Hipócritas


Por Lilia Cisneros Luján
—Casi imposible es moverse en el mundo sin saber como funciona la hipocresía. Si lo maduro es reconocer las diferencias entre lo correcto y lo incorrecto, lo blanco y lo negro, lo bueno y lo malo; y en realidad nos movemos sin claridad entre los dos mundos casi es un hecho que caemos en el rango de hipócritas[1] Los especialistas de las emociones tratan de justificar a los hipócritas señalando que adolecen de una deficiencia en la capacidad para decidir entre estos ámbitos éticos.

Aun cuando dicha condición, puede ser constante o esporádica, lo infaltable es la ausencia de autocrítica, pues los hipócritas exigen del otro lo que son incapaces de desarrollar ellos mismos en términos de credo, opinión, sentimientos, cualidades o virtudes.

El tema es constante en prácticamente todos los sistemas religiosos: el Islam señala en el Coran que al hipócrita “si –al otro- le llega un bien, le duele y si le sobreviene un mal, se alegran por ello; pero si tenéis paciencia y sois temerosos, su intriga no os dañará en absoluto; es cierto que Allah rodea lo que hacen”. Llegando al punto de consignar el castigo para quien así actúa para esta y la otra vida[2] El antiguo testamento y también el nuevo, hacen un sinfín de señalamientos, Jesús acusó a los fariseos de tener esta calidad y es que en prácticamente todos los sistemas de valores afirman que al hipócrita es fácil conocerlo porque cuando habla miente, si promete no cumple y casi seguro estaremos expuestos a la traición si acaso cometimos el error de confiar en él

Hay sistemas que consideran mas peligroso al hipócrita que al incrédulo[3], pues sus verdaderas intenciones son encubiertas con afirmaciones de supuesta identificación, con aquellos de quienes esperan algo, como sería el voto. El hipócrita siempre causa un doble daño, pues en la oscuridad realiza actos de enemigo aunque a la luz pública se presenta como amigo y siempre tiene a la mano una frase para justificar el ataque anterior que acaba de realizar ¿Hay hipocresía en la dualidad que por un lado vitupera en contra de una nación y luego –en menos de 24 horas- dice que ese mismo pueblo es muy lindo?

Es decir, una persona hipócrita es aquella que pretende servir -gobernando o liderando cualquier grupo cívico o religioso- aunque de verdad trata de que se note la grandeza y bondad que construye con apariencias sobre si misma, propagándose como ejemplo y pretendiendo o pidiendo que se actúe de la misma forma visible, además de que se glorifique su accionar, aunque sus fines y logros estén alejados a esa realidad. ¿Cuál es la verdadera personalidad de los cuatro candidatos a la presidencia de México y los miles a las alcaldías, presidencias municipales, diputaciones, senadurías, regidurías etc.?

Sobre la hipocresía y los hipócritas, se ha teorizado abundantemente[4], se profundiza en sus contradicciones, sus paradojas, el sustento que implica para los fanatismos que nulifican al final de día los valores y el compartimiento moral oscuro no fácil de identificar. Considerar a la duplicidad y el disimulo como una parte benéfica del comportamiento humano y de la sociedad, es algo sostenido por algunos teóricos de los negocios y de la política. ¿Cuantos han entregado sus recursos financieros a “magos del fingimiento” a los cuales casi nunca se encarcela?

Resulta interesante leer los señalamiento de escritores como Hugo J. Byrne respecto de tres casos vinculados con entregas del Oscar y otros premios, sobre todo el que hace acerca de Robert Redford, con el cual no simpatiza sobre todo por haber ensalzado a Fidel Castro, respecto del cual por cierto hace señalamientos muy críticos acerca de su actuación en la Asamblea Económica de Naciones Unidas en Monterrey México. Según su visión fue en nuestra patria donde supuestamente el entonces presidente Vicente Fox, le sugirió “comes y te vas” pues según el señor Byrne, Fidel Castro, en realidad se retiró para ocultar su verdadera condición de un hombre senecto[5] que no por ello dejó su postura pública de “un tirano de personalidad conspirativa y truculenta”.

En esta última campaña hemos escuchado acusaciones en contra de AMLO, por usar un taxi aéreo, luego de afirmar que solo viajaría en aviones comerciales; y también recibió esta etiqueta el señor Anaya, a quien se le calificó de hablantín e hipócrita y si repasamos la historia electoral de nuestro país, encontraremos centenas de zalameros hipócritas nacionalistas, que pueblearon, tomaron sus bebidas en caballitos tequileros -aunque bebieran whisky- mandaron a su hijos a instituciones educativas públicas -pero en privado hablaban horrores de los nacos que ahí estudiaban- y habló en su momento de las maravillas de la expropiación petrolera o la nacionalización de la energía eléctrica, aunque fueron incapaces de defender estas mismas acciones cuando las reformas correspondientes, les dieron reversa a estas acciones históricas.

En fin como digo siempre esto es el mundo y no el paraíso, y desde tiempos antiguos los sepulcros han sido impecables y bien pintados por fuera pero hediondos por dentro.

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[1] Ver mi opinión del 13 de febrero del 2012.
[2] Los que ofenden a Allah y Su Mensajero, Allah los maldecirá en esta vida y en la Otra. Ha preparado para ellos un castigo infame
[3] Kafir en el Corán
[4] Nils Brunsson, en términos de análisis del desarrollo y Krasner para efectos del las relaciones internacionales con su sistema de “hipocresía organizada”.
[5] Con accidentes de dentadura y baba escurrida en la barba, más otros vinculados con micciones involuntariaa y otros según el autor

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