Por Educación Futura
Mientras la Inteligencia Artificial (IA) se integra cada vez más a la vida cotidiana, desde las oficinas hasta las aulas, crece la preocupación entre expertos y académicos sobre el impacto de esta herramienta en la capacidad de los jóvenes para pensar de manera crítica y creativa.
En un reciente artículo publicado en The Wall Street Journal, la periodista Allysia Finley explica lo que ha encendido las alarmas en el mundo educativo: el uso excesivo de la IA, especialmente entre niños, adolescentes y universitarios, “podría estar afectando el desarrollo de sus habilidades cognitivas fundamentales”.
“No se trata solo de que los robots nos quiten el trabajo, sino de que las personas, especialmente los jóvenes, dejen de pensar”, señaló Finley, citando preocupaciones de académicos y líderes empresariales como Andy Jassy, CEO de Amazon, quien ha dicho que la automatización y la IA exigen una mayor capacidad de pensamiento estratégico y creativo por parte de las personas.
Sin embargo, la evidencia sugiere que está ocurriendo lo contrario. Según investigaciones recientes, los estudiantes que dependen de dispositivos electrónicos y programas de IA para tomar apuntes o resolver tareas muestran niveles más bajos de actividad cerebral, en comparación con quienes escriben a mano o se enfrentan directamente a los problemas. Este fenómeno, conocido como “descarga cognitiva”, implica que al delegar el esfuerzo mental a las máquinas, el cerebro deja de ejercitarse y pierde su capacidad de formar conexiones profundas entre ideas.
El problema no es solo teórico. Profesores universitarios consultados por el diario neoyorquino reportaron un aumento en trabajos escritos por IA que, aunque libres de errores gramaticales, carecen de originalidad, análisis o argumentos sólidos. En el caso de los adolescentes, el riesgo es aún mayor: el cerebro humano sigue desarrollándose hasta los 25 años, y requiere ser estimulado a través de procesos que impliquen esfuerzo, reflexión y creatividad.
Los expertos citados por The Wall Street Journal señalan que incluso tareas aparentemente simples, como escribir a mano o resolver problemas matemáticos sin la ayuda de IA, son esenciales para fortalecer las redes neuronales que permiten el aprendizaje complejo. De lo contrario, advierten, nos encaminamos hacia una generación que, aunque tecnológicamente competente, será intelectualmente débil.