La voracidad de OMA y nuestros aeropuertos chiruleros

Por Víctor M. Quintana S.

El estado de Chihuahua no sólo tiene unos de los peores transportes urbanos del país, sino también unos de los peores servicios aeroportuarios. Los primeros, debidos en gran parte a la voracidad de muchos concesionarios, los segundos, a la voracidad de la Organización Mexicana de Aeropuertos (OMA)…y al Estado que no puede o no se atreve meterlos en cintura.

Los defensores a toda costa de las privatizaciones se las han de ver negras para justificar que los aeropuertos del norte del país se hayan vendido a una empresa como OMA, Grupo Aeroportuario del Centro Norte, que según su página opera 13 aeropuertos internacionales en la zona centro-norte de México, entre ellos los de Chihuahua y Ciudad Juárez.

No puedo decir que sea el caso de las otras once terminales opera OMA, pero al menos los casos de nuestra capital y nuestra principal ciudad fronteriza son deplorables: en Chihuahua supuestamente ya se terminó la “ampliación” del edificio aeroportuario. Pero, si usted es un pasajero común y corriente verá que la mayor parte de dicha ampliación se va en locales comerciales, que sigue habiendo un solo “gusano” para el desembarco de los aviones y que la superficie disponible para los pasajeros en la sala de última espera sigue siendo prácticamente la misma a la de antes de la supuesta ampliación. En las fechas y períodos de intenso tráfico aéreo, la sala de espera luce atiborrada como antes.

 Eso sí, hay muchos más negocios y los antiguos concesionarios de locales comerciales fueron obligados a salirse, y hasta se les impusieron órdenes de restricción a algunos para que no se puedan ni siquiera acercar a las nuevas instalaciones. Se amplió el estacionamiento, es cierto, pero las tarifas del mismo son altísimas y al estacionamiento que estaba a unos 300 metros de distancia, fuera de la zona federal, se le impidió seguir funcionando.

Los altos costos del estacionamiento y los altos precios de las tiendas que hay son los medios con los que los usuarios estamos pagando la supuesta ampliación. Más aún, OMA favorece las prácticas monopólicas en perjuicio de los usuarios: en las salas de última espera del Aeropuerto Internacional Roberto Fierro de Chihuahua, antes había varios negocios que vendían café, bebidas y comidas preparadas. Ahora no hay más que el Starbucks, que se aprovecha de ser el último café del desierto y eleva sus precios a niveles increíbles. O es Starbucks o nada. Eso sí, los diminutos cestos de basura de esta sala rebosan hasta derramarse de los vasos vacíos de la trasnacional, como lo han de estar los bolsillos de los accionistas de OMA. (foto anexa) O usted no quiere ser víctima del atraco de Starbucks no le queda otra que comprar uno de los sándwiches fríos a 177 pesos que expende un carrito del Wings que está en la zona de libre acceso.

Hay que estar alertas porque la ampliación del Aeropuerto de Ciudad Juárez también estará entrecomillada para las y los usuarios. Por las vísperas se conocen los días y todo hace prever que el amontonamiento de pasajeros y de mostradores actuales sólo se hará un poco menos grave, pero, en cambio, habrá más locales comerciales, no mejores servicios para la gente.

¿Por qué las respectivas autoridades de los tres niveles de gobierno lo permiten? En siglos anteriores eran las patentes de corso las que permitían saquear impunemente a los barcos que cruzaban los océanos; hoy no hay que ir tan lejos; las personas a atracar no tendrán otra que dejar su dinero en manos de los concesionarios aeroportuarios a cambio de pésimos servicios.

¿Estaremos condenados a sufrir para siempre aeropuertos, como bien se describe en lenguaje popular, “chiruleros”?

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