Por Jesús Chávez Marín
Apúrate, m’hijo, no sé para qué te traje al centro, si ayer no hiciste la tarea. No sé con qué cara le voy a salir a la señorita, ¿sabes de qué es el citatorio? de seguro ya te has de haber peleado otra vez con tus compañeros; ay Rubén, no sé por qué saliste tan revoltoso, m’hijo, si tu padre es tan tranquilo deberías seguir el ejemplo, pero de seguro saliste a mí, que no me aguanto ni sola. Bueno pues, qué bueno que por fin pude comprarte tus tenis, me salieron carísimos, pero te cumplí el capricho de la marca y toda la cosa Rubén, pero acuérdate que me prometiste que ya te vas a portar bien en la escuela no quiero que te corran mi niño, no seas así.