Falsa eternidad

Por Guadalupe Ángeles

—(video fallido y/o teoría descompuesta)

A.- ¿Por qué no puede usted dormir?

B.- No lo sé, lo he probado todo: escuchar música por la noche para activar el estado alfa de la conciencia, he leído textos de temas pesados como camiones, he experimentado beber brebajes elaborados con materiales inconfesables, y nada. No puedo dormir, esto ocurre desde que recuerdo, y ese recordar me lleva incluso a una edad anterior a aquella en la que aprendí a hablar; recuerdo que, tendido en la oscuridad… pero no quiero aburrirlo con mis recuerdos poblados de desvelo.

A.- Nada de eso, me resulta muy aleccionador escucharlo hablar sobre su experiencia antionírica, su voz resonando en esta tarde fresca, es como muchas veces en mi infancia un viaje hacia esa tierra oscura que siempre es el pensamiento ajeno; y permítame decirle, me considero un viajero de los pensamientos ajenos, algunos son estimulantes como ríos rápidos en los que perdemos felices la respiración con tal de habitarlos, otros son como tardes plácidas en las que se bebe te y pastelillos con moderación; de ese modo, escucharlo a usted ahora, compartir esta experiencia, créalo, me alimenta… y no poco.

B.- Imaginar que mi desvelo pudiera ser alimento para alguien no me resulta muy grato, acaso sólo algo extraño, pero bueno; tampoco es que habitar el desvelo sea un mal vicio, ni un defecto, es sólo una característica.

A.- Así es, así lo creo, incluso, si lo ve despacio, es una oportunidad para vivir más vidas, es decir, ¿qué puede imaginar la mente durante horas sin ningún fin práctico? Puedo suponer que, incluso puede desarrollarse el vivir el desvelo como todo un arte, uno, no que justifique la existencia, sino que la multiplique ¿y no es acaso eso un sueño parecido a la tenaz necedad de los hombres por alcanzar la eternidad?

B.- Pudiera ser, todo pensamiento que habita la noche puede transformar a quien lo piensa en otra cosa, otra cosa que no es bajo la luz del sol…

Aquí entra una voz en off que es descompuesta por diversos ruidos que provienen del ambiente tales como bocinazos de automóviles, gritos varios y finalmente una explosión hace desaparecer la imagen en la que dos hombres conversan sentados a la mesa de un café al aire libre.

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