Por Francisco Ortiz Pinchetti
Y advierte que la militarización de la seguridad pública alcanzó niveles históricos en los últimos seis años, durante la administración de López Obrador, mientras que las fuerzas policiales fueron abandonadas, operando en condiciones de precariedad y falta de recursos.
En números redondos, el conteo de Causa en Común basado exclusivamente en informes oficiales indica que en el sexenio que terminó el pasado 30 de septiembre se registraron casi 200 mil homicidios, más de cinco mil secuestros y aproximadamente 1.4 millones de casos de violencia familiar. Sin embargo, la organización advierte que el dato real podría ser mayor, ya que la cifra negra de los delitos en México se estima en un ¡93 por ciento!
El documento destaca un dato que sorprende –e inquieta–: durante el sexenio de López Obrador fueron asesinados más de dos mil 456 policías.
Y más: También se documentaron 26 mil 614 “atrocidades”, que incluyen casos de tortura, feminicidios y masacres. “Documentamos miles de atrocidades en un documento que le llamamos la ‘Galería del horror’, una cruda muestra de los actos de violencia extrema y que fueron y siguen siendo ignoradas desde 2020”, explico la propia María Elena Morera, presidenta de la agrupación, durante la presentación del informe.
El informe concluye que el sexenio de López Obrador fue de una profunda erosión institucional. En seguridad, se destruyeron instituciones, otras se debilitaron, otras más simplemente fueron ignoradas. Estos desmantelamientos, sumados a los del resto del aparato estatal, dejan vacíos que las Fuerzas Armadas, pese a su creciente protagonismo, no han logrado ni lograrán llenar.
“Es también claro que se agravó y que se agravará más la opacidad en la que opera el gobierno, bajo el falso pretexto de que las acciones más triviales son supuestos de seguridad nacional, y destruyendo además al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales”, pone el documento. “Es literalmente oscuro un panorama en el que los problemas no se reconocen y en el que ya no existirán medios de acceso a información que debiera ser pública”.
A pesar del horror que las cifras describen, lo que particularmente me aterra es el descubrimiento de los investigadores de la organización civil fundada en 2019 de que existe un “sub registro” doloso en el caso de los homicidios, los secuestros, las extorsiones y el narcomenudeo. Esto significa que muchos delitos se reclasifican o no se registran.
“Los números sobre crimen y violencia en México, por alarmantes que sean, no reflejan ni de lejos la realidad. Además de una cifra negra del 93 por ciento, hay evidencia de probables manipulaciones”, alerta el informe. Y pone ejemplos:
En cuanto al homicidio doloso, denuncia el posible traslado de registros de víctimas de homicidio doloso a otras categorías como homicidio culposo (no intencional) y a la categoría de “otros delitos contra la vida”. El dato: entre 2019 y 2023, el número de víctimas de homicidio doloso disminuyó 14 por ciento por ciento mientras que las víctimas de homicidio culposo aumentaron nueve por ciento y, sospechosamente, las de “otros delitos contra la vida” aumentaron 61 por ciento. A nivel estatal, hay varios casos en los que el número de víctimas de “otros delitos contra la vida” es superior al total de víctimas de homicidios dolosos. Cabe mencionar que, en el caso de feminicidios, Causa en Común cuenta con registros periodísticos que dan cuenta de un mayor número de casos, notorios por la violencia empleada, que los totales registrados en fuentes oficiales.
Similar al caso de los homicidios dolosos, es el del secuestro. Existen claros indicios del traslado de registros de víctimas de secuestro a la categoría de “otros delitos contra la libertad”. De hecho, en diversas entidades el registro de secuestros es mínimo en comparación con el registro de víctimas de “otros delitos contra la libertad”.
Respecto al delito de extorsión, el informe pone que se han detectado “disminuciones extraordinarias” en los registros de este delito en diversas entidades. En algunos casos, los registros se miden, en el acumulado sexenal, sólo en decenas.
Finalmente, en cuanto al narcomenudeo y la violencia familiar, en ambas categorías existen casos con números extrañamente reducidos y casos con reducciones extraordinarias que no tienen explicación.
Lo anterior indica que el problema de la violencia y la inseguridad en nuestro país seguramente es mucho más grave de lo que los informes oficiales nos dicen. Esta manipulación atroz resulta por lo demás absolutamente creíble dada la naturaleza de un gobierno basado en la mentira. No es extraño que oculten a los muertos. Lo hicieron con las víctimas de la pandemia. Válgame.
DE LA LIBRE-TA
TRANQUILOS. Qué bueno que ante el triunfo de Donald Trump, nuestra Presidenta diga que “no hay ningún motivo de preocupación a nuestros paisanos y paisanas, a sus familiares que están aquí, a las empresarias y los empresarios mexicanos, no hay motivo alguno de preocupación”. Lo que no entendí bien es entonces por qué remató con eso de que “México siempre sale adelante”. Glup.
@fopinchetti