Es urgente la Agenda 2045 frente a una lógica de dominación

Por Leonardo Boff

Sin denunciar el acto criminal de Rusia invadiendo Ucrania, se trata de desvelar lo que se esconde detrás de esta guerra devastadora (el enfrentamiento de EEUU/OTAN contra Rusia/China): se está produciendo una transformación geopolítica de graves consecuencias: la sustitución de la soberanía de los estados por los intereses y estrategias de las grandes corporaciones globales, mayoritariamente estadounidenses, que toman las principales decisiones políticas, económicas, geoestratégicas y trabajan para mantener la hegemonía global, con la posibilidad de una guerra total.

Si ocurre, será total:quedarán pocos para contar la historia y tendrán que volver a empezar la aventura humana, bajo un empobrecimiento terrible y dificultades muy fuertes. De ahí la importancia de conocer este texto, divulgado por el principal promotor del “AHORA DEL HABITANTE DE LA TIERRA”: Riccardo Petrella, reconocido economista que durante años dirigió el centro de investigación científica de la Comunidad Europea en Bruselas y fue el impulsor de la búsqueda de un Pacto Mundial en torno al tema del AGUA del que todos dependemos.

L. Boff

Declaración del Ágora de los Habitantes de la Tierra – Italia

La naturaleza de la “guerra en Ucrania”

La inadmisible invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Putin es un acto criminal, contrario a todas las normas del derecho internacional y de los derechos humanos. Se trata, a primera vista, de una “guerra entre rusos y ucranianos”, cuyos motivos estallaron sobre todo tras el colapso de la Unión Soviética en 1989 y la declaración de independencia de Ucrania en 1991. Dio lugar a violentos conflictos en 2004 y, en 2014, tras el golpe de Estado perpetrado por un grupo de nacionalistas ucranianos, fascistas-nazis, con el fuerte apoyo (ampliamente documentado) de Estados Unidos El golpe de Estado llevó a la sustitución del presidente prorruso elegido por un presidente no elegido, antirruso y prooccidental/proamericano. Estados Unidos lleva años pilotando el giro antirruso de la “nueva” Ucrania con muchos dólares y ayudas. La recuperación del control de Crimea por parte de Rusia en 2014 y su apoyo al levantamiento independentista contra el gobierno ucraniano de las poblaciones rusas de las regiones de Donetsk y Lougansk se consideraron inevitables. Por su parte, Estados Unidos intensificó y aceleró su acción, a través de la OTAN, presentándose como los defensores y liberadores de Ucrania y de toda Europa del Este frente a los objetivos expansionistas de Rusia.

Como se desprende de lo anterior, las razones internas ruso-ucranianas por sí solas no habrían conducido a la actual invasión masiva si no hubiera habido otras razones que demuestran que la “guerra en Ucrania” es sobre todo y esencialmente la última (?) fase de la guerra entre Estados Unidos y la URSS (más tarde Rusia), que durante décadas dividió el mundo en dos bloques y sembró la semilla del odio, el conflicto y las guerras entre los pueblos y entre grupos sociales dentro de los propios pueblos.

Para ser más precisos, todo indica que vivimos, desde hace unos veinte años, una nueva fase histórica, la de la “guerra global”. ¿Qué se entiende por “guerra global”?

Una guerra global

Podemos definir la actual “guerra en Ucrania” como una de las principales expresiones violentas en curso de una “guerra global” a escala planetaria. Por tres razones.

La primera razón. Dado el gran desequilibrio que se ha acumulado en los últimos treinta años entre EE.UU. y la OTAN, por un lado, y Rusia, por otro, en beneficio de EE.UU., el principal interés que lleva a EE.UU. y a (“su”) OTAN a apoyar activamente la guerra en Ucrania no es la defensa del pueblo ucraniano. Es, sobre todo, la oportunidad que se les ofrece de reducir en gran medida la “potencia mundial Rusia” militar y políticamente.

