Por Isaín Mandujano/ apro
— Chiapas. -A 23 años de la matanza de 45 hombres, mujeres y niños en el paraje de Acteal, en Chenalhó, una vez más, amigos, familiares y sobrevivientes de la masacre perpetrada por un grupo paramilitar, exigieron cárcel para los autores intelectuales y los autores materiales que ahora gozan de impunidad tras ser excarcelados.
Con cantos, rezos, cruces y veladoras en manos, los miembros de la organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal recordaron a sus muertos en la tumba colectiva que erigieron para los 45 asesinados, cuatro de ellas mujeres embarazadas.
Los hechos ocurrieron la mañana del 22 de diciembre de 1997 en la comunidad de Acteal, cuando un grupo armado de corte paramilitar con balas y machetes sorprendieron a hombres, mujeres y niños que se encontraban en el campamento, muchos de ellos refugiados en la ermita donde rezaban.
“A quienes les arrebataron la vida, hoy las recordamos, las hacemos presente. Enarbolamos su voz que clama memoria, justicia y verdad”, dijeron los indígenas en Acteal.
Recordaron que fue el obispo jTatik Samuel Ruiz García quien los apoyó en los momentos más difíciles para sobrellevar esta tragedia que enlutó a todos los pueblos originarios de Chiapas, perseguidos y criminalizados por buscar justicia y paz.
“A 10 años de su pascua, jTatik camina junto a nosotras y nosotros, con su andar pasional entre las veredas comunales sembrando la esperanza para cosechar la vida, en un nuevo amanecer que anhelamos como humanidad. jTatik sigue enseñando con sus huellas en este territorio, la lucha por la justicia, la defensa radical de los derechos humanos. Nos guía con su antorcha, fuego que nos cobija de vida, de amor y lucha”, dijeron en la ceremonia para recordar a sus muertos.
Señalaron que la masacre es un efecto directo de la política genocida elaborada por el Estado e implementada por el Ejército mexicano y grupos paramilitares en Chiapas, tal y como se señala en el Plan de Campaña Chiapas 94’.
Y que los sucesos en Acteal el 22 de diciembre de 1997 son una herida que se mantiene abierta para las víctimas, sobrevivientes, sus familias y para todas las personas que nos indignamos y persistimos en su lucha que es nuestra.
“Ha llegado el momento de que el Estado mexicano actual, reconozca públicamente la existencia del Plan de Campaña Chiapas 94’ y el impacto de los crímenes de lesa humanidad en la vida comunitaria de la población de las zonas Altos, Norte y Selva de Chiapas, en el marco de guerra de contrainsurgencia iniciada para aniquilar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y a quienes se organizan desde la autonomía”, demandaron los oradores.
Indicaron que el actual gobierno tiene la oportunidad histórica y no quedarse en el reconocimiento de disculpa pública, mediática y frívola.
“Hoy tiene la oportunidad de estar a la altura de la exigencia de derechos que los pueblos han impulsado por décadas, de llevar a cabo acciones contundentes que conlleven a la investigación y sanción tanto de los propios funcionarios del Estado mexicano (autores intelectuales) así como de los paramilitares (autores materiales)”, agregaron.
Éstos, dijeron, masacraron a las 18 mujeres adultas, cuatro de ellas con embarazos hasta de 7 meses de gestación; 7 hombres adultos; 16 mujeres menores de edad, entre los 8 meses y los 17 años de edad; 4 niños entre los 2 y 15 años de edad; además dejaron a 26 lesionados y 326 personas desplazadas tras presenciar la matanza.
Lamentaron que a pesar de la persistente guerra integral de desgaste, del año de la pandemia que sigue causando estragos en la humanidad y de la muerte de algunas personas sobrevivientes de la masacre, la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal y las víctimas sobrevivientes siguen labrando la paz y dando a conocer la verdad de lo que pasó ese día, como lo hacen el 22 de cada mes, impulsan “La Otra Justicia donde no habita el olvido”.
Por su parte, el director del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, Pedro Faro, a nombre de todo su equipo, reconoció el arduo caminar de Las Abejas de Acteal, quienes nacieron en 1992 y continúan exigiendo justicia verdadera.
Faro recordó que fueron ellos quienes decidieron impulsar desde su acción ética y política el seguimiento del Informe de Fondo del Caso 12.790 Manuel Santiz Culebra y Otros (Masacre de Acteal) para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictamine la responsabilidad del Estado mexicano en la Masacre de Acteal.
Esta acción tiene propósito de que señale al Estado mexicano de manera directa por su política de contrainsurgencia y la formación de los paramilitares, entre otros hechos de terror, que dieron como consecuencia las ejecuciones extrajudiciales, desplazamientos forzados, entre otras graves violaciones a los derechos humanos.
Sucesos que hoy en día, dijo Faro del Frayba, han reactivado los sucesores del paramilitarismo en los Altos de Chiapas, especialmente en Chenalhó, creando un escenario similar al que se vivió en 1997.
Explicó el Frayba que para que las masacres como la de Acteal no permanezcan en el continuum de injusticias que existen en nuestro país, es necesario que se derrumbe el monumento Estatal de la impunidad y se deje de trivializar las violaciones graves a los derechos humanos.
“Es por lo que, abrazamos las dignas luchas y resistencias como el de Las Abejas de Acteal, que nos dan camino y vida, ya que su acción radical va erigiendo La Otra Justicia, desde el no Olvido que alimenta la Memoria de lucha de larga duración de los pueblos, la Verdad como hálito de grande dignidad para arraigar el Lekil Chapanel (La raíz de la justicia)”, concluyó.