Cuento: Ojo de hormiga

Por Jesús Chávez Marín

Ixtlachiuatl Chacón era de esos galanes a la antigua que suelen todavía mandar flores y todo el kit: serenata con trío, cena en La Calesa y encerrona discreta en el Castel Sicomoro. Luego, ojo de hormiga: no volvía a llamar, ni a contestar el teléfono y desaparecía de tu Facebook.

 

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