Por Angélica Enciso L. | La Jornada
Las comunidades yaquis de Vicam y Pótam, en Sonora, enfrentan desde mayo un crecimiento de la presencia del crimen organizado. Escuchan balaceras casi todos los días, comercios han sido quemados, las clases en las escuelas se suspendieron y la gente se avisa de los riesgos a través de redes sociales para no salir a la calle, indican afectados.
Incluso el viernes pasado, mientras se desarrollaba una reunión del Plan de Justicia del Pueblo Yaqui en Pótam, en la que estaba el director del INPI, Adelfo Regino, se escucharon balazos, se incendió una casa a unos metros de donde se encontraban y una persona resultó herida. Se trata de una situación “extremadamente delicada”, dijo el funcionario en entrevista. Ayer llegaron elementos de la Marina y la Guardia Nacional para resguardar a la población, indicó.
Alrededor de las 17:30 hroas del viernes, cuando se llevaba a cabo, en la sede de la Guardia Tradicional de Pótam, el encuentro para la firma de un convenio de colaboración con las autoridades Yaquis para la adquisición de ganado vacuno en las tierras que les han sido restituidas, se escuchó el “tronido” de balazos, la gente se resguardó y tiró al suelo, explicó Regino.
Mencionó que los grupos delincuenciales, que están en disputa por la zona, por su capacidad de fuego y agresión rebasan el orden establecido por las propias comunidades, situación preocupante y “estos hechos lastiman directamente a las familias”.
Después de los hechos del viernes, el domingo, medios locales dieron cuenta de otra balacera en Pótam. De acuerdo con testimonios de habitantes de Vicam, la primera cabecera, y de Pótam, la segunda cabecera de los pueblos yaquis, en los últimos años el crimen organizado tiene aterrorizada a toda la población.
Mencionaron que en el Plan de justicia para el pueblo yaqui, no se consideró el establecimiento de una mesa de seguridad para abordar el problema y definir una estrategia para pacificar la situación a que se enfrentan las comunidades, a pesar de que hay muchos desaparecidos, los levantamientos son cada vez más frecuentes y la gente de la comunidad no presenta denuncias.
A través de páginas de Facebook la gente se alerta de la situación, con avisos como “no salgan, ahí andan” o llamados a las autoridades federales para que intervengan. Y ante el anuncio de que ayer se reanudarían las clases, muchos expresaron su descontento por el riesgo al que se expone a los niños.