Por Lilia Cisneros Luján
Como si estuviéramos observando el noveno círculo de la divina comedia de Dante Alighieri que considera a la traición como el peor pecado de todos, intenté ubicar a cuál de las fosas o zonas serían enviados, quienes, ganando la confianza del pueblo o de sus partidos, ya no digamos sus cercanos familiares o amigos, serían enviados para recibir el castigo por haber renegado, robado, delatado y en general todos los crímenes que están inmersos en la traición.
Hacer lo contrario de lo que otros esperan después de haberse tomado tiempo y esfuerzo para construir pensamientos que entre otras cosas pretenden justificar lo que se piensa cometer, encierra en sí mismo la infidelidad y la deslealtad, en contra de aquel que nos dio su confianza. ¿Por eso jurídicamente la traición es una de las mayores agravantes como ocurre en homicidios? ¿Qué fue más grave asesinar a Trotsky o haber ganado su confianza para lograrlo?
Imaginamos que ni Adán ni Eva esperaban que su hijo Caín fuera quien ultimara a su hermano Abel, ni que el mayor número de feminicidios sean perpetrados por alguien que se ganó la confianza de la víctima como su pareja, padrino, tío o ninguna otra relación fraterna. Como en la mayoría de las distorsiones emocionales o pecados como los llama el autor de este libro que muchos deberíamos repasar, siempre es pertinente cuestionar ¿Por qué la gente traiciona? De hecho, el envidioso, ambicioso, el defraudador o el corrupto, suelen estar convencidos de que su comportamiento es honorable o cuando menos correcto, de ahí la casi imposibilidad del arrepentimiento. Si nos ponemos a buscar, veremos que son muchos los antenores troyanos –segunda zona- que han traicionado a su cuidad ¿Están conscientes de que su infierno será pasar la eternidad en hielos con la mitad de la cabeza sumergida?
Marco Junio Brutus, tenía el afecto de Julio César, lo cual le facilitó el convertirse en parricida y con todo lo que podamos celebrar a Napoleón, es menester recordar su perfidia, al no cumplir su parte del trato para cruzar por España en su guerra contra Portugal, dejando a José Bonaparte y destituyendo al rey Fernando VII. Hacer lo contario a lo que otros esperan, es la esencia del desleal, igual entre hermanos que pelean hasta la muerte por una casa, la patria potestad de los hijos, la supuesta propiedad de lo robado o lo invadido. ¿Qué infierno prefiere el de los fríos eternos del noveno círculo, el fuego, la brea hirviendo de la quinta fosa- o el hoyo octavo donde permanecen los consejeros engañosos?
Dante señala en la comedia divina, la usencia de conciencia de la mayoría de los que llegan a los sitios de expiación, pero ¿Qué sienten los traicionados? Obviamente se experimentan el dolor más profundo derivado del engaño, lo cual deriva en sentirse humillado y decepcionado; pues el otro, al que le dimos la confianza para decidir por nosotros, termina ignorando nuestros sentimientos y pensamiento. La otra persona ha decidido por ella. ¿Por eso es que aun con el paso de los siglos nos puede tanto el haber perdido el territorio de México?
No sabría si algunos de los traidores actuales deberían pasar también un tiempo en el hoyo noveno, donde se castiga a los sembradores de la discordia o la maldad. Como la que con cinismo sin igual realizan los presidentes o primeros ministros que traicionan a su patria poniendo a unos contra otros, sin que valga de algo los derechos humanos o tantos magníficos documentos de justicia y paz que la humanidad ha redactado. Exhibirlos antes de que lleguen a cualquiera de los infiernos descritos en la divina comedia, sería un castigo que a lo mejor les lleva a la posibilidad de arrepentirse. ¿Qué aspecto de los convenios suscritos por estados fronterizos –en su mayoría de oposición- con Texas para agilizar los trámites con transportistas, le ha molestado a la federación?
Durante la semana que recién concluyó, la figura de Judas no puede ignorase. El no sólo traicionó a su maestro, sino a todo lo que implicaban sus acciones ¿Lo hizo por ignorancia? ¿será que nunca entendió o compartió la verdad de que Jesús era el hijo de Dios y venía a redimir las deudas humanas con su sangre? Ninguno de nosotros podrá preguntárselo, lo cierto es que su mayor valor era el dinero. Por 30 monedas vendió a su líder y se dice que finalmente se dio cuenta del error, pero no hizo nada por enmendarlo. ¿regresar lo mal habido es suficiente para castigar a los traidores? ¿será que este sistema jurídico –copiado de las costumbres norteamericanas, por cierto- convierte al sistema judicial mexicano en cómplice?
En el hoyo sexto son castigados los hipócritas, vestidos con pesadas capas de plomo, doradas al exterior, con evidente alusión al oro o diríamos ahora el dinero. ¿Si resucitara Alighieri, metería aquí a corruptos del gobierno y las empresas? Y por supuesto podemos hacernos expertos para reconocer a los que traicionan a sus superiores robándoles o secuestrándolos; a los subordinados que no reciben su pago o se les entrega incompleto; a los parientes –que tal los que se matan por una herencia- a aquellos que en lo oscurito o por debajo de la mesa pactan arreglos que, convierten a los pueblos en deudores generacionales. Quiénes tienen mayor castigo ¿serán los miembros de las religiones que violan, roban o son cómplices de ejércitos y ladrones?
Detectar a un traidor, no es fácil, pues la lealtad, se forja con el tiempo y las acciones. Aquel que solo aparece en los buenos momentos y se torna inalcanzable en los malos, que te critica –habla mal de ti a tus espaldas- es generalmente pesimista con relación a tus propuestas, fácilmente te traicionará. Confía en tu intuición, el alevoso y desleal, casi siempre será traicionero. Si ya lo ubicaste lo peor que te puede pasar es contagiarte. Tómate tu tiempo para superar la conmoción –duelo por la pérdida de quien suponías que te era fiel- aléjate, para evitar ser dañado por quien es tóxico y sobre todo perdona, porque como Cristo señaló en la cruz “no saben lo que hacen”.