Por Lourdes Díaz López
—Salamanca, España.- El modelo de socialización española está blindado contra los gorrones, colados y conchudos, contra esos invitados no deseados que siempre aparecen en las fiestas. En España si vas a una boda, hay una cuota que los novios ponen en calidad de “pago de platillo”, es decir, se sirve cena, pero, cada invitado paga lo suyo; las cuotas van de los 30 euros (735 pesos) hasta 300 euros (7,350), dependiendo de la elegancia de cada fiesta.
En los festejos infantiles (porque eso de las piñatas acá no existe) también cada niño invitado paga su comida y un adicional que servirá para comprar un regalo a elección del festejado con todo el dinero que junte, las cuotas van de los 10 a los 30 euros (245 a los 735 pesos), los invitados no llevan regalo ni tampoco a terceros no invitados por el festejado, es decir, a la fiesta no se acude acompañado, se acude solo y en caso de ir acompañado habrá que pagar también por ese invitado (que es poco usual). Lo mismo ocurre con los bautizos, hay cuota por invitado.
No es de extrañarse que exista este modelo de convivencia en España, pues las viviendas no tienen espacios para socialización, quienes los tienen es un lujo que pocos pueden darse, las viviendas no tienen patios ni jardines, la sala comedor es muy pequeña, no es posible hacer una fiesta en casa, a menos que sea lo que los mexicanos consideramos “una pequeña reunión”, de modo que para hacer una fiesta invariablemente hay que ir a un bar (café-bar), rentar algún salón (que eso ya es de presupuestos mayores) o en el más austero de los casos, reunirse en un parque y hacer una reunión campirana en la que también los invitados pagan lo que comen, pero en invierto eso resulta casi imposible porque hace mucho frío.
En reuniones más sencillas, por pequeñas que éstas sean, se coopera de a cinco euros para los refrescos y la repostería o lo que se vaya a servir, incluso en las posadas de escuelas o en los lugares de trabajo cada quien paga su platillo, no es de ir a la posada a unas enormes comilonas gratis ni mucho menos a participar en la rifa sin haber comprado ningún boleto, si quieres enfiestarte, hay que invertirle y bastante, de a 15 euros hacia arriba (367.5 pesos). En las dos ocasiones donde el que invita paga son: tu cumpleaños (cuando se trata de un adulto) y cuando te titulas de algún grado, ahí sí el que invita paga, por tanto, son festejos muy cerrados a los que acuden unos cuantos.
Los mexicanos le copiamos todo a los americanos, hay que exportar este modelo de socialización española y prometo que eliminaríamos a todos los gorrones de las fiestas, especialmente ahora que vienen las posadas navideñas.