La disputa por la CEDH de Chihuahua

Por Oserí/Devenir

—Nunca como ahora la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Chihuahua está en la mira de los grupos de poder. Pero no precisamente por las fracciones que ocupan el Congreso del Estado, sino al hecho de que este año se inscribieron más de 29 personas como aspirantes a ocupar la presidencia del organismo.

El Presidente actual de la Comisión, José Luis Armendáriz, luego de gobernar a capricho por más de 11 años a una institución cobarde y sumisa a los poderes estatales y municipales, ahora intenta dejar a su camada de pupilos: nueve de sus colaboradores y ex colaboradores buscan sustituirlo. Estos son los perfiles de los aspirantes que trabajan o han trabajado en el organismo:

El primer aspirante de Armendáriz es sin duda José Alarcón Ornelas, secretario técnico de la CEDH, quien durante 11 años ha sido el brazo derecho de Armendáriz y quien se distinguió por dejar en estado de indefensión a las víctimas, especialmente cuando jamás exigió el cumplimiento de las pocas recomendaciones emitidas; de falsear informes anuales al Congreso; de “negociar” con los partidos políticos el cambio de plazas de visitadores e importantes cargos en el organismo supuestamente autónomo. Al igual que los funcionarios de Armendáriz, Alarcón gozó de privilegios ilegales: Con un salario superior a los 40 mil pesos como Secretario Técnico, también cuenta con una plaza de maestro de secundaria en la Ciudad de Chihuahua. Por lo cual miente en su currículo oficial de la CEDH^[1].
No menos peor que el anterior lo es Karla Ivette Gutiérrez Isla, quien actualmente se dice Primera Visitadora de la CEDH de Chihuahua, pero nunca ha ocupado ese cargo. Y ha llevado una vida ajena a la institución por varios años, lapso en que abandonó decenas de expedientes a su cargo como abogada, con la anuencia del Partido Acción Nacional y del Presidente Armendáriz.
El tercero de los empleados de Armendáriz es el visitador Carlos Gutiérrez Casas, quien se ha distinguido por estar en la ciudad con mayores violaciones a los derechos humanos y en 2016 sólo emitió 3 recomendaciones; en 2017, otras 3, y en 2018, 9 (casi todos con 4 a 6 años de antigüedad), por lo cual otros visitadores han tenido que desahogar su expedientes, tal y como se observa en la página oficial de la CEDH.
El cuarto de los empleados del Presidente es el Lic. Néstor Manuel Armendáriz Loya, Titular del Área de Control, Análisis y Evaluación, quien ha sido el responsable de obedecer a su patrón y dejar en impunidad a todos los funcionarios corruptos, así como castigar y correr a quienes no gozan de la protección de privilegios.
El quinto de los empleados del Presidente es su supuesto compadre: Lic. Ramón Abelardo Meléndez Durán, jefe de la oficina en Ciudad Delicias, quien ha sido criticado en forma sistemática por malos tratos en contra del personal, cuyas víctimas han tendido que interponer quejas por violaciones a los derechos humanos en el mismo organismo. Claro, éstas han sido anuladas por su propio compadre.
Lo más sorprendente es que Flor Karina Cuevas Vázquez, ex visitadora de la CEDH en Juárez 2009-2016 se distinguió, al igual que su compañero Carlos Gutiérrez Casas, por sus escasas recomendaciones y acciones de tutela a las miles de víctimas de violaciones a los derechos humanos, sobre todo en la época de Leyzaola y César Duarte. Fue colocada por el Partido Acción Nacional como visitadora.
El otro visitador inscrito es Iván Paz Gurrea Realyvázquez. Laboró bajo la presidencia de Armendáriz hasta 2011, y se ha propuesto en dos ocasiones ante el Congreso en 2014 y 2019 como aspirante a la Presidencia de la CEDH.
Dentro de la lista de los aspirantes se encuentra José Carlos Hernández Aguilar, quien fuera nombrado consejero de la CEDH el 9 de septiembre de 2017 junto a Oralia Edeni Rodríguez Rodríguez y María del Refugio Bustillos García, lapso en que, según sus propias actas de Consejo, han avalado la administración corrupta de Armendáriz. Inclusive en la página del organismo se autorizó un protocolo para destinar recursos públicos a los gastos de los consejeros.
Otro de sus ex colaboradores es Carlos Mario Alvarado Licón, funcionario menor, adscrito al Presidente, Secretaría Técnica, encargado temporal de transparencia, sistemas, redactor de informes, quien escribió el libro: “La CEDH y la tortura en tiempos de César Duarte”, con el cual exhibe el grado de corrupción de esta institución solapadora de las autoridades municipales y estatales en violaciones graves a los derechos humanos, mediante un organismo en que los partidos políticos intervienen en el nombramientos de visitadores y personal con mayores cargos. Periodista, derecho humanista y escritor de varios libros, propone en su libro, la urgente necesidad de recuperar la honorabilidad en la institución, razón por la cual renunció a su cargo, 15 días después de conmemorar el Día Internacional a las Víctimas de Tortura, con la presentación de su libro.