Durante al menos veinte años, Estados Unidos se ha estado preparando para la guerra contra Rusia intentando sistemáticamente ampliar la presencia operativa de la OTAN en todos los territorios fronterizos con Rusia, incluida la Ucrania “independiente”. Y esto, a pesar de las promesas hechas en repetidas ocasiones y los acuerdos firmados con Rusia sobre la no ampliación de la OTAN hacia el Este. Y lo hicieron, a pesar de las protestas de Rusia, con el golpe de Estado de 2014. Con la petición oficial de Finlandia y Suecia de ingresar en la OTAN estos días, todos los vecinos europeos de Rusia (considerando a Bielorrusia como aliado de Rusia) forman ya parte de la OTAN. Así es el Muro de Berlín. El muro ofensivo armado de Estados Unidos contra Rusia en suelo europeo tiene más de 2.000 km de longitud, y lo más importante es que está repleto de armas, incluidas cabezas nucleares, a sólo unos minutos de Moscú. 

Para Estados Unidos, y la gran mayoría de los Estados miembros de la OTAN, el objetivo de la “guerra de Ucaina” está claro: a) ganarla para reducir el poder mundial ruso, b) mantener así la supremacía militar y política mundial, c) reducir la dependencia energética y alimentaria de Occidente con respecto a Rusia y promover los intereses de poder económico de los grandes grupos multinacionales estadounidenses y europeos, también para “legitimar” inversiones cada vez más masivas en energía nuclear e incluso en energías falsamente renovables (como el gas de esquisto), desafiando los objetivos del desarrollo sostenible mundial.

Esto explica por qué, en respuesta a una reciente insinuación del ucraniano Szelenski sobre una (¿sincera?) apertura a las conversaciones de alto el fuego, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró enfáticamente que la UE quiere que Ucrania gane la guerra, y el secretario general de la OTAN, el sueco Stontelberg, anunció que se necesitaría un tiempo más largo y doloroso para lograr la victoria final de Ucrania sobre Rusia.

La decisión del presidente Biden de destinar 33.000 millones de dólares(trilhões em português) a la reconstrucción de Ucrania va en la misma dirección: no a la paz, sino a ganar la guerra contra Rusia y a reducir a Ucrania a una nueva colonia y a un nuevo Estado “aliado” (satélite).u Los llamamientos a no ayudar a Ucrania con armas, sino a buscar lo más rápidamente posible el cese de la guerra con Rusia, han quedado fuera de lugar. El poder de los ucranianos para decidir sobre la guerra es muy reducido. Estados Unidos y la UE, a través de la OTAN, deciden. Así es la “libertad para los ucranianos”. La declaración del 14 de mayo en Florencia de Josehp Borrel, Alto Representante de la UE para Asuntos Internacionales, “Al ayudar a Ucrania, nuestra voluntad es defender a los más débiles de los más fuertes” es pura mistificación.

Denunciamos como irresponsable y criminal esta voluntad declarada de guerra y destrucción de la que las principales víctimas directas son los pueblos ucraniano y ruso e, indirectamente, los pueblos más pobres de África y Asia que están sufriendo y muriendo de hambre en mayor número que nunca debido a los efectos desastrosos en la distribución del grano producido en Ucrania como resultado de las sanciones económicas (y las represalias rusas). adoptadas por la UE para castigar y poner de rodillas a la economía rusa.

Las ambiciones dictatoriales de Putin para reconstituir el poder de la Gran Rusia zarista no son los únicos factores clave en la guerra de Ucrania.  También denunciamos las mistificaciones, las mentiras y la hipocresía de los beligerantes no declarados, pero reales, que, desafiando los tratados, los acuerdos y las promesas, han cometido claras violaciones del derecho internacional y han contribuido masivamente a exacerbar y alimentar la guerra en curso con la voluntad de ganarla.

La segunda razón muestra la importancia de las estrategias geopolíticas y militares globales en relación con la “guerra en Ucrania” . La premura y el empecinamiento con que Estados Unidos/OTAN y, en posiciones subordinadas, la UE, quieren ganarse a Rusia empezando por Ucrania se debe a un elemento crucial. Desde hace algunos años, Estados Unidos no hace más que atacar abiertamente a China, alegando que la considera su nuevo enemigo sistémico. Y Europa ha adoptado la misma línea estratégica: el Presidente de la Comisión Europea ha declarado que China es el enemigo sistémico de Europa.

