En México, la música para niños está en el olvido

Por Jaime Quintana Guerrero | Desinformémonos

“Sin niños con conocimientos distintos en cultura, este país se va al traste. Los niños son la vanguardia, son ellos los que en un futuro nos van a gobernar, los que van a estar manejando el país, por ello es muy importante brindar la cultura”, señalan Valentín Rincón, quien formó parte del histórico grupo musical para niños Los Hermanos Rincón, y Cuca Serrato, académica, promotora y cómplice de aventuras con Valentín.

¿Qué pasa con las instituciones? ¿Por qué ustedes tienen que promocionar de mano en mano sus discos y libros para niños?, se pregunta a Valentín Rincón y Cuca Serrato en entrevista con Desinformémonos. “Tengo cuarenta años que me han preguntado eso. Lo cierto es que vino el neoliberalismo todavía peor. Lo que más importa ahora es el dinero nada más, y los valores sociales internos que tienen una profundidad no interesan. Desafortunadamente, los niños no interesan a las instituciones. Tendríamos que preguntarle a ellas qué está pasando, por qué no promueven más a los artistas que realizan cosas para niños”, expone el compositor y músico.

Cuca Serrato, quien también es promotora, menciona que Valentín Rincón ha concursado en tres convocatorias del proyecto que emite el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), “pero la música de niños es para ellos de quinta o sexta categoría”. “Valentín ha aportado mucho para la formación de los niños, cuando muera lo van a valorar y eso ya para qué”, reflexiona Serrato.

“En España o Cuba, la música de Los Hermanos Rincón es un legado cultural. En México hace falta que se promueva a los que escriben y les cantan a los niños, porque parece que no les importa” expone.

Breve historia

Los Hermanos Rincón es un grupo que se va formando en los años 60 y consolida su nombre en 1972, y es en 1977 que graban su primer disco.

“Nosotros comenzamos con el nombre de Los Hermanos Rincón en 1972, en Radio Universidad, en el programa El Rincón de los Niños, que producía Roció Sanz. Fue ella quien nos bautizó. En ese tiempo se escuchaba mucho Cri-Cri, que era obra del compositor Francisco Gabilondo Soler, pero en realidad éramos muy pocos los que nos dedicábamos a cantarle a los niños”.

“Crecimos de dos personas en el grupo a seis”, relata Valentín, quien recuerda a Eréndira, Gilda, César y a dos amigas más que se unieron. Además de cantar, presentaban la música con títeres para los niños.

A los niños les cantamos, expone Valentín Rincón, “porque tienen muchos intereses como los adultos. A los niños les puede interesar todo lo que les interesa a los adultos y hasta más. A los niños les llama la atención un gusanito que camina encogiéndose y estirándose. ¿Y por qué se encoje?, se preguntan los niños, o por qué una lagartija no tiene cola. Les puede interesar desde un gusanito hasta una lagartija, o los niños que limpian parabrisas en una esquina, o una familia que no tenga papá. Les interesa todo, y no existe un género para niños. No podemos encajonar la música para niños, cantemos rock, jazz, vals”, aclara el historio músico.

Por su parte, Cuca serrato menciona: “yo no soy del grupo de Los Hermanos Rincón, yo aparecí en la vida de Valentín tiempo después, pero yo siempre, al igual que muchos, escuchaba el programa de Rocío Sanz. En ese entonces yo decía «cuando tenga hijos les voy a poner la música de Los Hermanos Rincón». Cuando ellos se consolidaron, en México estábamos viviendo el movimiento estudiantil de 1968 y yo estaba estudiando la preparatoria de la UNAM”, recuerda la maestra Serrato.

En el programa El Rincón de los Niños, de Radio Universidad, se escuchaba a Charo Cofré, Ángel Parra y Violeta Parra. En Cuba surgía la idea de que en los países no debería existir el analfabetismo, entonces “coincidíamos con Roció Sanz y Los Hermanos Rincón en la necesidad de la música para niños”, puntualiza Cuca Serrato.

De Contador a Cantador

“Yo estudié la carrera de contador y me recibí. Soy contador público, y claro que de contador a cantador sólo hay una letra de diferencia. Estudié, también en la UNAM, la carrera de músico, entonces tengo las dos carreras, la de cantador y de contador. Después me fui dedicando más a la música, que en realidad era mi vocación”, recuerda Valentín.

Valentín recuerda cómo llegaron a la radio: “Yo manejaba rumbo a mi trabajo de contador, por el Periférico. Escuchaba la radio y eran las misma canciones del día anterior. Pensé entonces llevarles las mías, fue un pensamiento elemental. Llegué a mi casa, preparé un cassette, y pedí una cita con la productora de El Rincón de los Niños. Me acuerdo muy bien que escuchaba con mucha atención y aplaudía con mucho entusiasmo, así empezamos en 1972, y después grabamos el primer disco en 1977”.

La Vaquita de Martin fue la primera canción de Valentín para niños, compuesta luego de que su hermana, Gilda Rincón, le habló sobre una convocatoria.

La Vaquita de Martin, Hermanos Rincón:

Gilda Rincón, explica su hermano, comenzó a hacer muchas letras, por ejemplo las de El Niño RobotEl Gusanito Medidor y El Trenecito, famosas en España y Cuba.

