Cárteles controlan el tráfico de migrantes en desierto fronterizo de Chihuahua

La investigación de las desapariciones en la franja fronteriza de Chihuahua con Estados Unidos arroja un patrón inquietante: muchos migrantes desaparecen en las zonas controladas por el Cártel de Juárez, especialmente en el desierto, lo que dificulta su búsqueda. Además, los traficantes de personas intentan sacarles más dinero a las familias desesperadas a cambio de información y supuestas búsquedas.

Por Patricia Mayorga, Raúl Fernando Pérez y Óscar Rosales | Proceso

CHIHUAHUA, Chih. (Proceso).– Los migrantes centroamericanos y mexicanos que intentan pasar a Estados Unidos por Chihuahua, en los municipios de Juárez, Praxedis G. Guerrero, Coyame y Ojinaga, se enfrenan a un nuevo riesgo mortal: el Cártel de Juárez.

El patrón de migración ha cambiado, incluso para los chihuahuenses que intentan cruzar “al otro lado”.

El año pasado las autoridades migratorias y la Fiscalía General del Estado (FGE) rescataron a 340 campesinos guatemaltecos de una casa en la periferia de la capital. Esperaban que los polleros les indicaran cómo moverse hasta Ciudad Juárez.

El siguiente paso, según el fiscal Roberto Fierro, sería llevarlos en taxis de aplicación de internet hacia la frontera, pero varios tenían hasta cuatro meses “secuestrados”, cuando uno de ellos perdió el miedo a salir y pidió ayuda.

En una reunión con familiares de personas desaparecidas en la frontera, la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), Karla Quintana, reconoció que investigan la “presencia de dos cárteles” en el territorio como móvil de las desapariciones, ya que es una “hipótesis muy fuerte” al menos en 23 casos registrados.

La funcionaria aseguró que realizan la investigación con la Unidad de Análisis de Contexto como una situación sistemática. Pero Gabino Gómez Escárcega, responsable del área de desapariciones en el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, dio a conocer que esa área sólo cuenta con tres personas para estudiar más de 100 mil desapariciones.

En diferentes casos documentados por Proceso, los jóvenes migrantes pierden comunicación con sus familiares cuando les dicen que ya van a cruzar, que les quitan su celular o perderán conexión varios días. Después de ese plazo les informan que se perdieron o que fueron deportados y les piden más dinero, supuestamente para buscarlos. Al paso de los días pierden contacto con los coyotes y sus hijos quedan en calidad de desaparecidos o los asesinan.

El Cártel de Juárez ha encontrado en su alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) la posibilidad de afianzar el dominio regional contra el Cártel de Sinaloa. El tráfico de migrantes es una manera de lograrlo, y desde hace años controla municipios como Ojinaga y Coyame.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2379 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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