En realidad, los cambios científicos y tecnológicos unidos a los cambios económicos y sociales de los últimos 30 años- han consolidado la supremacía mundial militar y política de Estados Unidos, a pesar de su indecorosa derrota (el abandono precipitado de los estadounidenses en Afganistán) y su desastrosa presencia militar en Siria – han hecho desaparecer el enfrentamiento ideológico-cultural entre el capitalismo y el comunismo, habiendo adoptado la inmensa mayoría de las potencias mundiales (Estados miembros del G20), incluida Rusia, los principios básicos de la economía global de mercado, competitiva y financiera a nivel internacional. El comunismo ha desaparecido como enemigo radical del capitalismo. Lo mismo puede decirse del socialismo histórico;

– Durante un tiempo, surgieron en su lugar movimientos islamistas extremistas, que han sido y siguen siendo el origen de algunas crisis y guerras “locales”; 

– han cambiado la naturaleza de los titulares del poder político y la “soberanía del pueblo”. El poder político de los Estados y de los parlamentos “nacionales” ha pasado laxamente a manos de entidades privadas, especialmente de las grandes empresas multinacionales, globales, industriales, comerciales y financieras. El poder de control e influencia de estos sujetos sobre las decisiones y estrategias políticas de los estados se ha hecho cada vez más fuerte y, curiosamente, también aceptado por la mayoría de los ciudadanos.

Por lo tanto, se puede afirmar que la soberanía “nacional” sigue siendo, a nivel jurídico e institucional y formal, la de los estados, mientras que la soberanía real del pueblo está hoy en manos de un “pueblo” muy restringido e “irresponsable” políticamente de los pocos poderosos financieros, industriales, comerciales y tecnológicos del mundo. Piense en el mundo de los negocios y las finanzas en los sectores de la energía, la agroindustria, el medio ambiente, la salud, la información y la comunicación.  El control y el uso, por ejemplo, de las tecnologías de procesamiento de datos, de la información y de la comunicación juegan un papel crucial en la “guerra de Ucrania”, ‘ especialmente por parte de la OTAN-EEUU, que está bastante más avanzada que Rusia en este campo gracias a las grandes empresas “globales” estadounidenses ;

Así, la seguridad económica de un país se ha convertido, de facto, tras la coartada de la cortina de humo de la “seguridad nacional”, en la seguridad de los intereses de las empresas multinacionales más fuertes de los distintos países. Este es el caso macroscópico de los tres fondos de inversión privados más poderosos del mundo, los tres de Estados Unidos. Sólo el fondo de BlackRock gestiona 9,5 billones de dólares, ¡el doble de la riqueza producida por Alemania en 202!  Lo mismo ocurre con GAFAM (Google, Apple, Facebook,Amazon, Microsoft), y Big Pharma (de las quince primeras empresas del mundo, 12 son estadounidenses)…

La combinación de estos “senores de la Tierra” ha convencido a Estados Unidos, apoyado por sus alianzas militares en todos los continentes, como la OTAN, de que la supremacía mundial político-militar, tecnológica y económica de Estados Unidos sigue siendo buena para el mundo, renovando un eslogan en boga a principios de los años 50: “Lo que es bueno para Estados Unidos es bueno para el mundo“.  Cualquier intento o desarrollo que ponga en peligro el mantenimiento de esta supremacía se considera un enemigo de la supremacía mundial de los Estados Unidos y, por tanto, según ellos, del buen estado del mundo y del bienestar de la población mundial.

Ahora, la globalización económica y las “revoluciones” tecnológicas han contribuido a que China se convierta en la segunda gran potencia económica moderna del mundo, incluso la primera en términos de producto interior bruto.  La supremacía de Estados Unidos está en cuestión. Estados Unidos teme que China logre imponer el yuan como moneda preferida para el comercio mundial en lugar del dólar y que llegue a ocupar una posición de liderazgo en los mercados financieros gracias a las monedas virtuales, en particular los BitCoins. La supremacía de Estados Unidos en los medios de comunicación actuales en la red también está amenazada por la nueva generación asiática, bajo el impulso del enorme mercado potencial chino.

