Encabezados por oficiales de migración mexicana, agentes de la Secretaría de Seguridad Pública de Juárez implementan operativo de contención para impedir el flujo de migrantes que cruza hacia Estados Unidos; cientos de personas se quedan varadas entre el río Bravo y alambradas, frente al muro metálico
POR BLANCA CARMONA / LA VERDAD
Ciudad Juárez– Varados en una franja de tierra y hierba crecida, entre el río Bravo y el alambrado instalado por la Guardia Nacional de Texas como línea divisoria con México, cientos de personas migrantes pasaron la noche a la espera de ingresar a Estados Unidos para solicitar asilo.
Otras cientos de personas acamparon frente a la puerta 36 del muro metálico que se ubica entre El Paso, Texas y esta ciudad. Son hombres, mujeres, adolescentes, niñas y niños, algunos en brazos de sus padres, que en su mayoría arribaron en tren y lograron esquivar un operativo desplegado este martes por Instituto Nacional de Migración (INM), en conjunto con la policía municipal y la Guardia Nacional de México, en el bordo fronterizo para evitar que los migrantes crucen a Estados Unidos.
“Nos arriesgamos y cruzamos el río Bravo, ya lo único que nos falta es cruzar aquí los alambres de púas, hay que esperar ahora haber qué pasa, haber que del otro lado los estadounidenses autoricen la pasada, aquí estamos”, dijo un migrante venezolano que este martes llegó a la ciudad en tren y por la noche logró cruzar el río entre ciento de agentes policiacos y migratorios mexicanos apostados en el bordo fronterizo.
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EL DESPLIEGUE ANTIMIGRANTE
Los agentes migratorios y policiacos se abalanzaban de un lado a otro para impedir el paso de los migrantes que en grupos buscaban cruzar la frontera.
La presencia policiaca en el bordo causó temor a las personas en situación de movilidad y obligó a retirarse a muchos de ellas, pero al caer la noche decenas de extranjeros cruzaron el cauce del Río Bravo y se instalaron junto al alambrado de púas que colocó la Guardia Nacional de Texas, en espera de poder pasar ese obstáculo.
El operativo policiaco se realizó unas horas después de que cientos de extranjeros llegaron a la frontera de Juárez a bordo del tren de carga administrado por Ferromex.
Alrededor de la 1:30 de la tarde, decenas de personas extranjeras, principalmente venezolanas, descendieron de los vagones del tren luego de haber viajado durante días.
El descenso de muchos fue a la altura de las oficinas de Gobierno de Chihuahua, ubicadas en eje vial Juan Gabriel. La mayoría de viajeros se dirigieron directamente al límite internacional, a la puerta o marcador 36 del muro metálico, porque tenían datos de que a esa altura podrían entregarse a la Patrulla Fronteriza y entrar a Estados Unidos por El Paso, Texas.
Sin embargo, al arribar al bordo los migrantes se toparon con una valla humana conformada por policías municipales que portaban toletes y armas de fuego, así como oficiales del INM y efectivos de la Guardia Nacional.
“No nos dejan cruzar hacía aquel lado. Las autoridades mexicanas no nos dejan cruzar… claro que sí inhibe (la presencia policial), como podrá ver no nos dejan realmente cruzar, si nos movemos para un lado se mueven ellos con nosotros, si nos devolvemos luego lo hacen ellos también”, dijo Gleaner Cisneros, quien abordó el tren en Torreón, Coahuila, junto con su esposa, sus dos hermanos y las esposas de ellos, y al llegar a Juárez se fue directamente al bordo del Río Bravo.
Las acciones de contención a migrantes fueron encabezados por Manuel Alfonzo Marín Salazar, titular del INM en Chihuahua, quien en declaraciones a periodistas dijo que la presencia del personal a su cargo era para que la migración se realice de forma ordenada y aseguró que se buscaba llevar a los migrantes a un albergue para evitar que pasaran la noche junto al Río Bravo.
Mientras que la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) dio a conocer, a través de un comunicado de prensa que su participación en el operativo en el bordo del Río Bravo fue en apoyo al personal del INM.
Los oficiales de Migración se observaron en bordo del Río Bravo aproximadamente a las 3 de la tarde y los policías municipales comenzaron a desplegarse unas dos horas más tarde, posteriormente llegaron los elementos de la Guardia Nacional.
Algunos de los migrantes que llegaron este martes 3 de otubre a Ciudad Juárez, se movilizaron hacia la avenida que está frente al río Bravo, al bulevar Juan Pablo II, por miedo a ser detenidos por Migración.
“Ahorita Migración nos está correteando, nos está molestando porque de verdad queremos pasar así, sino que uno viene con los hijos, tengo tres niños y soy padre de familia, tengo cuatro meses en la calle desde que salí (de Venezuela), entonces quisiera llegar pronto porque de verdad ya los niños ya tuvieran un descanso, esta difícil, está complicado”, dijo un hombre de Venezuela que pidió la reserva de su nombre por miedo.
Por la noche, varios migrantes evadieron el cerco policiaco y cruzaron a Estados Unidos.
Una vez en territorio estadounidense, colocaron tendidos junto al alambre de púas y pernoctaron ahí en espera de que las autoridades del país del norte les permitan entrar.
EL VIAJE EN LA BESTIA
Los viajeros dijeron que utilizan el tren porque es un medio de transporte económico, tienen más posibilidades de que el personal del INM no los retorne al sur de México y se sienten más seguros por el número de migrantes que viajan en los vagones.
“Las dificultades el hambre, el frío, sed, muchas cosas, no nos querían dejar avanzar Migración, ahí duramos dos días, abordamos el tren en la Coca-Cola… en pleno desierto. Menos mal que el tren paró y ahí tuvimos que abordar porque si no hubiera sido bastante duro, más que llevo dos niños… de seis años, un sobrino y mi hija”, explicó Maricarmen Tovar quien contó que quiere llegar a Washington donde la espera su hermana.
“Fue un riesgo subirnos ahí, todo el esfuerzo para sacar un buen futuro para ellas… Tengo miedo de todo”, dijo otra mujer que viajó durante tres días en el techo de un vagón.
“Fue una travesía increíble amiga, nada más abordando el tren allá en se me olvido el pueblo, abordamos el tren y apenitas abordamos el tren y se montaron un grupo de mexicanos lamentablemente, no todos son malos, pero se montaron un grupo de mexicanos malos y nos robaron, me robaron el celular, mi mochila, todo. Lo único que traigo encima es eso que ve usted ahí, que es comida y esto, esto lo que llevo encima, pero la travesía fue fuerte, pero presumo yo que va a valer la pena”, expresó Orlando Cisneros.
De acuerdo con los migrantes de la capital del Estado a Ciudad Juárez, el tren tardó unas 17 horas en llegar porque iba a baja velocidad y hubo algunos intentos de las autoridades para obligarlos a descender antes de que llegaran a esta frontera.