Por Ernesto Campou Healy
Mañana domingo 5 de junio se realizarán elecciones para Gobernador en seis estados: Aguascalientes, Tamaulipas, Oaxaca, Durango, Hidalgo y Quintana Roo. La contienda resulta interesante porque será una medición de fuerzas en la que Morena y sus aliados intentan perfilarse como aspirantes a la victoria dentro de dos años, en la elección presidencial para el siguiente periodo. Por lo pronto, Morena asegura que arrasará en todas las entidades.
El otro contendiente de peso es la ya no tan insólita coalición PRI, PAN y PRD, que se adjudica, afirman, tres de las seis posiciones en disputa: Aguascalientes, Durango y Tamaulipas. Si ese fuera el caso, se trataría de una importante recuperación de tales partidos, después de la debacle que constituyó para ellos la elección de López Obrador hace casi cuatro años.
Algunos analistas políticos coinciden en que resulta probable que Morena y sus aliados consigan al menos cuatro de las seis gubernaturas. Sin embargo, puede haber imprevistos, reflexionan, y podría suceder que el partido de la Cuarta Transformación gane cinco de las seis. Al parecer los estados donde podría vencer la alianza de priistas y panistas, más el perredismo, serían Aguascalientes y Durango. Pero en este último aconsejan cautela: El candidato morenista podría dar una sorpresa y conseguir una victoria que parece lejana, pero posible. En Tamaulipas, por otra parte, poco se arriesgan a predecir un vuelco a Morena: En realidad, afirman, todo puede suceder, pero no cuentan con información suficiente, porque la inseguridad en esa región dificultó realizar encuestas amplias y confiables. Se inclinan por la permanencia del priismo, pero no lo pueden dar por sentado. Ahí también podría haber otra sorpresa…
Llama la atención la cantidad de mujeres que participan. En Aguascalientes las cinco aspirantes son mujeres, lo cual es de celebrar y subraya una dinámica que ha ido fortaleciéndose en el pasado reciente. Ahí la puntera es la representante de la coalición de los partidos más tradicionales, por calificarlos de algún modo. En Durango hay tres candidatos, dos mujeres y un varón, que representa la misma coalición y parece ser quien lleva la delantera; pero en este caso los analistas recomiendan cautela, pues la candidata de Morena ha ido ganando terreno.
En el Estado de Hidalgo es una morenista quien lleva, al parecer, una cómoda ventaja; mientras que en Oaxaca hay siete candidatos, todos varones, y se espera que sea el de Morena quien resulte ganador. Lo mismo puede suceder en Quintana Roo, donde compiten tres damas y dos señores, y las encuestas favorecen a la morenista. Tamaulipas es un caso peculiar: Ahí el PRI parece tener asegurada la gubernatura, pero los analistas prefieren no arriesgar una hipótesis, por las dificultades que se han tenido para levantar datos confiables; no descartan una sorpresa.
Impresiona la cantidad de aspirantes a las gubernaturas: En las seis entidades hay un total de 28 candidatos registrados, doce mujeres y 16 varones, que compiten representando a varios institutos políticos, pero la mayoría de los punteros son, o bien de la Cuarta Transformación, o de la alianza, que hace unos años hubiera parecido improbable, del PRI, PAN y el PRD. De alguna manera se puede prever que estos tres están ensayando una posible asociación entre ellos, más algún otro que se sume, para buscar la posibilidad de conformar un frente unido contra quien sea el candidato a la presidencia por Morena en el año 2024. Se trata de una estrategia válida, no sería la primera ocasión que sucede, pero ahora podría apuntalar la conveniencia de concertar un bloque opositor que intentaría hacerse con la presidencia. Si lo logra sería un parteaguas en nuestra historia política y quizás inauguraría una especie de bipartidismo nacional. Pero aun si Morena permanece en el poder y la coalición consigue una votación, digamos, respetable, podría ser un aliento para configurar una segunda fuerza política, un poco variopinta pero legítima, que logre ser un contendiente serio en futuros comicios.