El interés directo de Estados Unidos/OTAN en la guerra de Ucrania encaja en este contexto global. Su victoria sobre Rusia en nombre (?) de los valores occidentales y mundiales de libertad y justicia contribuiría, según sus expertos, a devolver la credibilidad y la luz a Estados Unidos en la escena mundial.

Considere el hecho de que estamos en presencia de una guerra lanzada por los Estados Unidos simultáneamente a) contra el mundo y b) contra la vida de la Tierra.

La tercera razón cierra el círculo de la “lógica” y las características de la “guerra global”.

Cuando el presidente Biden advirtió a Putin de que Estados Unidos no toleraría ni un centímetro de ocupación rusa en suelo ucraniano, expresó claramente la visión de la dominación mundial según la cual Ucrania “es nuestra”. De la misma manera que en los siglos XIX y XX afirmaron que América (las dos Américas en su conjunto) “es nuestra” (bajo la Doctrina Hoover. (principios de 1900)

Y cuando el pasado mes de octubre, la empresa privada NYSE, que gestiona la Bolsa de Wall Street, la más importante del mundo, decidió con plena soberanía e independencia jurídica abrir una nueva clase de activos financieros, es decir, todos los elementos del mundo natural del planeta, según la propuesta del fondo de inversión BlackRock, estamos claramente ante una oferta de apropiación financiera privada de la vida por parte de los operadores bursátiles del mundo sobre una base globoamericana. Además, esto ya está ocurriendo en el sector de los cereales en los mercados mundiales. Miles de accionistas de las grandes empresas agroalimentarias obtienen pingües beneficios (por ejemplo, Syngenta) mientras cientos de millones de personas que ya padecen hambre ven cómo sus condiciones empeoran, sufren y mueren de inanición. Así, cuanto más continúan las guerras, más se maltrata, empobrece y priva a las poblaciones de los países más débiles (incluidos los migrantes), y más aumentan los beneficios de los fabricantes y exportadores de armas, entre los que sobresalen Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania….; y luego China, Rusia y la India de Modi.

Denunciamos la transformación y reducción del mundo en un campo global de guerra tecnológica, militar, política, económica, social y cultural. Haber transformado la seguridad del poder global y la supremacía de las corporaciones y grupos dominantes estadounidenses globales en seguridad económica global y, a partir de ahí, en seguridad militar global es un acto de dominación e irresponsabilidad global. Es inaceptable que la estrategia de la agenda mundial para los próximos 15 años se defina y subyugue a la guerra global lanzada por Estados Unidos contra China. Es un robo del futuro del mundo.

Pensemos, por poner sólo un ejemplo muy paradigmático, en la forma en que los grupos gobernantes estadounidenses intentaron desacreditar las vacunas chinas (y también las rusas y cubanas) contra el cólera 19 alegando que las vacunas buenas, sicuras, eran sólo las estadounidenses y, en segundo lugar, las europeas. No sólo eso, sino que lucharon ferozmente contra la petición de Sudáfrica y la India hace dos años de suspender temporalmente las normas de la OMC (Organización Mundial do Comercio) sobre derechos de propiedad intelectual privada (patentes sobre la vida).

Para los dirigentes estadounidenses, los derechos privados de las patentes sobre organismos vivos, de los que poseen una gran parte, son un principio inalienable e inexpugnable de su supremacía y no quieren perderlo. No quieren transferir las competencias en este ámbito a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la ONU porque corren el riesgo de ser superados. Por el contrario, mantienen las competencias de la OMC (Organización Mundial del Comercio) porque allí conservan un poder decisivo de decisión.   La salud de casi tres mil millones de personas no cuenta. Sólo cuenta la defensa de los intereses de poder económico de los grandes grupos globales estadounidenses.

Nunca antes había existido una lógica de dominación tan explícita.

¿QUÉ HACER?

