Por Jaime García Chávez
Por menos de lo que está sucediendo en Chihuahua, ya habría caído el gobierno de María Eugenia Campos Galván:
Incendios forestales en nuestra sierra, que está devastando los bosques y contaminando como nunca el medio ambiente, como todos somos testigos.
Aunque los fenómenos naturales son incontrolables, lo cierto es que, por ejemplo, la falta de previsión para atender y la distribución de competencias en torno a los efectos de la sequía, han convertido a Chihuahua en un desierto cargado de tolvaneras que interrumpen el transporte por las principales carreteras del estado.
Casi el primer lugar nacional –otra vez– en homicidios por ejecución.
Se aúna a esto que el gobierno estatal está involucrado centralmente en los problemas políticos para preservarse en el poder en la elección general de 2027.
Pugnacidad, más que divergencias fundadas en el debate y la discusión de proyectos. Hoy se pelean por la escalera para ver cómo pueden ascender.
Pensiones Civiles y en general los servicios médicos están en crisis.
Aunque parezca menor, las principales ciudades del estado carecen de señalización en buen estado, calles deterioradas, y los parques y jardines están en ruinas, como la Ciudad Deportiva de Chihuahua.
Estos son sólo algunos indicadores, sumariamente planteados, que demuestran que el gobierno actual está en el fracaso y la bancarrota, y entonces lo que debemos tener a la mano es la pregunta: ¿a qué se dedica la clase política en el poder? Se dedica a tratar de preservar el poder a cualquier precio. Una muestra fue el desfile corporativo del charrismo sindical del pasado Primero de Mayo, con las excepciones del caso, cuyo apoyo ha de entender la gobernadora que tiene la misma caducidad que su tiempo en el cargo.
Mientras que el oficialismo lopezobradorista con raíces en Chihuahua se aboca a denostar por todos los medios a la gobernadora, la presidenta Sheinbaum tiene un discurso diferente, de colaboración con Maru Campos, aunque sea de los dientes para afuera.
No se trata de ninguna incoherencia, se trata de que están moviendo sus piezas unos y otros para acomodarse hacia la contienda electoral de 2027.
Los alcaldes de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, y de Chihuahua, Marco Bonilla, son los que más disponen del tiempo gubernamental, de facto obviamente, para la competencia que viene y que será desgarradora porque, a decir verdad, MORENA quiere aniquilar el simbolismo que representa Chihuahua para el PAN.
En este mismo sentido está claro que a Andrea Chávez le pusieron el freno de mano y por lo pronto, aunque desobediente, se le eclipsaron los ímpetus y la arrogancia de su adelantada campaña proselitista.
Pero volvamos a los alcaldes de las ciudades principales: Pérez Cuéllar, en una entrevista para El Diario, se metió al tema internacional, en particular a la situación que ha provocado la llegada a la Presidencia de Estados Unidos de Donald Trump. Es muy pobre su apreciación del problema: para él con Trump le irá bien a Juárez. Sí, leyó bien. Lo que en buen castellano significa que el resto del país poco o nada le importa. Esto sucede cuando esos políticos opinan de lo que no les corresponde.
En el caso de Bonilla, extrañamente y muy de repente, le entró el gusto por el rock que la derecha considera diabólica, cuando menos; pero ahora tendrá un festival nostálgico y muy costoso. Pero sobre ese tema volveremos. Por ahora queda claro que ese amor es, ni más ni menos, por su pretensión de codearse con la juventud con fines electorales.
De políticos menores, ni qué decir. Ahí tenemos por ejemplo a uno de los exponentes de la corrupción política en Chihuahua, como Patricio Martínez García, quien tiene el raro cargo de presidente del Fideicomiso del Centro Histórico de Chihuahua, al que le sacó todo el jugó posible para su beneficio cuando fue alcalde y gobernador.
No tiene más que comentar este político que lo que sucede en el llamado “pantano de Shrek”, pero Bonilla cree que este le sumará algunos votos; no se da cuenta que ya sólo resta por el desprestigio personal y de su partido, el PRI.
De Duarte ya dijimos: está a la espera de que sus buenas amigas le paguen con una sentencia absolutoria, apelando al rosario y souvenir que le dio el Papa. Por cierto, hay periodistas que le acusan de haber robado la silla que ocupó el Papa en su visita a Juárez para ocuparla en alguno de sus cortijos.
Lamentablemente falta ciudadanía.
Jaime García Chávez. Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.