Por Lilia Cisneros Luján
— Los Días Internacionales ofrecen una pizca de cultura al sensibilizar a la gente sobre temas históricos o de interés, con relación a derechos, sostenibilidad y en general aspectos que se supone han sido logros para la raza humana. El pasado viernes vimos la nueva versión de la celebración de los 110 años del inicio de la revolución mexicana. Recuerdo que en mis años de educación secundaria nos gustaba ver el desfile deportivo de alumnos, maestros, trabajadores de sector público y privado y en general participación en la cual podíamos agradecer tiempos de paz y anhelos de progreso. Esta vez entre la pandemia, el afán de borrar todo lo pasado para dejar espacio a la llamada cuarta transformación, con más de una centena de hombres y mujeres disfrazados –del ejército todos ellos por supuesto– presenciamos algo así como el montaje de una obra ¿de teatro, televisión o cine? De las que ha hecho famoso y solvente financieramente hablando, a Epigmenio Ibarra[1]La habilidad para argumentos de confrontación de este productor ¿se debe a la influencia que tuvo como corresponsal de guerra?
En la misma fecha, la ONU estableció el día internacional del niño, evento que surge de un acuerdo en el año 1959, ánimo que luego de la redacción de diversos ordenamientos da como resultado la Convención acerca del mismo tema, que por cierto ha sido una de las avenencias mundiales con mayor número de países signatarios ¿Por qué Estados Unidos de Norteamérica siempre elude la suscripción de este tipo de compromisos? ¿Qué supone, que México –una de las naciones que con más entusiasmo se sumó a la iniciativa que este afán implica– confronte hoy la pérdida de un promedio de 14 menores de edad diariamente?[2]
Ayer, fue el día internacional del músico y hoy es el día europeo de los sin techo ¿Alcanza esta memoria para pensar en algo a fin de paliar las pérdidas a las víctimas de Tabasco, Veracruz, Chiapas y varias ciudades de centro América cuyos techos han desparecido por el viento, las lluvias y los deslaves? Sería interesante saber si los mercadólogos o los productores en medios masivos tienen algo preparado para que el 25, pasado mañana, celebremos la “eliminación de la violencia contra la mujer” y que en la televisión abierta nos ofrezcan detalles de los avances en la salud de las personas enfermas de diabetes, obesidad, cáncer etc. o el recuerdo de las víctimas de los accidentes de tráfico ¿será por ello que los ciclistas nos recetaron el pasado sábado, bloqueos aleatorios en toda la ciudad de México, como una forma de exigir “justicia” a Mario, repartidor que fue arrollado por un auto?
Imposible a los fundadores del Instituto para la Atención Integral del Niño Quemado –iainq- olvidar que un 16 de noviembre de inicio de los 90, recordamos los conceptos del día mundial de la tolerancia, invitando a los fundadores de otra ONG -denominada Comunicación Cultural A.C.– dedicada por cierto a incidir en el uso de los medios en favor del niño ¿Por qué estos dos esfuerzos filantrópicos, se han visto asediados por instancias gubernamentales en vez de sumarse para bienestar de la infancia de las presentes generaciones? Jóvenes, que han perdido la capacidad de investigar que fechas como el día mundial de retrete, no es un pretexto para memes, sino el ánimo para extender los beneficios del agua potable y la sanidad a una población de más de cuatrocientos millones de seres humanos, que dejan sus desechos al aire libre, con las fatales consecuencias para la salud, sobre todo si esto se relaciona con los desastres naturales como lo que ocurre en el sureste mexicano. ¿Habrá instalaciones sanitarias adecuadas para que en el 2030 podamos decir que cumplimos? Los gobiernos que ignoran esta fecha, ¿saben que, la ausencia de acciones pertinentes, contamina pozos, tierras de cultivo y muchas otras consecuencias que producen enfermedades crónicas mortales? ¿Las escuelas que carecen de sanitarios funcionales y lavabos para asearse las manos en México, hacen honor a este día? ¿Solo la gente de áreas rurales defeca y orina al aire libre?
Y es que más allá de la solidaridad con el pueblo palestino -29 de noviembre- el de la filosofía o el de la televisión, quizá debiéramos pensar en lo que se puede hacer por el tema de la guerra química -30 de noviembre- perversidad que deseamos no sea parte de: las epidemias, los males vinculados con el cáncer, la diabetes y otros tantos que parecen encaminados a diezmar la población mundial.
En el encierro obligado como estrategia para no contagiarnos de Covid, los espacios periodísticos, nos repiten hasta el cansancio, detalles de las protestas ciudadanas, en contra de decisiones gubernamentales en: Guatemala, Perú, Alemania, Francia, y un buen número de países de todo el mundo, ansiosos por salir del confinamiento, deseosos de poder trabajar y hartos de que los únicos caminos relacionados con la economía sea la de los criminales impunes y tolerados como los extorsionadores –p.e. las mujeres descendientes de la señora Barrios en el centro de la ciudad de México en contra de dueños de ópticas– por igual con el tema de la venta de supuesta seguridad o los accidentes pre planeados, para para amenazar a automovilistas a los que les sacan dinero disque para indemnización y en el caso de no lograrlo, llegan al maltrato y las lesiones. Antes de que Usted mismo se dé la respuesta tome en cuenta que un simple alboroto es expresión social alterada o solo sedición, en tanto que la rebelión de hecho consiste en un delito contra el orden público y por ello supone una pena bien por el poder civil o militar. En ambos hay una hostilidad contra los poderes del estado, con el fin último de derrocarlo, aunque, mientras que el alboroto carece de programa o metas, la rebelión supone un levantamiento masivo organizado y con contendido político claro y definido. ¿Qué convierte a cualquiera de estas expresiones en una revolución? Lo que estamos viendo en distintos países ¿son una moderna revolución o son revueltas perversas producto de la descomposición social y la ausencia del estado de derecho, sin más propósito que imponer un nuevo régimen?
[1] Periodista guatemalteco-mexicano quien llevo al estrellato a la actriz Angélica Aragón luego de ser sacada de televisa, por lo cual se convirtió en una de la mejor promotora de otros tipos con la novela mirada de mujer. Igual alcanzo mucha audiencia con narco series como El señor de los cielos, la Reyna del sur, Chema.
[2] Siete fallecidos de formas por demás degradantes – violados, torturados o descuartizados- y siete desparecidos.