Una semana, una…

Por Ernesto Camou Healy

— Faltan ocho días para las elecciones. Hay mucho en juego. En todo el País se disputan 15 gubernaturas, además de la cámara de diputados a nivel federal, y las alcaldías en todos los municipios. Las elecciones intermedias suelen ser menos concurridas que aquellas en las que se disputa la presidencia de la República; este año, sin embargo, hay una iniciativa de peso que busca que Morena, el partido del Presidente, no logre controlar de nuevo la mayoría en la cámara de diputados.

Se considera de suma importancia que haya un contrapeso eficaz, desde el legislativo, a la autoridad del Ejecutivo. Eso es un objetivo político válido, tanto como la voluntad del Presidente y su movimiento, por mantener una cierta comodidad en las cámaras que le permita seguir adelante con la transformación que planteó desde la campaña, y que fue apoyada, no hay que olvidar, por una mayoría abrumadora de votantes hace tres años.

Más allá de la renovación de gobernadores en varias regiones, la lucha más encarnizada se ha estado dando en el sufragio por las diputaciones. Tanto Morena como los partidos opositores, en alianza o en solitario, han hecho de estos comicios un auténtico referéndum sobre la administración de Andrés Manuel López Obrador. Eso, en sí, resulta un tanto novedoso, pues por muchos años la figura del primer mandatario avasallaba la política nacional, y la composición de las cámaras resultaba menos relevante. En tiempos del viejo PRI parecían ser una especie de oficina de refrendo de la voluntad presidencial.

Ahora sí reviste una importancia capital: Cada vez más son un poder real frente a las decisiones del Ejecutivo. Carecer de mayoría en las cámaras implica por una parte menor latitud en las decisiones presidenciales y, por la otra, da oportunidad de manifestar e impulsar las perspectivas de grupos y de intereses distintos de quien controla el Poder Ejecutivo. Eso es sano, es lo que pretende la democracia y obliga a quien tiene el poder a hacer política para ir concretando sus planes y su visión.

Lo que no resulta tan saludable, en términos de la vida nacional, han sido las campañas antidemocráticas y chapuceras que se han desplegado por todo México, con el afán de mover al voto por miedo, pintando una realidad y un escenario casi apocalíptico para asustar y forzar la voluntad de quienes acudirán a las urnas dentro de ocho días. El solo hecho de que haya grupúsculos que inventan falsedades desaforadas resulta en sí no solamente una negación de la democracia que estamos construyendo, sino una agresión al tejido social cuyas consecuencias negativas se irán desplegando en los próximos años.

Es cierto que siempre ha habido campañas sucias, pero eso no las justifica: Que haya individuos indecentes y deshonestos no autoriza la impudicia ni la obscenidad. Y lo peor: Esa suciedad contamina y pone en entredicho a los opositores auténticos, que luchan por hacer válidas sus propuestas por medio de procesos legítimos de convencimiento de los ciudadanos para atraerlos a sus posiciones.

En lo personal esos “apoyos” sucios en contra de un rival político me generan un cierto temor de que, si logran el objetivo y prevalecen en la elección, habrá en los nuevos equipos de Gobierno gente positiva pero también ciertos individuos de mala calaña, y algunos entre ellos considerarán que su lucha indecorosa merece una recompensa. Si eso llegara a suceder, y los tomaran en cuenta, no sólo sería un retroceso democrático, sino una marcha hacia un declive y una espiral de deshonestidad; y constituiría la aprobación de una forma de hacer política que, a la larga, se niega a sí misma como posibilidad de recuperación nacional.

Eso es lo que está en juego: Elegir con inteligencia, y con la esperanza de seguir construyendo efectivamente la trama social. Para lograrlo hay que informarse, discernir rectamente y votar con lucidez. No se pide más; tampoco menos.

Ernesto Camou Healy es doctor en Ciencias Sociales, maestro en Antropología Social y licenciado en Filosofía; investigador del CIAD, A.C. de Hermosillo.

CORREO: e.camou47@gmail.com

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