Por La Jornada
Con el repique de las campanas y misas en todas las parroquias, iglesias y catedrales católicas de Chihuahua y algunos estados del país, así como ceremonias religiosas Nutema, del pueblo rarámuri y una caravana, se conmemoró ayer el primer aniversario luctuoso de los sacerdotes jesuitas, Joaquín Mora y Javier Campos, quienes fueron asesinados en el altar de la parroquia de San Francisco Javier, en Cerocahui, Chihuahua.
A las tres de la tarde de este martes, en decenas de templos de Chihuahua, Baja California, Jalisco, San Luis Potosí, Guerrero y Michoacán, el sonido de las campanas se escuchó durante varios minutos, para recordar a los curas jesuitas y a las víctimas de la violencia en México.
La convocatoria a doblar las campanas es un posicionamiento oficial de la iglesia católica mexicana, por el clima de inseguridad que ha empeorado en los últimos años, y ha derivado en homicidios y altos niveles de delincuencia.
Los miembros de la comunidad tarahumara, conocida también como rarámuri, iniciaron la noche del lunes el homenaje a Joaquín Mora y Javier Campos.
Además, miembros de la comunidad indígena, acompañados de mestizos e integrantes de la iglesia realizaron una Caravana por la Paz, que recorrió 80 kilómetros en poblaciones de la Tarahumara.
Ayer, como parte de la conmemoración, a las 18 horas, la Compañía de Jesús realizó una misa en la parroquia de la Sagrada Familia en Ciudad de México y a las 19 horas, en la capital de Chihuahua, otra ceremonia la ofició el sacerdote jesuita del pueblo de Creel, Javier “Pato” Ávila en el templo del Sagrado Corazón de Jesús. Participaron los familiares de Pedro Palma.
Después familias de personas desaparecidas en el estado, feligreses y activistas del Centro de Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres, caminaron en una “procesión en silencio” con veladoras, hacia el memorial de feminicidios Cruz de Clavos, frente al palacio de gobierno.
En San Luis Potosí, el llamado a la paz de la iglesia católica mexicana, se reflejo en el repique durante diez minutos de las campanas de 86 parroquias que conforman la arquidiócesis del estado.
La acción de doblar las campanas se replicó en la catedral de Morelia, Michoacán, y decenas de los templos de la capital, así como en las iglesias de Tijuana y Mexicali, Baja California; y en el puerto de Acapulco, Guerrero.
En Jalisco, plantaron un árbol baobab, en las instalaciones del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, de la universidad jesuita del estado. (Jesús Estrada, Rubén Villalpando, Ernesto Martínez, Juan Carlos G. Partida y Héctor Briseño).