Desplazados piden ayuda para niñez y juventud ódami

Por la situación de desplazamiento masivo en la región, el albergue ódami Ogadügo Sosoitigami (padre de los pobres) está en busca de un nuevo espacio en la ciudad para continuar con la educación de los niños y jóvenes, para brindarles un espacio seguro y mejores posibilidades y que no pierdan la esperanza

Por Leonel Barro y Patricia Mayorga

Como cientos de familias de diferentes rancherías, habitantes de El Pinito han dejado sus comunidades del municipio de Guadalupe y Calvo, en busca de su seguridad y para pedir ayuda a los autoridades. En su mayoría son hablantes de la lengua ódami, lo que representa un doble esfuerzo adaptarse a otra cultura o para que sus inquietudes y problemas sean escuchados, así como la exigencia de seguridad y tranquilidad en su tierra.

Por otra parte, las pocas personas que han decidido quedarse en las rancherías y comunidades de las seccionales de Dolores y parte de Baborigame, del mismo municipio, viven momentos de terror e incertidumbre porque la comida se agota, los animales están muriendo y las bombas artesanales lanzadas con drones, no paran de caer sobre viviendas e incluso han atacado a los cuerpos de seguridad estatal y federal.

El lunes pasado, los gobiernos estatal y federal desplagaron las Bases de Operación Interinstitucional (BOI) hacia las comunidades como El Zorrillo, Dolores y El Pinito, donde fueron atacadas con bombas lanzadas a través de drones en otra zona.

Video tomado de AN24-Acción en la noticia

Las BOI están conformadas por agentes de la Fiscalía General del Estado, de Seguridad Pública Estatal, del Ejército mexicano y de la Guardia Nacional, quienes este sábado dieron a conocer que ayer sufrieron otro ataque con drones en el camino de de la comunidad El Carneto a Mesa de la Vaca.

En medio de ese contexto, han vivido durante meses, miles de familias en las comunidades y rancherías del esa zona identificada como Triángulo Dorado, entre las que se encuentra El Pinito, donde diriamente viven y escuchan las detonaciones de armas de diferentes calibres.

En ese poblado hay un albergue que está a cargo de la asociación Ogadügo Sosoitigami, en el que atienden a niños y jóvenes varones, desde 2019. J.M, uno de los encargados del albergue, desplazado en una ciudad del estado, contó en entrevista el 90 por ciento de los estudiantes que van al albergue es del pueblo indígena ódami y el 2 por ciento es rarámuri, además de los mestizos.

“El trabajo que nosotros realizamos con ellos es educación y asistencialismo. Les brindamos una educación integral, tanto humana como psicológica y espiritual. Dentro de nuestras instalaciones los niños reciben educación básica que es kínder, primaria, secundaria, preparatoria y estábamos por abrir el espacio para universidad”, comenta J.M, quien también es presidente de la asociación.

El proyecto nació el 3 de febrero del 2019 en la comunidad de El Piniito por iniciativa de J.M, originario de la misma comunidad, quien se preparó para atenderlo. “Este proyecto nace raíz de lo que está pasando los niños jóvenes varones, atendemos únicamente varones porque vi la situación y la necesidad de cubrir sus necesidades y porque ellos no estaban siendo atendidos por ninguna organización”.

El Pinito, municipio de Guadalupe y Calvo Foto: Facebook Guadalye y Calvo, explorando México

El proyecto lo abrieron con dos niños y creció hasta atender a 25. Debido a que las instalaciones ya eran insuficientes, les donaron un terreno en comodato para tener un espacio suficiente y lograron construir otra casa para los jóvenes.

“Atendemos ya a los jóvenes en su espacio y los niños también tienen su propio espacio. El fin de nuestra organización es apoyar no sólo a los niños internos sino externos, niños con discapacidad, adultos mayores y personas que requieren de nuestro servicio (…) pero nos enfocamos de inmediato a los niños porque era lo que estaba más necesitado en su momento”, agregó el entrevistado.

Por la situación de desplazamiento masivo en la región, el albergue ódami Ogadügo Sosoitigami (nombre en ódami que significa padre de los pobres) está en busca de un nuevo espacio en la ciudad para continuar con la educación de los niños y jóvenes, para brindarles un espacio seguro y mejores posibilidades y que no pierdan la esperanza

Foto: cortesía

“Lo que yo les digo a los jóvenes es que no perdamos la esperanza que de todo esto vamos a obtener algo bueno, buenos resultados y sigo en la lucha, en la búsqueda de un espacio para poder continuar con nuestro trabajo. Aunque me da tristeza y un vació enorme de dejar las instalacioens que con mucho esfuerzo logramos hacer para nuestros niños y jóvenes, no hay de otra que seguir nuestro camino en la ciudad (…) sobre todo que sigan en la formación y que sigan siendo personas de provecho para la sociedad”, exhortó el encargado del albergue.