Como Ágora de los Abiotats de la Tierra, consideramos urgente denunciar la inaceptabilidad e ilegalidad de esta guerra global fundada en el principio de la dominación y la mercantilización y privatización de la vida.

Los universos del “yo” han aniquilado los universos del “nosotros” (excepto el nacional-corporativista, socio-racista y xenófobo, y el ultraliberal “Sólo el más fuerte sobrevivirá”).

Denunciamos el espíritu corrosivo y destructivo de despojo de los derechos universales de todos los habitantes de la Tierra, los seres humanos y las demás especies derrotadas de la comunidad de vida de la Tierra.

Deploramos la cultura del odio que esta guerra global está reforzando contra todos aquellos que no aceptan ser sometidos a la actual dominación neocolonial global. en particular de la superpotencia EEUU/OTAN/UE.

¡Un pequeño ejemplo de la gran hipocresía y cinismo al que ha llevado la actual guerra de globos: la UE también ha sacado para financiar su ayuda económica y militar a Ucrania de un fondo ad hoc “para acciones a favor de la paz” (sic)!

Denunciamos la ausencia de formas de gobierno mundial plural, democrático y participativo desde lo local a lo global, pluricomunitario, promotor y defensor de los derechos de y a la vida de todos los habitantes de la Tierra.

Los actuales grupos dominantes no quieren ese gobierno. Quieren dominar. Son depredadores.

Luchamos por el reconocimiento de la Humanidad como sujeto institucional jurídico y político para regular la convivencia global.

La invasión militar de Rusia en Ucrania es un desastre, un acto criminal. Es el producto nefasto e inaceptable de la igualmente nefasta e inaceptable “guerra global” en curso.

La guerra nunca ha resuelto los problemas, sólo ha destruido vidas humanas y la vida de los militares de la Tierra.

Por lo tanto, proponemos

a) Lo obvio: el cese de las operaciones militares, con el compromiso por parte de Rusia de retirar sus tropas más allá de las fronteras de los territorios invadidos el pasado mes de febrero, y por parte de Ucrania de dejar de recibir ayuda militar de EE.UU. y la UE de acuerdo con los Tratados de Minsk, y por parte de EE.UU. de dejar de obligar a Ucrania a entrar en la OTAN;

b) La apertura de negociaciones de paz entre rusos y ucranianos para un pacto de “No más guerra entre Rusia y Ucrania”;

c) Negociaciones entre Rusia y la Unión Europea para un nuevo acuerdo para el siglo XXI de cooperación y seguridad paneuropea, sin la participación de EE.UU., China, India, Brasil, pero invitados a asistir como observadores amistosos;

d) La salida de la OTAN de aquellos países europeos que lo deseen en el contexto de una revisión en profundidad del estatus y las funciones “atlánticas” de la OTAN para tener en cuenta los cambios mundiales y las nuevas necesidades sociales y medioambientales;

e) La apertura de un proceso “fundacional” de una Comunidad Europea basada en la paz mediante, entre otras cosas, i) la propuesta de abandono unilateral de las armas nucleares por parte de la nueva ONU y ii) la coforamción de un ejército civil europeo;

f) La puesta en marcha en la ONU a partir de 2025, incluso antes de que finalice la Agenda 2015-2030, de la definición de un Pacto Global por la Paz, la Seguridad y la Solidaridad entre todos los habitantes de la Tierra para la preservación y el cuidado de la comunidad global de vida de Tierra.  Proponemos que este Pacto se llame “La Agenda 2045” en honor al centenario de la naciación de la ONU.

Hay que liberar el devenir de la vida, de los pueblos y de la comunidad mundial de las hipotecas excluyentes y piratas del nacionalismo, de la apropiación privada mercantil de los bienes comunes esenciales e insoportables para la vida, del rendimiento financiero totalitario, de los imperativos tecnocráticos que anteceden a la vida y a la fraternidad.

La libertad y la justicia son asesinadas cuando son dominadas por la libertad del poder adquisitivo. El sentido y los derechos de la vida no están en venta y no se pueden comprar.

17 de mayo de 2022

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