“Son canciones muy sencillas y tienen gracia e ingenio, tienen la sencillez para los niños”, expone Cuca Serrato. “Son ya una institución Los Hermanos Rincón porque llevan muchas generaciones escuchándolos. En España son muy conocidos y también el disco Cosas de Niños. Son canciones que se retomaron y cantaron por varios intérpretes españoles como Miguel Bosé, Ana Belén, Victor Manuel, Mocedades. Son clásicos infantiles, compuestas por Cri-Crí y los Hermanos Rincón”, recalca la mujer, quien difunde y organiza junto con Valentín nuevas aventuras.

La rúbrica de ferrocarriles de España fue la canción de El Trenecito. Sin embargo, a pesar de décadas de trabajo, no se obtienen recursos para seguir produciendo, explica Cuca Serrato.

El Trenecito, Hermanos Rincón:

Valentín Rincón recuerda que cuando cumplieron 25 años, se celebró un concierto en el Teatro Tepeyac y se grabó el disco La Bola de cuates canta a los Hermanos Rincón, en donde los grupos que ya había en ese momento grabaron, cada uno, dos canciones. Estuvieron ese día Kitzia, Maru y Coco, María Eva Avilés, Grupo Cántaro, Pepe Frank y Oscar Chávez.

“Tenemos que escribir una anecdotario”, se propone Valentín Rincón en complicidad con Cuca Serrato. Valentín recuerda: “Resulta que Cruz Mejía, que es muy amigo de Gabriel San Vicente, de Son de la Ciudad, platicó sobre la canción La Vaquita de Martín, que tenía ya 25 años de vida musical. Dijeron que esa vaquita ya llevaba 25 años y no tenía becerro y compusieron El Becerro de la Vaca de Martín”.

El Becerro de la Vaca de Martín:

Cuentan que una vez dieron una función e hicieron algunos chistes para presentar cada canción, que a veces salían unos títeres que les gustaba mucho a los niños, el títere de El Niño Robot , que era muy realista y los saludaba a los niños y ellos querían darle la mano. En las funciones, dicen, había mucha participación de su público.

“Un día estábamos en la Sala Netzahualcóyotl para presentar una canción que se llama La Comidita. Hicimos un pequeño juego que era fingir que teníamos hambre y ese era el juego. Pero antes de que me dieran comidita para cantar la canción, se subió un niño con galletas y nos la repartió, que para que no tuviéramos hambre. Fue fantástico”, cuenta Valentín. También en Zamora, Michoacán, la canción del Changuito Rockanrolero se presentaba con un títere “muy bello y muy realista”, relata Cuca.

Tras varios minutos de recordar anécdotas, Valentín Rincón reflexiona sobre la velocidad del tiempo: “todo ahora es más rápido, principalmente por los medios de comunicación y el internet. Los niños están acostumbrados a todo muy rápido y quieren que todo sea así”.

“Nosotros tuvimos un programa, Los Hermanos Rincón, que duró 14 años en Radio UNAM. Se llamaba Trovando para los niños, y ahí nos pedían las canciones de siempre. Presentábamos la misma dinámica de nuestras funciones, dando un ritmo más radial, pero no acelerado, y les gustaba. Yo pienso que el niño es siempre un niño receptivo, que quiere aprender, preguntar y estar atento a las respuestas, y absorbe todo lo que puede”, comparte el maestro músico y compositor.

Un disco muy importante es El Abecedario, explica a su vez Serrato. “Aunque ellos nunca quisieron ser educativos, se les da natural, y estas son canciones por cada letra del abecedario, de la A hasta la Z, todo lleno de ingenio, tanto las letras, que toda son Gilda Rincón, como la música, que es de Valentín”, enseña la maestra Serrato.

Hermanos Rincón, La Letra A:

La mujer trae de su memoria una función en la iglesia de San Ángel en la que los hijos de una persona que vendía fruta en la calle fueron a la función. La madre, narra Cuca, escuchó todo, y aunque no vio la función compró el disco. “Me pagó con monedas de 20 centavos, esas de cobre. Ella compró el abecedario porque quería que sus hijos aprendieran”, dice.

El último disco se llama De Rusia a China pasando por la tienda de Jonás y trae canciones como La Bruja Baba Yagá, que es una leyenda rusa; El Dragón de Chan Klon, sobre la leyenda china del dragón que quiso comerse al sol y dejarnos a todos a oscuras; y el Can Labrador, una canción que escrita por Cuca Serrato, escogida en la Escuela Nacional de Música y musicalizada con orquesta de niños en la Sala Xochipilli, en Coyoacán.

La música y las letras para niños

Valentín Rincón y Cuca Serrato se dedican desde hace 22 años a escribir. Su producción es amplia y es toda para niños. El Adivinancero, Trabalenguero, JuegueroAjedrecero , son algunos de sus libros-juguetes de bolsillo, ilustrados por Alejando Magallanes.

“Existen otras maneras de estar con los niños, y ahora son los libros. Sin renunciar a la música, aquí comienza la segunda etapa. Acabamos de grabar nuevas canciones como Piruetas en el Crucero, que habla de los niños que trabajan realizando piruetas para pedir dinero, y seguimos produciendo, aunque tenemos poco en los escenarios”, dice Rincón.

Sin embargo, Valentín, explica Cuca Serrato, “diario compone música, y ambos les cantamos y les escribimos a los niños, porque son el presente y el futuro”.

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