Cuento: En la foto con alguien

Por Jesús Chávez Marín

El celoso contumaz andaba que se lo llevaba la fregada porque su linda esposa no lo podía llevar a la fiesta de aniversario de LQ, pero es que era solo para empleados. Con toda paciencia, ella le explicó:

―Sería ridículo que me presentara contigo y luego no te dejaran entrar. O que sí te dejaran y fuera yo la única mensa que llevara al marido, a pesar de que nos dijeron claramente que asistiéramos sin invitados.

―¿Y por qué lo de mensa? Le darías su lugar a tu legítimo esposo.

―No mames, Gualberto. Cada año tenemos esta misma discusión, al igual que para la Posada del trabajo. Entiende. Son las normas de la empresa.

―Pues entonces no vayas. ¿Por qué estás tan interesada? De seguro te vas a sentar a la mesa con el mentado ingeniero Gutiérrez, como la otra vez. Salieron muy juntitos en la foto, no creas que no te vi en el Facebook.

―Ya te expliqué 378 veces lo de esa selfie, no empieces otra vez con eso. Arnoldo es mi subalterno, y en la mesa estábamos todos los de la Línea 8. Soy la jefa de producción, no la fichera de la mesa 8, con una chingada.

A Gualberto le irritaba en el hígado, y en otras partes más externas y posteriores, que su mujercita sagrada dijera malarrazones, por eso permaneció callado hasta que terminaron de almorzar. Luego se fue con cara de muy pocos amigos al trabajo, en ostensible silencio y sin despedirse.

 

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