Nochebuena o buena noche

Por Francisco Ortiz Pinchetti

La Nochebuena se nos había presentado a la distancia como el oasis en medio de la pandemia. Luego de dos años de pesadilla, obligados a prescindir de nuestra  cena Navideña  en 2019 y 2020, por fin parecía factible que, “con las debidas precauciones”, claro,  pudiéramos reunirnos en familia amplia para celebrar como dicen los creyentes el nacimiento del Niño Jesús.

Pues resulta que siempre no.

¡Atrás los fílders!

A pesar del optimismo –o la inconciencia- de las autoridades capitalinas, que no obstante  las más graves advertencias vertidas por el señor del apellido impronunciable desde la dirección general de la Organización Mundial de la Salud— insisten en mantener su Verbena Navideña y otros festejos tumultuarios  de la temporada, lo cierto es que si somos un poquito responsables deberíamos partir el pavo en piezas, dividir en porciones  los romeritos con sus tortitas de camarón, hacer porciones de lomo al horno en salsa de ciruelas y de la ensalada de betabel y repartir itacates entre los diferentes clanes  de nuestro entorno familiar para que cada uno deguste tales manjares en la intimidad de su hogar. Como Dios manda.

Eso, si leemos correctamente  las declaraciones del responsable de la organización más importante del mundo en materia de salud pública.  Tedros Adhanom Ghebreyesus  (¡ufff!)  dijo hace dos días que hay “evidencia robusta” de que las personas que han sido vacunadas contra el COVID-19 o aquellas que se infectaron en el pasado pueden contraer la variante Ómicron, cuya propagación se acelera día a día alrededor del mundo.

En una conferencia de prensa exclusiva para la prensa internacional, el director general de la OMS, fue claro al advertir  que la información que se está analizando sobre Ómicron indica que esta variante circula de forma más rápida que las anteriores y que “es probable que los vacunados y los que se han curado de COVID se infecten o reinfecten”.

El jefe de la OMS llamó “a todos” a una toma de conciencia frente a esta situación a escasos días de las festividades de fin de año, señalando que “es mejor cancelar las celebraciones ahora y celebrar la vida mañana, que celebrar hoy y estar de luto mañana”. ¿Está claro?

Sin embargo, el doctor López-Gattel, que siguiendo instrucciones del más allá (de la Plaza de la Constitución) se apresuró a minimizar el peligro del renovado bicho, ya nos explicó que el señor que despacha en Ginebra se refirió a los países de Europa y no a los protegidos por Alá como es el nuestro.

Otra vez, el (i)responsable del manejo de la pandemia en nuestro país, que acepta ya casi 300 mil muertos por Covid19 en el país (que en realidad son el doble, cuando menos), había ocultado información sobre en número de personas infectadas por el Ómicron, sólo tres, hasta que tuvo que aceptar que en realidad iban ya 23 casos comprobados hasta el martes pasado… pero luego de que el dato fue difundido  por la plataforma GISAID (Global Initiative on Sharing All Influenza Data) y publicado en diversos medios nacionales.

El Gobierno capitalino, que hace rato zanjó sus aparentes diferencias con el subsecretario en el manejo de la emergencia y hoy actúa en absoluta sumisión a las indicaciones más políticas que científicas de Palacio Nacional, enfatizó en las recomendaciones sanitarias ante festejos decembrinos tales como vacunarse, en caso de convivir con otras personas que sea en espacios al aire libre o con ventilación abundante, que estén vacunados y que no tengan síntomas, además de que usen de forma permanente el cubrebocas y se realicen pruebas y evitar salir en caso de sospecha o síntomas.

Eso dicen, pero al mismo tiempo Claudia Sheinbaum Pardo aclaró que no se suspenderán ni la Verbena Navideña del zócalo ni los demás festejos programados para estos días en la capital, donde por cierto en lugar de incrementarse se han cerrado decenas de puestos donde se aplicaba la prueba Covid-19.

En resumidas cuentas, tendremos que ser otra vez los ciudadanos los que asumamos decisiones atinadas frente a la realidad sanitaria que se avecina, agravada para colmo por el clima invernal. Lástima, pero tenemos que dejar otra vez para mejor ocasión nuestra celebración. “Es mejor –como dijo el experto– cancelar las celebraciones ahora y celebrar la vida mañana, que celebrar hoy y estar de luto mañana”. ¡Feliz Navidad! Válgame.

DE LA LIBRE-TA

BUENOS DESEOS. “Que no haya sufrimientos y que no perdamos nunca la esperanza en salir adelante; que no haya frustraciones, todo tiene un remedio en la vida, todo, y siempre hay seres humanos preocupados por otros seres humanos…”, dijo el Mesías antes de irse a la… celebración familiar en su rancho de Palenque.

@fopinchetti

About Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *