Por Blanca Carmona | La Verdad Juárez
El fiscal general de Chihuahua, César Jáuregui Moreno informó que tras confirmarse que José Noriel Portillo Gil, el Chueco, está muerto, las carpetas de investigación de los delitos que presuntamente cometió en el estado se van a cerrar.
Al haberse acreditado la muerte de Portillo Gil “no hay a quien perseguir”, afirmó el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua. En contra del Chueco pesaban acusaciones de homicidios y extorsión.
De acuerdo con las autoridades, Portillo Gil fue asesinado en Sinaloa. Su cuerpo se localizó el sábado 18 de marzo en la región de Choix. Aunque inicialmente solo se reportó que había coincidencia entre ese cuerpo localizado en un camino de terracería con el presunto responsable del homicidio de dos sacerdotes jesuitas y un guía turístico en la sierra de Chihuahua, el 23 de marzo se confirmó por el presidente Andrés Manuel López Obrador que sí se trataba del presunto responsable de asesinatos y otros crímenes en la sierra de Chihuahua.
De acuerdo con la Fiscalía, Portillo Gil fue el responsable de asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar; así como de otros dos crímenes sucedidos en contra de un guía de turistas y de un poblador de la comunidad de Cerocahui, Urique; también de las extorsiones cometidas en contra de una compañía minera y del crimen del estadounidense Patrick Braxton Adrew.
“Los homicidios que cometió en Cerocahui, el guía de turistas, el del beisbolista, tenía abierta otra carpeta por extorsión a una compañía minera, pero ya fenecieron, los que hayan sido; no hay a quien perseguir ya”, declaró el fiscal el jueves 23 de marzo.
El funcionario estatal también indicó que el personal de la Fiscalía de Chihuahua que acudió a Sinaloa, encabezados por el director de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), Arturo Zuany, ya regresaron con la información que acredita la identidad de la persona asesinada en la localidad de Choix.
Además, refirió que la investigación por el crimen de Portillo Gil quedó en manos de la Fiscalía de Sinaloa, porque en esa entidad se cometió el asesinato de esta persona.
Portillo Gil, alias el Chueco, era considerado por las autoridades como un generador de violencia y vinculado al cártel de Sinaloa.
El pasado 20 de junio los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar fueron asesinados al interior de la parroquia de Cerocahui, cuando intentaban proteger al guía de turistas Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez.
Los cadáveres de los religiosos y del guía fueron aventados a la caja de una pick up por el Chueco y sustraídos. El 22 de junio, la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, anunció que ambos cuerpos habían sido localizados en una zona conocida como Pitorreal, ubicado entre San Rafael y el poblado de Creel, en la sierra Tarahumara.
En la misma fecha, el Chueco presuntamente agredió a los hermanos de Berrelleza. Portillo arribó a un domicilio de Cerocahui en busca de Paul Osvaldo Berrelleza, habitante de la comunidad, y le disparó junto con su hermano Armando, además de prenderle fuego a la vivienda.
Posteriormente se localizó el cadáver de Paul Osvaldo.
El 22 de junio en conferencia de prensa, el entonces titular de la FGE, Roberto Fierro Duarte, dijo que a el Chueco se imputaban los delitos de homicidio, delincuencia organizada, además de ser el probable responsable de los hechos ocurridos el pasado 20 de junio en perjuicio de las cinco víctimas antes señaladas.
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