Como esta historia, hay miles más en Guadalupe y Calvo, donde la gente se ha acostumbrado a que la vida no es sencilla, a quitarse el estigma de narcotráfico y demostrar que es posible vivir con dignidad en aquel territorio. Sin embargo, hoy se preguntan hasta cuándo podrán vivir sin ser aterrorizados en sus comunidades y sin ser ignorados por las autoridades.

La gente está decepcionada, el apoyo de gobierno sólo llega para ayudar a salir a la gente

Las pocas personas que se han quedado en la región de Dolores y parte de Baborigame, en el municipio de Guadalupe y Calvo, viven momentos de terror e incertidumbre porque la comida se agota, los animales están muriendo y las artefactos explosivos lanzadas con drones, no paran de caer sobre viviendas e incluso han atacado a los cuerpos de seguridad estatal y federal.

Y aunque la Fiscalía General del Estado ha negado el desplazamiento forzado por varios meses, en Guadalupe y Calvo, los pobladores aseguran que las BOI están apoyando a la gente a salir resguardada en caravanas, luego de que los mismos cuerpos policiacos sufrieron los ataques con bombas hechizas lanzadas en drones.

“No hay muertos por las bombas, de gente que no tiene nada que ver, pero sí se habla de muertes de sicarios, de la gente que está peleando. Incluso hay de muertos que están echados a perder o que están echándose a perder, es lo que se escucha y lo que ha visto la gente”, alertó una persona entrevistada desde Dolores, seccional del municipio de Guadalupe y Calvo.

Las personas desplazadas y quienes se están quedando en la región, aseguran que desde hace tiempo no hay presencia de gobierno, “la gente se siente decepcionada, sola. La gente no sale de sus casas por las bombas”. Detallan que cuando el gobierno ha ido es para ayudar a la gente que salga escoltada: “hacen caravana de resguardo y se los llevan, esa es la única presencia. Hace quince días vinieron y salieron dos maestros resguardados. Es una situación triste”.

Raíchali entrevistó a personas desplazadas en otro lugar del estado y a dos más que se han quedado en las comunidades para apoyar a quienes no han podido salir. Se omiten sus nombres por temor de su integridad física.

Sierra Tarahumara, caminos hacia Guadalupe y Calvo
Foto: Patricia Mayorga

De acuerdo con pobladores desplazados, integrantes del grupo delictivo local perteneciente al Cartel de Sinaloa, fueron los primeros que se fueron cuando llegó el otro cartel, identificado como “sociedad” entre La Línea del cartel de Juárez y el Jalisco Nueva Generación. Sin embargo, ahora están regresando los del grupo local con más fuerza para contraatacar también con drones, como sus contrincantes.

“Se intensificaron las cosas en Dolores y en otras rancherías. Están atacando con bombas desde hace tiempo, pero ahora más fuerte. Los que estaban aquí (integrantes de grupo delictivo) fueron desplazados, pero como que regresaron porque retomaron algunos puntos, tomaron más fuerza y están atacando”, relató una de las últimas personas que decidió huir ayer de Dolores.

Entrevistada vía telefónica, otra persona dice desde Dolores, que ya queda muy poca gente. “No hay camino para Guadalupe (la cabecera municipal), están peleando a la altura de San Miguel más o menos, no hay paso. Se están agarrando muy fuerte, también afuera de aquí hacia El Carnero, que está a unos 10 minutos de Dolores. Están tirando bombas hechizas con drones directo en las casas de Dolores.

“Hoy mismo (ayer) se están yendo más. Los indígenas de Dolores (ódami) ya se salieron. Hay comunidades indígenas más lejos de donde también se están yendo mestizos y finalmente también se fueron indígenas. En Dolores ya hay poca población y la gente está nerviosa”, relata una de las personas desplazadas.

San Francisco de los Salgueiro
Foto: tomada de Facebook

Dieron a conocer que es un número considerable de familias ódami, rarámuri y también mestizas, que se fueron por violencia.

