Por Ernesto Camou Healy
Esta semana nos enteramos que el Gobierno de la Ciudad de México destinará 6 mil 060 elementos de la Guardia Nacional a vigilar las estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC), que se añadirán a los elementos de seguridad que ya custodian el Metro, indispensable para la vida y organización de esa mega urbe.
El anuncio lo hizo la gobernadora de la capital, Claudia Sheinbaum, que afirmó que se ha incrementado el presupuesto para el Sistema, que llega a los 19 mil 700 millones de pesos, pero aún así han venido ocurriendo en los últimos meses “episodios que nosotros catalogamos como fuera de lo que normalmente ocurre en el Metro”.
La funcionaria se refirió a una serie de accidentes, algunos de gravedad como el alcance de trenes en la línea 3 el pasado día 7 de enero, en el cual falleció una persona y hubo más de 100 heridos; además, se ha incrementado la presencia de objetos que han sido tirados a las vías y que pueden causar desperfectos, pérdidas, fallas en el servicio y malestar general de los usuarios. En tres días de la semana pasada, dijo, se detectaron varios percances por lo menos inusuales: “Tuvimos un problema en la línea 3 de una zapata del tren; al siguiente día se tuvo un problema en la línea 8; ayer un problema en la línea 5, con una llanta lateral que apareció ponchada y se quemó, a pesar de que había sido revisada un día antes”. Después del choque de vagones la Policía localizó una de las cajas negras del Metro en una camioneta particular, lo que apunta a un posible delito contra el funcionamiento del sistema.
El despliegue de la Guardia Nacional -que no irán armados, se aclaró-, es para evitar actos vandálicos o sabotajes que puedan averiar las instalaciones y dañar a quienes utilizan cotidianamente el servicio. Sabotaje es una palabra fuerte, y muchos la criticarán y afirmarán que los incidentes son producto de la incapacidad de las autoridades. Algunos partidos opositores comentaron que con este tipo de medidas se militarizará el STC; además, alegaron, es un intento de desviar la atención del problema de la presunta falta de mantenimiento.
El líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Metro, Fernando Espino Arévalo, ex priista y ahora miembro del PVEM, consideró que el problema es 100% técnico, por la falta de mantenimiento y de herramientas para atender las complicaciones que se presentan cotidianamente, y no por una cuestión de seguridad.
Ahora bien, es cierto que el STC ha presentado fallas, algunas de mucha gravedad como el accidente en la línea 12, cuando se desplomó un tramo de la vía y causó la muerte de al menos 26 personas, en mayo del 2021, y por lo mismo resulta necesario atender las razones de tales incidentes, incluso aquellos que se han podido prever y que no han provocado mayores quebrantos. Frente a estos acontecimientos es preciso conocer las causas y remediarlas: En lo básico se apunta a dos posibles explicaciones, o bien que sean originadas por una voluntad de desequilibrar a la CDMX, y desprestigiar a una de las principales precandidatas a la presidencia por Morena, de ahí la versión de sabotaje; o que se deba a problemas técnicos y errores en mantenimiento del sistema, lo que podría colocar alguna responsabilidad en el equipo que capitanea doña Claudia.
En cualquier caso resulta urgente analizar a fondo el problema, descartar si es el caso, descuidos o desvíos de presupuesto, y corregirlos si han tenido lugar, o enfrentar la posibilidad real de que algún grupo intente obstaculizar una candidatura, y no tenga escrúpulos para dañar e incluso provocar muerte y destrucción para acabar con una carrera política. Puede estar en juego algo más que el sistema de transporte de la capital del país, preocupa en concreto el empeño de obstaculizar la construcción de una democracia que funcione…
Ernesto Camou Healy es doctor en Ciencias Sociales, maestro en Antropología Social y licenciado en Filosofía; investigador del CIAD, A.C. de Hermosillo.