Por Jimena Hernández corresponsal | Religión Digital
Este viernes se dio a conocer un nuevo ataque por parte del crimen organizado, en un retén ocurrido en carreteras de Jalisco.
Se trata del obispo de Autlán de Navarro, Monseñor Rafael Sandoval, quien fuera anteriormente el obispo de la Tarahumara, fue retenido mientras circulaba en la carretera que va de San Juan de Los Lagos a Encarnación de Díaz con rumbo al estado de Aguascalientes, donde presidiría una misa.
Según lo confirmado por el vocero de la Diócesis de Autlán, los criminales le cerraron el paso, lo amenazaron con armas, fue víctima de un asalto a mano armada y privado brevemente de su libertad donde le quitaron su vehículo, su celular, su cruz pectoral y su anillo, abandonándolo en una brecha desconocida.
De acuerdo con la vocería, por estos hechos ya fue presentada una denuncia, tanto en la Fiscalía del Estado de Jalisco, como en Aguascalientes. El asalto ocurrió a mediados de junio, añadió.
“Ya están las investigaciones, y es parte por la cual el obispo no quiere hablar, porque él siempre ha pensado que a veces se puede obstruir el proceso de investigación, además de que fue un acontecimiento muy difícil para él, él tiene ya 75 años. A nosotros como sacerdotes nos compartió un poco, pero a él le duele pues, fue una situación muy difícil”, informó Efraín Gutiérrez vocero de la Diócesis.
Felipe Cobián Rosales, periodista del estado de Jalisco relata el hecho acontecido. A Monseñor Rafael Sandoval un tráiler le obstruyó el paso, hace un alto total y es entonces cuando se le emparejó una camioneta con varios sujetos armados a bordo que le apuntaban, poniendo un cañón en su sien, se identificó perfectamente haciendo caso omiso los delincuentes de ello.
Lo obligaron a dejar el volante, a recorrerse y postrarse en el piso de su unidad, que acostumbra manejar él mismo y sin acompañante, posterior a eso manejaron por la misma carretera introduciéndose unos cinco kilómetros hacia una brecha desconocida. Ahí lo abandonaron, por lo que caminó hasta llegar a una comunidad, buscando ayuda. A decir del periodista, esto fue narrado por el obispo de Autlán, durante la reunión mensual diocesana de sacerdotes.
El obispo no tuvo complicaciones físicas por la situación, y se encuentra estable de salud, y asegura su vocero, y en oración por los delincuentes que lo asaltaron.
Por ello, este domingo la Diócesis de Autlán se sumará a la Jornada por la Paz convocada por el Episcopado Mexicano, para pedir por todas las víctimas de la inseguridad del Estado y del país y para que los delincuentes puedan tener una conversión y dejen de hacer daño a la sociedad y a sus fieles.
Con esto suman tres integrantes del clero que fueron víctimas de grupos delincuenciales durante junio.Los otros dos afectados son el obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló y el arzobispo de Guadalajara, el cardenal José Francisco Robles Ortega, quiénes padecieron retenes de hombres armados.
Desde el pasado 28 de junio, luego de la denuncia pública hecha por el Cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, tras haber sido víctima de un retén, el gobernador de Jalisco negó que este tipo de situaciones ocurra en las carreteras de la Entidad.
México, uno de los países más peligrosos para los sacerdotes
En 2021 el Centro Católico Multimedial contabilizó en el país 850 extorsiones y amenazas de muerte.
“No sólo se refleja con los asesinatos que ya van siete, sino que aumentaron las extorsiones contra sacerdotes. En el reporte que hicimos en 2021 contabilizamos 850 extorsiones y amenazas de muerte en toda la República Mexicana”, dijo Omar Sotelo director del CCM, organización que cada año realiza un estudio sobre violencia contra religiosos en México.
Sotelo afirmó que los ataques a sacerdotes no se pueden considerar sólo como un hecho de inseguridad, es algo que afecta más profundamente a la comunidad en la que vive por el papel que desempeña, sobre todo en comunidades pequeñas.
“El sacerdocio en México es un ente que sirve de estabilizador social, la parroquia no sólo ofrece los servicios espirituales, sino que en muchos casos son centros formativos, de educación, de defensa de los derechos humanos, de derechos de los migrantes, son centros de salud, albergues. El crimen organizado ha visto en las parroquias un competidor fuerte al que hay que eliminar, y el crimen organizado cuando ve que algo le estorba lo elimina”.
Según los datos del Centro, las entidades con más agresiones contra sacerdotes son Ciudad de México, Veracruz, Chihuahua, Michoacán, Estado de México, Baja California, Puebla y Tamaulipas.