Por Violeta Santiago, reportera / Corriente Alterna |
El pasado 20 de enero, tras casi dos años de espera a causa de la pandemia, se estrenó el documental Silencio Radio (2019). La película, dirigida por Juliana Fanjul (México, 1981), cuenta el proceso que vivió el equipo de la periodista Carmen Aristegui tras su salida de MVS Radio en 2015, desde las investigaciones periodísticas sobre el gobierno de Enrique Peña Nieto hasta la preparación del programa de radio por internet para volver al aire en 2017.
Previo al estreno del largometraje, disponible ya en 33 salas de cine mexicanas, Corriente Alterna conversó con Juliana Fanjul sobre sus motivaciones, así como la experiencia y expectativas generadas por este documental que se ha presentado en festivales de Suiza, Países Bajos, Austria, Francia, Noruega y Suecia, además de inaugurar la edición 2020 del festival itinerante de cine documental Ambulante, en México.
LA “CASA BLANCA”, EL DETONANTE
La espera ha valido la pena, admite Juliana Fanjul por videollamada. El documental estaba listo para estrenarse en 2020, pero llegó la pandemia y las salas de cine cerraron.
“Se decidió retener la película hasta que la situación se normalizara”, comenta.
La historia que cuenta Juliana surgió a raíz del despido de Carmen Aristegui de MVS Radio. En aquel entonces Juliana estudiaba en Suiza y resintió la salida del aire de la periodista, cuya voz e información la acompañaban desde la infancia. “Yo tengo recuerdos fuertes de las primeras veces que escuché la voz de Carmen: sucedía en el coche, desde que mi papá me llevaba a la escuela”.
De ahí que varias de las secuencias de su documental transcurran en el Periférico de la Ciudad de México. Algo que describe como una metáfora de “cómo avanzamos, cómo circula el flujo de información y de escuchar a Carmen siempre desde el coche”.
Ocurrió el 9 de noviembre de 2014. El equipo conformado por Aristegui y los periodistas Irving Huerta, Rafael Cabrera, Daniel Lizárraga y Sebastián Barragán, además del diseñador Gustavo Varguez, publicó el reportaje “La casa blanca de Enrique Peña Nieto”. El trabajo expuso el “conflicto de intereses” en que habría incurrido el presidente de la República por su estrecha relación con Grupo Higa, empresa constructora favorecida por numerosos contratos durante la gestión de Peña Nieto como gobernador del Estado de México y, más tarde, ganadora de la licitación del tren México-Querétaro, un proyecto del gobierno federal. Esa empresa construyó la casa que habitaría Angélica Rivera, entonces esposa del mandatario: una valuada en 7 millones de dólares.
Cuatro meses después de publicar el reportaje, el equipo estaba fuera del aire.
Juliana se obsesionó con el tema. No era la primera vez que despedían a Carmen Aristegui, pero pasaban las semanas y no se le abría espacio en alguna otra emisora. “Sin darme cuenta, ya se estaba gestando la idea de la película”, recuerda.
Con apoyo de la Radio Télévision Suisse, Juliana regresó a México dispuesta a plantearle su idea a Carmen. Como pudo, se coló en las oficinas de CNN para dejarle una carta en la que solicitaba una entrevista. La oportunidad llegó semanas después.
Aristegui salió de una conferencia de prensa, cerca de la Alameda Central, y se encontró con la cineasta. “Durante una hora y media estuvimos platicando sentadas, prácticamente, en una banqueta de la Alameda. Se hizo de noche y, al final, yo dije: ‘Bueno, pues yo quiero filmar’”.
“El documental me permitió verme a mí misma”, dice Carmen Aristegui a Cultura UNAM, el día del estreno. “Pero con la interpretación y la mirada de alguien como Juliana. Para mí fue el descubrimiento de la mirada de una radioescucha”.
UNA CRÓNICA SOBRE MÉXICO
En casi una hora con veinte minutos Silencio Radio retrata los esfuerzos de Carmen Aristegui y sus colaboradores para regresar a la radio; de paso, se acerca a otros momentos álgidos del sexenio de Peña Nieto: la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y, sobre todo, la violencia contra otros periodistas.
“Durante las etapas de escritura y desarrollo del proyecto me preguntaban si era una película sobre Carmen o sobre México”, expone Fanjul. “Yo respondía que no podíamos hablar del trabajo de Carmen y de la censura al equipo sin contextualizar”.
El rodaje implicó un trabajo de tres años, de 2015 a 2018. Durante ese tiempo creció la confianza entre los documentalistas y el equipo de periodistas. “Aceptaron nuestra presencia: que pudiéramos estar filmando y filmar situaciones cada vez más complejas”, explica la directora.
Sólo así, el equipo documental pudo estar presente cuando se lanzó el reportaje “Peña Nieto, de plagiador a presidente”, cuando se registró el allanamiento de las oficinas de Aristegui Noticias o cuando se lanzó el primer programa por internet tras dos años de estar fuera del aire.
Sin embargo, mientras los meses transcurrían, la tensión alrededor de Aristegui Noticias iba en aumento.
Uno de los momentos más difíciles de grabar, recuerda Juliana, ocurrió tras el allanamiento a las oficinas del equipo: Carmen aparece a cuadro, con el mentón recargado sobre sus manos entrecruzadas y arruga la nariz mientras ve los videos de los dos hombres que irrumpen en sus oficinas. “Qué horror ver eso”, expresa la conductora con la mirada fija en la pantalla. “Te sobrecoge ver que se están metiendo, así, a tu lugar”.
“Carmen y el equipo no iban a dejar de investigar y publicar; y mientras lo hicieran, no iban a dejar de pisarle los callos a terceros, iban a reaccionar y los iban a atacar”, dice Juliana.
Pero Silencio Radio también es un acercamiento a Carmen, la mujer “de carne y hueso” más allá de su figura como periodista. Esto se aprecia en las escenas donde bromea con su equipo, come una quesadilla o maneja su auto por el Periférico mientras anuncia que no le ha dado tiempo ni de comer una galleta.
Registro del día a día, del trabajo cotidiano, que cambia de tono al calor de los acontecimientos. Episodios terribles, como aquél donde comienzan a circular noticias falsas sobre el “asesinato” de la periodista. Este momento, dice Juliana, provocó la renuncia de colaboradores y llevó a varios miembros del equipo a declarar frente a la cámara que ningún periodista merece morir por hacer su trabajo.
“Fueron momentos conmovedores, como el asesinato de Javier Valdés. Si en algún momento se estableció la hipótesis de que ‘si a Carmen no le daban un tiro se debía a su popularidad y visibilidad’, lo de Javier nos hizo sentir que el peligro estaba realmente muy cerca”.
NARRAR LA REALIDAD PARA CAMBIARLA
Juliana Fanjul se ha especializado en el cine documental. Sus dos proyectos previos –Si seguimos vivos (2010) y Muchachas (2015)– también exploran problemáticas sociales de México.
En marzo de este año, en el Festival Internacional de Derechos Humanos de Ginebra, estrenará una película realizada para la televisión suiza sobre la vida de una mujer afrodescendiente en ese país.
Juliana dice que cuando le preguntaban si los documentales podían cambiar el mundo, solía responder que no. Ahora no está del todo segura. “Si el cine no tuviera impacto, no existiría la censura”, advierte.