Por Ernesto Camou Healy
La semana pasada el embajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) renunció a su cargo y denunció que el Gobierno que encabeza Daniel Ortega es una dictadura. Desde el año 2018 Nicaragua se convirtió en el único país de Centroamérica donde no hay periódicos impresos, no hay libertad de publicar un simple tuit, un comentario en las redes sociales. No hay organismos de derechos humanos… Todos fueron cerrados, expulsados o clausurados. No hay partidos políticos independientes, no hay elecciones creíbles, no existe separación de poderes, sino poderes fácticos afirmó.
Daniel Ortega es uno de los miembros históricos del movimiento sandinista, opositor al dictador Anastasio Somoza García. Se unió al Frente Sandinista desde 1963 y en 1967 fue detenido y encarcelado por siete años. En 1974 un comando sandinista tomó la casa de José María Castillo Quant, presidente del Banco Nacional de Nicaragua, al término de una fiesta y por tres días negoció con el Gobierno, con la intercesión del arzobispo Miguel Obando, para liberar a los rehenes a cambio de la libertad de Ortega y otros presos políticos.
En julio de 1979 los sandinistas vencieron a Somoza y se instaló una Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, en la que participó Daniel Ortega. En 1984 fue electo presidente con el 63% de los votos. Durante este primer periodo de Gobierno Ortega trató de poner en práctica políticas de carácter socialista y progresista; fue entonces que los Estados Unidos financiaron a grupos armados contrarrevolucionarios, la Contra.
La guerra entre estas fuerzas provocó que en las elecciones de 1990 ganara Violeta Barrios de Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro, periodista opositor a Somoza. Ortega encabezó al sandinismo y llegó de nuevo a la presidencia hasta el año 2007. Para entonces ya se había decantado por imágenes y consignas de tipo populista lo que llevó a muchos de sus antiguos compañeros del Frente Sandinista a criticarlo y acusarlo de querer perpetuarse en la presidencia.
Ortega logró ser reelecto en 2012 y 2016, en esta última fue su compañera como vicepresidente su esposa Rosario Murillo. En este periodo tuvieron lugar una serie de protestas populares en las cuales personas de la tercera edad que protestaban contra la reforma del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social fueron golpeadas por grupos adictos a Ortega. Se sucedieron las protestas y las respuestas violentas al grado que se habla de unos 500 fallecidos y mil 300 personas desaparecidas en esos meses.
El Gobierno de Ortega procedió a arrestar, torturar e incomunicar a periodistas y trabajadores de los medios de comunicación. En el año 2021 se presentó a elecciones junto con su esposa como compañera de fórmula. Al parecer la dupla presidencial no quiso arriesgarse: En los meses previos a los comicios su Gobierno arrestó a 10 precandidatos, siete de ellos fueron acusados de traición a la patria. El partido de Ortega, el Frente Sandinista de Liberación Nacional ganó con el 75% de los votos.
Tres aspirantes a la presidencia, Arturo Cruz, Félix Madariaga y Juan Sebastián Chamorro recibieron penas de entre nueve y trece años de cárcel por menoscabo a la integridad nacional; Cristina Chamorro Barrios está acusada de lavado de dinero, apropiación indebida, gestión abusiva y falsedad ideológica (¿?). Era la candidata con mayores posibilidades de derrotar a Ortega. No son los únicos: Hay varias decenas de opositores encarcelados…
Termino con la reflexión del politólogo dominicano Geovanny Vicente Romero:
El hombre que luchó con todas sus fuerzas para derrocar a un tirano que representaba la última fase de la dinastía que había nacido en 1937 bajo el apellido Somoza, hoy puede que se haya convertido precisamente en una remembranza de ese mismo dictador … Daniel Ortega, otrora líder de un movimiento limpio y puro ante los ojos de sus seguidores, parece haberse diluido en la embriaguez que genera la experiencia de ver el mundo desde el poder y no desde la oposición.