Por Alejandro Salmón A. | ahoramismo
Si el consumidor optara por una dieta rica en frutas, legumbres, cereales no procesados y agua natural o con extractos frutales, gastaría más que si se “llenara” con bebidas azucaradas gaseosas, sopas instantáneas, frituras y bollería, productos que se venden en abundancia en casi todos los comercios.
El reciente reporte del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del INEGI muestra que los vegetales son los productos que más han subido de precio en lo que va del año.
De hecho, el segmento de productos y servicios clasificados como “No subyacentes” es el principal impulsor de la escalada inflacionaria, y en él se incluyen los productos agropecuarios en general, entre ellos, frutas, verduras y productos pecuarios.
Además, abarca los precios de los energéticos y las tarifas autorizadas por el gobierno.
Según el INPC publicado en septiembre, la inflación anualizada se colocó en 4.99%, cifra ligeramente menor a la del mes anterior. Sin embargo, los no subyacentes—es decir, vegetales y energéticos, básicamente—aumentaron en 8%.
Durante agosto pasado, el limón, uno de los frutos más consumidos por las familias mexicanas, encabezó la lista de la carestía, con un aumento del 18.16%, seguido por la piña con 14.20%, la uva con 9.50% y el durazno con 5.13%.
El top cinco de la carestía lo completa la papa, uno de los diez artículos más comprados por los consumidores mexicanos, con un alza del 4.65%.
El medallero de la carestía lo completa el concepto “Otras frutas”, con un encarecimiento del 4.52%, el melón con 3.96% y el huevo, también incluido entre los 10 productos más consumidos en México, con un 3.95%.
Foto: Freepik
¿Cuánto cuesta comer bien?
Si las frutas, cereales, verduras y leguminosas son los alimentos más recomendables, vale la pena revisar los precios, buscar ofertas o recorrer los mercados sobre ruedas y las centrales de abastos para encontrar las mejores opciones.
La lechuga romana, una de las más populares, se consigue entre 21 y 23 pesos, mientras que la “orejona” está en 37 pesos por pieza.
El tomate o jitomate oscila entre 30 pesos, en su variedad saladet, hasta 45 pesos en el tipo bola.
Como dice el refrán popular, “Una manzana por la mañana es una cosa muy sana”, pero su precio por kilo no baja de 50 pesos, y en algunas variedades supera los 60 pesos.
Solo la bolsa de manzana escolar ronda entre los 30 y 32 pesos, mientras que la naranja Valencia se acerca a los 40 pesos el kilo.
El nopal, uno de los alimentos más consumidos en algunas regiones, llega casi a los 50 pesos por kilo, mientras que la papaya está cerca de los 40 pesos el kilo, lo que equivale a aproximadamente 80 pesos por pieza.
Por otro lado, la zanahoria está por debajo de los 20 pesos el kilo, mientras que el cilantro ha vuelto a los 12 pesos el manojo, después de haber alcanzado los 25 pesos en julio.
En conjunto, una canasta de alimentos “saludables”, como los que suelen recomendar los expertos en nutrición, cuesta alrededor de 2 mil 500 pesos, como se ilustra en la gráfica.
Gráfica: ahoramismo. Fuente: Quién es quién en los precios, de Profeco y listas de supermercados
¿Por qué tan caros?
Las explicaciones de por qué los vegetales son ahora los productos más caros del mercado apuntan al cambio climático y a los irregulares ciclos de lluvias en los últimos años.
En la primera mitad de 2024, el 73.79% del territorio mexicano padeció sequías clasificadas entre “Moderada” y “Excepcional”, según informes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
La escasez de humedad afectó la producción agrícola y pecuaria, lo que provocó el alza en los precios.
Otro factor que apareció en la segunda mitad del año fueron las intensas lluvias que afectaron ciertas regiones del país, lo cual dañó sembradíos y generó dificultades para movilizar las cosechas.
Sin embargo, otro impacto que ha golpeado no solo la siembra, sino toda la cadena de producción y comercialización, es la actividad de organizaciones delictivas que cobran “derecho de piso” a agricultores, avicultores y ganaderos.
“El mundo rural entero sucumbe ante los cobros mafiosos por el uso del suelo, la producción, las cosechas y las ventas”, según un reportaje publicado por el diario español El País.
En ese reportaje, se destaca que productos como el maíz, coco, sorgo, aguacates, limón, mango y la flor de Jamaica están afectados por el crimen organizado.[1]
Según la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), México cuenta con 191.7 millones de hectáreas, pero solo se siembran 21.6 millones.
Así, la “ensalada” compuesta por sequía, inseguridad, altos costos de los fertilizantes, envejecimiento de la población campesina y la migración de pobladores rurales hacia zonas urbanas, hace que comer sano sea cada vez más caro.
[1] [1] https://elpais.com/mexico/