Por Jesús Chávez Marín
Era Navidad en la casa de mi jefa, donde se reunía la familia completa. Maya y yo estábamos recién casados, era la primera Navidad que pasaba con los Chávez.
Chuny y todos los Martínez, nuestros tíos, pasaron ese año el 24 con nosotros; él había pisteado desde en la mañana y ya para la una, después de los abrazos, dormía sentado en una silla Malinche que estaba en el zaguán. Mi mamá le dijo a Maya:
―Él es Chuny, primo mío. Es buena gente, pero cuando se enoja es muy violento; siempre trae un cuchillo para las peleas.
Maya fue a la sala, donde yo estaba platicando con Pablo y con Rosario Martínez. Me llamó aparte y me dijo:
―Tu mamá me presentó a Chuny. Muy apenas me dijo “mucho gusto”, porque estaba casi dormido. ¿Tú crees?, ella me dijo que traía un cuchillo, y pensé: “Pues yo creo que lo traerá encajado en la espalda”, porque lo vi todo doblado en una silla.
Jajaja, pinche Maya. Siempre tan irónica y adorable.