Por Jesús Chávez Marín
El Queso llegó tarde y ya se lo acababan los compañeros: has de haber batallado mucho para que te dejaran salir, le decían, primero tuviste que lavar los trastes y planchar toda la ropa: de mandilón no lo bajaban. A mucha honra, les contestaba, ya no soy un neandertal como ustedes, ya evolucioné, trabajo en mi casa hombro con hombro con mi esposa, soy igual a la humanidad completa, no un iluso cacique doméstico. Risas y burlas le sobraban al Queso, hasta que conseguía cambiar de tema platicando de hijos y escuelas y juntas con las compañeras de la Generación 2011 de Conta.