Por Jaime Armendáriz/ Raíchali
— Cuatro años han pasado desde que se registró el asesinato del defensor rarámuri Juan Ontiveros en la comunidad Choréachi (Pino Gordo), en el municipio de Guadalupe y Calvo. A la fecha no hay un gran avance en el proceso penal contra uno de los presuntos involucrados en el crimen.
Se trata de Joel M. P., detenido en septiembre del 2019, un caso que sigue en espera de llegar a juicio. En el proceso poco a poco se acerca septiembre de este año, mes en el cual vence la prisión preventiva contra el imputado.
La organización Alianza Sierra Madre exigió que se logre llegar a la verdad y la justicia para Ontiveros. Como acompañante de la defensa del territorio en Choréachi, pidió que se logre justicia también para su familia y la propia comunidad.
El crimen se remonta al 31 de enero del 2017. Dos hombres armados interceptaron un vehículo en el que se trasladaban Juan Ontiveros, su hermano Isidro y sus respectivas familias. Los dos fueron brutalmente golpeados, para después llevarse al defensor, y al otro día fue encontrado su cuerpo sin vida.
Días antes de su muerte, el 20 de enero de ese mismo año, y en su calidad de autoridad indígena, Juan visitó por última vez la ciudad de Chihuahua.
Ahí se reunió con autoridades gubernamentales: Fiscalía General del Estado y de la Unidad de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, delegación de Semarnat, así como otras autoridades de diferentes niveles de gobierno.
En esa reunión Juan y sus compañeros exigieron se suspendiera la extracción de madera en la comunidad. Recientemente un Tribunal Unitario Agrario había suspendido los permisos de aprovechamiento forestal, sin cumplirse en su totalidad.
Alianza Sierra Madre dio cuenta que entonces denunciaron la violencia que sufrían a pesar de las medidas colectivas otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Por ello es que piden que se logre la orden de aprehensión contra la otra persona que habría ayudado al actual imputado en ese hecho.
Ontiveros es descrito como un hombre joven, divertido y comprometido con su labor. En su rostro tenía una cicatriz, símbolo de la lucha y de las ganas de seguir resistiendo con su comunidad, para lograr el reconocimiento de su territorio ancestral.
Del 2011 al 2013 trabajó en el Programa Estratégico de Seguridad Alimentaria. Se buscaba crear sistemas captadores de agua de lluvia, y construir pequeñas obras de mampostería para almacenar y distribuir agua en las viviendas.
La segunda etapa consistiría en sembrar huertos de hortalizas. La última etapa era la creación de una reserva comunitaria de semilla. Sin embargo, a finales del 2013 se intensificaron las agresiones a la comunidad y a sus autoridades.
Llegaron entonces amenazas, hostigamiento, persecución y asesinatos a integrantes de la comunidad. El programa se suspendió al año de haber iniciado, visto desde las organizaciones y sus pobladores como un agravio más a la comunidad de Choréachi.
En el año 2014 el defensor rarámuri asumió el cargo de Comisario de Policía en su comunidad. En el 2015 participó en el taller de maíz nativo al lado del defensor rarámuri Julián Carrillo. Éste último fue asesinado en octubre del 2018 y actualmente se lleva juicio oral contra uno de sus presuntos atacantes.
Con el proyecto de maíz nativo se habían organizado a integrantes de Choréachi y Coloradas de la Virgen. Habían logrado intercambiar conocimientos al respecto de la siembra y cosecha de los distintos tipos de maíz presentes en sus territorios.
En ese 2015 hubo un incremento de la violencia, las amenazas no cesaban y la movilidad de integrantes de la comunidad había quedado limitada.
El juicio contra Joel M. P., sin fecha
Joel M. P. fue detenido a principios del 2019 pero quedó en libertad unas semanas después. En septiembre de ese año lo volvieron a capturar y hasta hoy no se ha logrado presentar ante un juez para determinar su culpabilidad en el asesinato del defensor rarámuri Juan Ontiveros
La Fiscalía Especializada en Investigación de Violaciones a los Derechos Humanos y Desaparición Forzada tomó el caso tras la reaprehensión. Hasta esta semana todavía no existía fecha para realizar audiencia intermedia.
Previo a esa audiencia se puede establecer si el imputado decide ajustarse a un proceso abreviado y aceptar la responsabilidad del delito.
O en su caso comenzarían los preparativos para llevarlo a juicio oral y que tanto Fiscalía como su defensa presenten las pruebas correspondientes.
Yésica Rentería, vocera de esa Fiscalía Especializada, adelantó que en el proceso penal contra Joel se tiene preparado un análisis de contexto. Con ello se busca advertir la existencia de patrones y acciones repetitivas contra la comunidad indígena en su lucha por el territorio.
De la otra persona que participó en el crimen contra Ontiveros, actualmente prófugo de la justicia, especificó que si existe una orden de aprehensión en espera de encontrarlo para aplicarla.