Además de Dolores, han huido de las comunidades de San Miguel, El Carnero, El Palmito, San Francisco de los Salgueiro, Galeana, El Riyito, El Pinito, Tableteros, El Muertecito, San Ignacio de los Sotelo. Se están yendo hacia Parral, Culiacán, Chihuahua, a Guadalupe y Calvo y otras partes..

Reiteran que desde hace tiempo ha habido enfrentamientos, pero el riesgo para los pobladores en general ha aumentado y la zona es de difícil acceso, por lo que se dificulta la manera de salir, sobre todo para los pueblos indígenas y también para obtener apoyo.

“Dolores es una parte grande del barranco, es una sección que pertenece a Guadalupe y Calvo. Estamos a 5 horas de Baborigame (la seccional más cercana y con mayor población) y a casi 8 horas de la cabecera municipal. Los terrenos son de difícil acceso, entre sierra y barranco, tierra y piedras, caminos casi inaccesibles, la situación es difícil geográficamente”, especifica otro de los entrevistados en el poblado.

“Gracias a Dios no se ha escuchado que ha habido muertes de gente que vivía aquí sin estar involucrada. Si se escucha que ha habido muertos entre la gente que está peleando, pero lamentablemente no ha habido muchas personas de gobierno para poner un orden o para que haya un poco de seguridad”, reclamó un poblador que continúa en la región, quien dice que en otras zonas más cercanas a la cabecera hay mayor seguridad.

Dolores, Guadalupe y Calvo
Foto: tomada de Facebook

La gente que se ha quedado vive con incertidumbre todos los días porque en las tiendas prácticamente no hay nada, las personas de las tiendas ya se fueron. La gente no sabe qué comerán, están dejando su patrimonio muchos y los animales andan sueltos, se están muriendo porque no hay suficientes personas para darles de comer, relatan las personas desplazadas entrevistadas.

Sin embargo, la noche de este sábado salió otro.gruponde unas 60 personas de la comunidad de Dolores, en un camión de la ruta Culiacán-Dolores, de acuerdo con el medio de comunicación Expresión Libre Parral.

Los pobladores que salieron anoche, dijeron al medio mencionado, que se sintieron abandonados por la Presidencia municipal que no.les respondió y por un convoy del gobierno que llegó a una zona cerca, pero no descendió hasta el domo de la comunidad, donde los habitantes los esperaban.

En su desesperación, pidieron auxilio a la linea de autobús que aceptó ir por ellos. Salieron alrededor de 60 personas, incluidos niños, niñas y adultos.

“El desalojo de la comunidad se realizó en un contexto donde ya no había acceso a alimentos ni gasolina, ya que las tiendas se habían cerrado debido a la inseguridad. Muchos de los que abordaron el camión no contaban con dinero suficiente para el pasaje y pidieron el boleto a crédito, reflejando la gravedad de la situación económica y emocional que enfrentan,”, informa Expresión Libre.

Aún quedan pobladores en Dolores y alrededores, pero planean salir los próximos días por la falta de acción y de apoyo de las autoridades.

La versión oficial

“En esta ocasión escuché que más al rato viene el gobierno, no sé si los soldados, la Guardia Nacional y ministeriales”, dijo uno de los entrevistados ayer, vía telefónica.

Y hoy, los medios locales informaron que las células BOI fueron atacadas de nuevo con drones:

“Un nuevo ataque con explosivos arrojados con drones sufrió una célula mixta, en el municipio de Guadalupe y Calvo. No se reportan personas lesionadas ni daños. Fue ayer cuando personas de una célula realizaban recorridos de prevención y seguridad, y mientras caminaban rumbo al poblado El Carnero, hallaron un vehículo calcinado”, de acuerdo con El Diario de Chihuahua.

El llegar a la escena, les lanzaron un artefacto explosivo de fabricación artesanal y al regresar hacia Mesa de la Vaca, les lanzaron otro dron.

El lunes pasado uno de los grupos delictivos atacó también a la célula mixta a la altura de la comunidad El Pinito.

“Elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI(, Ejército mexicano y Guardia Nacional, realizan los trabajos de seguridad en El Pinito, El Zorrillo y Dolores. Los objetivos son inhibir la incidencia delictiva, detectar armas, drogas, vehículos con reporte de robo y personas que cuenten con órdenes de aprehensión y continuar con las indagatorias sobre el ataque perpetrado en contra de los cuerpos de seguridad el 24 de diciembre, a las 12:15 horas, en las brechas dee la comunidad El Pinito”, dice el comunicado oficial del pasado 25 de diciembre.

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