Peligro de destrucción de nuestro futuro, o evolución

Por Leonardo Boff

En julio de 2021 el gran pensador de la complejidad Edgard Morin cumplió 100 años. Observador atento del curso del mundo, nos entregó un libro Réveillons-nous! – ¡Despertemos!, lleno de sabias y serias advertencias. Resumió su pensamiento en una entrevista a Jules de Kiss, publicada el 26 de marzo de 2022 en Franceinfo y reproducida en portugués por el IHU el 4/4/22. Lector asiduo de sus escritos, esta entrevista inspiró el presente artículo.

Morin advierte lo que vengo repitiendo desde hace mucho tiempo: debemos estar atentos, intentar ver y entender lo que está ocurriendo. La gran mayoría, inclusive jefes de estado, no son conscientes de las graves amenazas que pesan sobre el planeta Tierra, sobre la vida y sobre nuestro futuro. Parecen sonámbulos o zombis, obcecados con la idea del crecimiento económico sin fin y también con la seguridad y con más construcción de armas de destrucción masiva.

Estamos viviendo varias crisis, todas ellas gravesla más inmediata es la pandemia que afecta a todo el planeta, cuyo sentido último no ha sido identificado todavía. Para mí es una señal que la Tierra viva ha enviado a sus hijos e hijas: “no pueden seguir con el pillaje sistemático de la comunidad de vida en la cual se encuentran los hábitats de los distintos virus que en los últimos años han asolado regiones del planeta”. La Covid-19 ha alcanzado todo el planeta, pero no a otros seres vivos y domésticos. Es una señal que no está siendo leída por la mayoría de la humanidad, ni tampoco por los analistas, centrados en las vacunas y en los cuidados necesarios. 

¿Quién se pregunta en qué contexto apareció el virus? Él es consecuencia del asalto de los seres humanos a la naturaleza, especialmente por la deforestación de vastas regiones, destruyendo la casa donde habitan los virus, que pasaron a otros animales y de ellos a nosotros.

La crisis climática es grave, pues si no tenemos cuidado

Hasta 2030 el calentamiento global puede aumentar 1,5 grados centígrados o más, lo que comprometería a la mayoría de los organismos vivos y a gran parte de la humanidad. Junto a esto está la Sobrecarga de la Tierra (Earth Oveshoot), constatada el 29 de julio de 2021: los bienes y servicios importantes para la vida se están agotando. Ya ahora necesitamos 1,7 Tierras para atender el tipo de consumo principalmente de las clases opulentas. Arrancamos de la Tierra lo que ella ya no nos puede dar. Ella reacciona aumentando el calentamiento, los eventos extremos, la erosión de la biodiversidad y más conflictos sociales.

Lo que funciona como una espada de Damocles es la posibilidad de una guerra nuclear que puede destruir toda la vida y gran parte de la humanidad. Morin escribe: “Pienso que hemos entrado en una nueva fase. Por primera vez en la historia, la humanidad corre peligro de aniquilación, tal vez no total –habrá algunos supervivientes, como en Mad Max –, pero una especie de ‘reinicio‘ desde cero en condiciones sanitarias sin duda terribles”. 

La guerra en Ucrania ha suscitado este fantasma, pues Rusia, como ya decía Gorbachov, puede destruir toda la vida con solo la mitad de sus ojivas nucleares. Pero, lleno de confianza en que la historia anda, no está cerrada, Morin afirma esperanzado: “Precisamos esperar lo inesperado para saber como navegar en la incertidumbre”.

Es de todos conocida la erosión de las ideas democráticas en el mundo entero. En muchos países, como en Brasil, se está imponiendo un espíritu autoritario y fascistoide, que hace de la violencia física y simbólica y de la mentira directa una forma de gobernar. La democracia ha dejado de ser un valor universal y una forma de vivir civilizadamente en comunidad. Este espíritu puede provocar un tsunami de guerras regionales de gran destrucción.

No olvidemos la advertencia del Papa Francisco en la Fratelli tutti (2020): “estamos en el mismo barco, o nos salvamos todos o nadie se salva”. Somos responsables de nuestro futuro y de la vida en el planeta.

Tenemos la confianza de Morin de que, como la historia ha mostrado, lo inesperado y lo improbable pueden ocurrir. Ya nos enseñaba un pre-socrático: “si no esperamos lo inesperado, cuando venga, no lo percibiremos”. Y así lo perderemos.

Esta es nuestra confianza y esperanza: estamos en medio de crisis que no  tienen por qué terminar en tragedias fatales. Pueden ser el despertar de una nueva conciencia y entonces, la ocasión para un salto cualitativo hacia un tipo de convivencia pacífica dentro de la única Casa Común. ¿Será este el próximo paso de la humanidad? ¡Bienvenido sea! 

*Leonardo Boff es teólogo y filósofo y ha escrito: Cómo cuidar de la Casa Común, Vozes 2017.

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