. Esto lo supera todo.

Lenia, a quien conocí como correctora de galeras en el semanario  Proceso en los años noventas, tiene estrechos nexos y larga militancia en el lopezobradorismo y en Morena.

Tuvo al menos dos cargos distintos durante la gestión de Andrés Manuel en el gobierno del entonces DF: asesora (2002-2004) y como mencioné antes directora general de Regulación al Transporte de la Secretaría de Transportes y Vialidad (2004-2006).

En enero de 2013 se afilió como fundadora a Morena en su proceso de registro como partido político nacional. Fue luego integrante de su primer Consejo Nacional, delegada en Nuevo León (2013-2014), y formó parte de su Comité Ejecutivo Estatal en la CDMX (2013-2016). De 2008 a 2010 coordinó la Brigada 11 del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, y en 2010 y 2011 encabezó la Brigada Especial del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el Distrito 8 de Tultitlán, Estado de México.

Hoy es ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ponen las crónicas que este jueves, al llegar a rendir protesta, fue calurosamente recibida en el Pleno por los senadores de Morena, “que jubilosos la abrazaban como una de los suyos”. No puede ser. Válgame.

DE LA LIBRE-TA

CIRO: UN AÑO. Se cumple este viernes 15 un año exacto del atentado contra el periodista Ciro Gómez Leyva, a quien dispararon nueve balazos. Luego de que con extraña celeridad la Fiscalía de CDMX a cargo de la controvertida Ernestina Godoy detuvo a 13 presuntos o supuestos implicados, no hubo en ocho meses avance alguno. En septiembre, a petición del propio Ciro, la Fiscalía General de la República atrajo el caso. Pasaron ya tres meses y no ha habido avance alguno, salvo la detención casi accidental de Armando Escárcega alias El patrón en Estados Unidos –acusado de mentir a las autoridades sobre su visa–, considerado el jefe de la pandilla ejecutora. Nadie hasta ahora ha sido procesado por el intento de homicidio. El conductor de radio y televisión, uno de los comunicadores más agredidos por AMLO en sus conferencias matutinas, insiste en que doce meses después no sabe quién lo mandó matar ni por qué. Un año.

@fopinchetti

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