Por Luis Reyes | Desinformémonos
En cuatro años, el número de niñas y niños que viajan solos a México en ruta migratoria aumentó casi al doble, pasando de casi 69,500 en 2019 a más de 137,000 en 2023, reveló una investigación de Plan International y Save the Children en México con base a un documento técnico del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana (IBERO) Ciudad de México (CDMX).
La investigación realizada por Nasly Castillo Arteaga, Eugenia Morales Viana, Emilio López Reyes, Emilia Licón Morales, Fernanda Lobo Díaz, Janette Carrillo Díaz y Antonio Trejo Sánchez, y coordinada por Andrea Horcasitas Martínez, llevó a cabo 155 entrevistas a niñas y niños migrantes en Ciudad Juárez, Reynosa y Tijuana.
De acuerdo con los datos recabados, entre los factores que impulsaron a que más niñas y niños migrantes no acompañados siguieran la ruta migratoria en México están la creciente violencia, la pobreza, la falta de oportunidades y el desplazamiento relacionado con el clima en sus países de origen.
Los resultados de la investigación «Niñez no acompañada: riesgos y violencias en la ruta migratoria por México» revelan que las causas de movilidad de estas infancias son principalmente por buscar la reunificación familiar (34.8%), huir de violencia criminal (21.3%), o huir de amenazas directas o por conflictos comunitarios (11.6%).
También, mostró que 7.7% de las niñas y niños no acompañados desconocen las razones de su desplazamiento y muchos de las y los encuestados viajaron inicialmente con su familia o un ser querido, pero el viaje a menudo resultó en una separación. Su situación familiar está caracterizada por precariedad económica, estructuras y fragmentación familiares.
Por otra parte, evidenció que la educación de las y los migrantes en la frontera norte de México se ha visto gravemente afectada, ya que casi tres cuartas partes (70.3%) de las y los menores entrevistados asistían a la escuela, pero ahora más de la mitad (58.1%) ya no aprenden en un aula.
Trabas administrativas, los riesgos de seguridad y la falta de educación formal en los albergues son factores que influyen en esta situación. Además, la discriminación y la xenofobia en las escuelas la agrava. Según los testimonios, » madres, padres y cuidadores mexicanos no quieren que sus hijos convivan con niños y niñas migrantes».
La investigación también reveló que el impacto emocional en las infancias migrantes en estas ciudades “es inmenso”, especialmente entre aquellas que fueron separadas de sus padres y madres.
Muchas de estas personas menores tienen dificultades para comprender por qué sus padres ya no están a su lado o por qué han estado viviendo en albergues durante largos periodos con poco o ningún contacto.
Después de huir de la violencia, un alto número de menores de edad con estatus de migrantes se encontraron en refugios superpoblados, fuera de la escuela y sin compañía en barrios inseguros, donde enfrentaron más peligros y continuaron negándose sus derechos.
«A pesar de esto y de la angustiante situación que enfrentan, se informó que el acceso a apoyo de salud mental para las y los niños migrantes en estas tres ciudades es prácticamente inexistente«, señaló el estudio.
Ante estos hallazgos, Plan International y Save the Children en México exigieron una respuesta inmediata y coordinada para fortalecer la protección infantil en ciudades fronterizas, garantizar acceso inclusivo y seguro a la educación y atención de salud mental, y brindar alojamiento digno que priorice las necesidades —especialmente de las niñas— que huyen de la violencia. En este enlace encuentra el reporte completo.
Publicado originalmente en la IBERO