Por Francisco Ortiz Pinchetti
La irrupción inesperada de Xóchitl Gálvez Ruiz en la contienda por la Presidencia de la República no solo trastocó los planes sucesorios en Palacio Nacional, sino que modificaron de golpe el proceso interno de selección del candidato del Frente Amplio por México a la primera magistratura. Digamos que la presencia de la aguerrida Senadora hidalguense entre los aspirantes, y sobre todo las repercusiones inmediatas que ha tenido sobre todo en el ánimo de millones de mexicanos, restaron interés público al ejercicio inédito instrumentado es cierto de manera un tanto apresurada y sobre todo o por lo mismo muy improvisada y cuestionable.
La calidad de fenómeno que adquirió la postulación a la grande de quien se había mantenido como viable candidata a la jefatura de Gobierno de Ciudad de México, hizo que la competencia entre los frentistas se convirtiera casi en una kermes, cuyo resultado estaba ya anunciado.
La publicación el pasado martes de un nuevo sondeo de opinión del diario El Financiero –uno de los más serios y certeros encuestadores del país— acabó de despejar cualquier duda sobre el resultado de ese proceso de selección interno. Y, lo más importante, puso a Xóchitl de lleno, ya, en la contienda presidencial, al revelar que ella está a sólo ocho puntos porcentuales de distancia de la morenista favorita Claudia Sheinbaum Pardo en las preferencias electores hacia 2024 y a 10 puntos de Marcelo Ebrard Casaubón la segunda mejor opción hasta ahora entre las corcholatas lopezobradoristas. Y a menos dos meses apenas de haber ido de madrugada a tocar las puertas de Palacio Nacional y no ser recibida porque ahí el patrón se reserva el derecho de admisión.
Aunque a juzgar por sus reacciones de las últimas semanas es claro que Andrés Manuel ya la veía venir, esos resultados debieron caerle no como un balde de agua fría, sino como un aviso centellante de que su proyecto transexenal se tambalea. Hoy puede afirmarse que la oposición está en posibilidad de ganar el año que entra las elecciones federales. Así de fuerte. Y así de cierto. Obvio que el tabasqueño lo sabe y lo sufre.
Era tan esperado el desenlace, que el informe del Comité Organizador del Frente Amplio sobre la recolección de firmas de adhesión –“simpatías”, les llaman ellos— entre los aspirantes a la candidatura, que el saber que Xóchitl, Santiago Creel Miranda, Enrique de la Madrid y Beatriz Paredes Rangel son los únicos cuatro que pasaron la primera barrera careció de interés. En cambio, sorprendió la reacción de algunos de los eliminados, sobre todo en la medida que ponen en duda la legitimidad del procedimiento.
Aunque muchos incluso partidarios del Frente lo cuestionaron, me parece que el ejercicio fue buena experiencia por la participación de 13 presuntos aspirantes a la nominación, así cuando al menos nueve de ellos no tenían la más remota posibilidad. Creo que era una forma de avalar un procedimiento nunca antes ensayado y de abonar en favor de la tan difícilmente lograda unidad de la oposición y lo más importante, la inédita su alianza de los partidos políticos tradicionales con organismos de la sociedad civil.
Por supuesto que habría tenido más color y sabor, como diría don Porfirio, un agarrón de a de veras entre tan numerosos y diversos personajes, pero el Fenómeno Xóchitl aguadó la contienda, le quitó todo suspenso y la convirtió en un mero trámite, con todo y que el método puede ser muy rescatable para el futuro si se subsanan errores y limitaciones entendibles esta vez por la premura y la inexperiencia.
Oír a un Jorge Luis Preciado Rodríguez (válgame) acusar que el proceso fue “una farsa”, que fue “despojado” mediante una manipulación de las firmas y que por esa razón renuncia como militante del PAN, o al perredista Silvano Aureoles afirmar que no aceptará “chicanadas como esta” y advertir que las anomalías en el procedimiento ponen en riesgo el rumbo de la alianza opositora, provoca risa, por supuesto; pero también causa congoja y hasta sospechas…
Mucho más sensata, en todo caso, es la posición de Miguel Ángel Mancera, cuyas posibilidades eran igualmente nulas, en el sentido de pedir –está en su derecho– una aclaración al Frente Amplio por México por supuestas firmas de otras fuerzas políticas en su registro como aspirante presidencial rumbo a las elecciones 2024.
No así la de su partido, el PRD, de plantear –amenazar, diría yo– que “pausará” su participación en el Comité Organizador del Frente Amplio por México luego de que sus dos aspirantes, Mancera y Aureoles, no fueran calificados a la siguiente etapa del proceso interno. Sus dirigentes exigen una explicación sobre las razones por las que ambos perredistas fueron excluidos del proceso de selección del candidato para 2024.
Como si no se explicaran por sí mismas.
Lo importante ahora es que el Frente va. Y va a pesar de esas descalificaciones, evidentemente encaminadas a sacar algún provecho a la hora de la repartición de candidaturas, –lo que me parece muy mezquino–, cuando es hora de cerrar filas, digo yo. La alianza opositora, la ciudadanía hasta hace unas semanas apática y desanimada, tienen en Xóchitl Gálvez desde ahora una candidata absolutamente competitiva que permite vislumbrar al menos una elección sumamente cerrada en 2024. Lo que hace dos meses era sencillamente impensable. Sí, hay novedad en el Frente. Válgame.
DE LA LIBRE-TA
¿Y EL CÁRTEL DE ENFRENTE? Tan ocupados están la fiscal capitalina Ernestina Godoy Ramos y su vocero y eficiente cancerbero Ulises Lara López en corretear panistas de la Benito Juárez “supuestamente involucrados en células presuntamente dedicadas a actos que pudieran tener que ver con posibles acciones aparentemente constitutivas de probable delito”, que no miran al macro desarrollo autorizado por su patrona, Claudia Sheinbaum Pardo, cuando ocupaba la jefatura de Gobierno de Ciudad de México, allá por el Pedregal, como cantara Carlos Chávez. Resulta que se dio luz verde en junio de 2021 a un monstruoso conjunto de seis torres de departamentos de ¡de 40 pisos cada una! Además de otra de 10 pisos, albergando usos de suelo mixtos (plaza comercial, hoteles, agencias de autos y hasta dos mil 888 viviendas, aledañas a la zona residencial. Según una investigación del portal informativo Libre en el Sur, el proyecto ubicado en la Alcaldía de Álvaro Obregón, gobernada entonces por la morenista Layda Sansores (¡glup!), fue avalado por el Gobierno de Sheinbaum Pardo a través de Seduvi, mediante la conocida artimaña del Polígono de Actuación para fusionar ocho predios y sobrepasar niveles permitidos. ¿Abrirán una carpeta… o pondrán sobre ella un florero con un gran ramo de claveles guindas?