Por Francisco Ortiz Pinchetti
— No es fácil vaticinar sobre los efectos a largo plazo que puede tener la obligada cuarentena, de ocho meses ya, en los niños de hoy. Por eso es importante escucharlos, conocer sus emociones, tomarlos en cuenta. Lo más grave es que no parece haber suficiente conciencia por parte de las autoridades, los educadores y los especialistas de la necesidad urgente de atenderlos.
En la edición correspondiente al mes de noviembre de nuestro periódico zonal Libre en el Sur –que circula gratuitamente desde hace 17 años en colonias de la Alcaldía Benito Juárez–, recogimos los resultados de la Consulta de Infancias Encerradas realizada por la Comisión de Derechos Humanos de Ciudad de México (CDHCM) entre niños y adolescentes de la capital, difundidos recientemente.
En ese ejercicio, se preguntó a 19 mil 625 menores de edad qué es lo que más les preocupa en relación a la pandemia de la COVID-19. “Que me hayan arrebatado todo de la noche a la mañana, estar perdiendo tiempo valioso con mis amigos que nunca voy poder recuperar”, respondió un chico de 17 años. Y frente a las dificultades emocionales, una niña de nueve años desea “que toda esta cuarentena haya sido un sueño, que exista la cura del coronavirus y que ya podamos salir”.
De los chicos consultados entre el 27 de mayo y el 15 de junio, al 85 por ciento preocupa que alguien de su familia enferme o muera por coronavirus y a la mitad le afecta que “falta mucho para regresar a la escuela”. A ocho de cada 10 les aflige la pérdida de trabajo de las personas adultas que les rodean.
Entre ellos, por ejemplo, las palabras referidas con más frecuencia sobre lo que les produce tristeza fueron “no”, “poder”, “salir”, “amigos”, “escuela” y “familia”. Al 92 por ciento le preocupa (“poco” o “mucho”) que mueran familiares suyos, mientras que el 94 por ciento temen que familiares enfermen de coronavirus y el 84 por ciento que haya personas de sus familias que pierdan el empleo.
A partir de la preocupación sobre el tema, invitamos a una veintena de niños y adolescentes, –hijos de vecinos, amigos y lectores— a expresar mediante un breve texto y un dibujo su sentir frente a la pandemia y a la cuarentena a la que se han visto obligados. Publicamos sus trabajos en dos entregas, en nuestras ediciones digitales de octubre y noviembre de Libre en el Sur, a las que se tiene acceso por www.libreenelsur.mx. Les comparto fragmentos de algunos de ellos:
Emiliano, 12 años
Desde mi punto de vista, la pandemia tiene cosas muy malas, como el hecho de que miles de personas se estén contagiando y muchas otras también muriendo de COVID-19, o el hecho de que hay gente menos afortunada que perdió su trabajo o educación. Pero también nos dio una muy buena lección, de que no sabemos lo que tenemos, hasta que lo perdemos. Todos aquellos que nos quejábamos de ir a la escuela, al trabajo, o a las reuniones familiares, ahora nos preocupamos de que todos estén bien, y extrañamos poder salir.
Juan Mateo, 5 años
El coronavirus nos ha tenido muy encerrados en casa, es un poco aburrido. No podemos acompañar a nuestros papás al mercado, tampoco podemos salir de casa si no tenemos cubrebocas. Es necesario traer un cubrebocas para salir a la calle y que no te infecte el coronavirus. Una forma de desinfectarse del Coronavirus es poniéndose gel (…) A mi padrino le dio Coronavirus, pero ya se recuperó, porque él es doctor y se curó solo y fue muy valiente, mi abuelo también tuvo Coronavirus, se le quitó y ya pude verlo. Si tu abuelo o tu abuela están en otra casa, solo debemos hablarles por teléfono o hacerles videollamada para saludarlos. Todos nos hemos preguntado ¿cuándo podremos salir a ver a los abuelos?
Sandra, 12 años
El Coivid-19 es como si uno de los personajes que veo, uno muy malo, con ojos de furia y máscara, saliera de la imprenta y nos atacara a todos. Si le quitas la máscara, no se le ve la cara y te ataca (…) No me gusta que el Covid-19 enferme a la gente y que la mate, unos salen porque van a trabajar, pero luego la gente sale a pasear y hace sus fiestas y así no vamos a acabar. Yo no sé por qué lo hacen si saben que se van a enfermar. Eso no me gusta.
Melissa, 14 años
Lo único que puedo pensar de esto es que cómo hay gente que sigue sin creer, que piensa que todo es una mentira, o sigue saliendo sin cubrebocas. Okey, se entiende que mucha gente tiene que salir porque de eso viven, pero qué les cuesta ponerse el cubrebocas, no les toma más de 10 segundos en colocárselo, y la gente que sigue saliendo a fiestas. siguen sin entender que están muriendo muchos niños, jóvenes, doctores, enfermeras, etc. por causa de esto y piensan que es mentira o algún tipo de invento del gobierno. La gente lo toma como un chiste como si morir fuera excusa para hacer un meme o una canción burlándose de ello.
Aranza, 12 años
Al principio me sentí medio rara, porque la gente decía que era el fin del mundo, se ponían locos y súper compulsivos, y ahí creí que teníamos que relajarnos un poco. Luego, pensé que no iba a ser tanto problema, porque no soy mucho de salir, y entonces esto se extendió un mes, luego dos meses, y ahí ya me empecé a desesperar por tener la misma rutina todos los días, todo muy monótono e irrelevante: estar pegada a un computador para navegar en redes o interactuar en juegos virtuales, terminar todas las series existentes en Netflix, y así, lo mismo una y otra vez… Perder el tiempo.
Cristina Curiel, académica de la Universidad Iberoamericana e integrante de la Sociedad Psicoanalítica de México advierte que, debido al confinamiento, niñas y niños podrían manifestar alteraciones alimenticias, de sueño y de humor, ante la imposibilidad de controlar sus emociones por el encierro. Alerta: La situación que vivimos por la pandemia de la COVID-19 es como una guerra que de pronto interrumpe la vida de una comunidad e impide a los niños regresar a la normalidad. Válgame.
DE LA LIBRE-TA
DETALLAZO: Ante las acusaciones del Gobierno de Tabasco contra Manuel Bartlett Díaz por haber causado “por su insensibilidad e irresponsabilidad” graves inundaciones en varios municipios de ese estado, el Presidente no solo exculpó al titular de la CFE, sino que le dedicó en plena mañanera la parodia de Oscar Chávez sobre la canción “La casita”… ¿O no era para el no dueño de las 23 casitas en Las Lomas y Polanco?