Por Araceli Loya y Jesús Chávez Marín
Muchos años después Bárbara se reencontró con su primer amor, el que la había dejado en el silencio y la incertidumbre; sus padres se cambiaron de ciudad y él se tuvo que ir.
Ahora sentía vagamente que algo había quedado pendiente de cumplirle.
Aquel día se citaron de una manera furtiva, sus miradas se reconocieron llenas de amor, de pasión; sintieron que el tiempo jamás había transcurrido.
Culminó en una cama aquello que de adolescentes había iniciado en El Parque Borunda.