Por Ernesto Camou Healy
— Hay muchos que intentan cargar con la culpa de los contagios y las defunciones causadas por el Covid 19, al Gobierno de López Obrador, y al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el epidemiólogo, doctor Hugo López-Gatell. Quienes suscriben esta queja lo hacen sabiendo que una pandemia tiende a cebarse en la población más desprotegida y con menos defensas, pero eligen ignorarlo para endosar al actual Gobierno una culpa no justificada, de orden moral y político.
No cabe duda de que la 4T es la responsable de las decisiones que se tomen para mitigar los efectos de la pandemia. Por eso hay que evaluarlos por su trabajo, y por las medidas que tomen para resolver la contingencia. Pero hay quienes insisten en cargar únicamente a la actual administración con las defunciones que ha provocado el virus. Evitan tomar en cuenta que el panorama de la salud en México, hasta antes de este Gobierno, era por demás negativo; que había un porcentaje elevado de la población que padecía enfermedades previas, que deberían haber sido evitables en una alta proporción, y que han hecho de muchos mexicanos, presa fácil de la pandemia.
Dentro de esos padecimientos precedentes que sobre determinan la gravedad de una enfermedad, dificultan su tratamiento y pueden provocar la muerte, está la diabetes, que eleva la glucosa en la sangre y lleva a múltiples padecimientos, algunos de extrema gravedad. Es una “comorbilidad” que hace frágiles a los pacientes, y los coloca en una situación de riesgo. México ocupa el noveno sitio mundial en el número de diabéticos, y esta causa más de 100 mil defunciones al año. Se calcula que alrededor del 10% de la población la sufre; y tiene más riesgo ante el Covid.
Otra enfermedad que debilita a las personas es la hipertensión arterial. En nuestro País uno de cada cuatro adultos la padece, un 25% más o menos, y por lo mismo tienen mayor peligro si se infectan con el Covid.
Una de las causas frecuentes de la diabetes o hipertensión es la obesidad. El exceso de peso hace a las personas más proclives a contraerlas: Una proporción no pequeña de diabéticos o hipertensos, lo son debido a la gordura. En México al menos un tercio de hombres y mujeres, tiene en alguna medida sobrepeso. Y esto causa casi 3 millones de muertes anualmente. Además, tenemos el primer lugar mundial en obesidad infantil, lo que nos coloca como el país que más maltrata a sus infantes, a veces con una especie de descuido cariñoso que mal sustenta y engorda a hijos y parientes, hasta llevarlos a la enfermedad crónica.
En el País siempre ha habido pobreza, pero se exacerbó a partir de la instauración del modelo neoliberal que provocó una polarización económica y social que llevó a dos tercios de los mexicanos a la penuria. Desde Salinas la suerte de las mayorías se ignoró en favor de una maquinaria que producía riqueza y la concentraba en unos cuantos. Los pobres, en esa visión, eran un subproducto circunstancial de la economía, se les ignoró y a muchos se les expulsó del campo, donde tenían una estrechez digna, hacia ciudades y al extranjero, sin intentar mejorar su situación: Estorbaban al parecer.
Llegaron a cinturones de miseria, dejaron de sembrar y comenzaron a consumir productos industrializados, relativamente baratos, poco nutritivos, plenos de conservadores, edulcorantes y grasas que fueron originando una mayoría en algún grado obesa, con proclividad a la diabetes y la hipertensión, y sumamente frágil ante una amenaza no tan letal, como el Covid-19.
Eso ha complicado el manejo de la epidemia, y explica tanto fallecimiento. Son producto de una historia de irresponsabilidades y falta de ética y visión, de varios gobiernos y partidos que no estuvieron a la altura de su compromiso, y hoy quieren culpar al actual: Que hagan un buen examen de conciencia, y se enmienden antes de hablar.