¿Cómo enfrentan la pandemia las comunidades indígenas en Chihuahua?

Por Jaime Armendáriz / Raíchali

— Los pueblos indígenas han sabido salir adelante durante miles de años a muchos retos, y ahora no será la excepción ante la pandemia del Covid-19, que cada vez se acerca más a los lugares más remotos del estado de Chihuahua.

Esa es la reflexión que hace Irma Chávez, una mujer rarámuri, ingeniera en Ecología, que se ha dedicado a ser promotora cultural y es colaboradora en el programa Chihuahua crece contigo. Para ella, la contingencia sanitaria es también una oportunidad para retomar la alimentación y medicina tradicional.

Por ejemplo, la sequía de años recientes, agravado durante este 2020, no permitió buenas cosechas de frijol ni de maíz, productos primordiales para las personas de las comunidades. Sin embargo lo poco que se dio da pie a hacer trueques entre los habitantes para sobrellevar la situación, explica.  

 “El Covid si va a afectar, pero tampoco es que nos vayamos a quedar sin nada”, platicó durante un conversatorio organizado por Raíchali para analizar el impacto del coronavirus en la sierra Tarahumara.

Aparte el virus, que hoy tiene paralizado al mundo, se ve diferente desde la cosmovisión indígena, pues en las comunidades se han enfrentado a otras enfermedades graves y más letales y salieron adelante. Un factor importante es que lo espiritual y la conexión del ser humano con la madre naturaleza permiten tener una mayor confianza para enfrentar los problemas.

“Muchas enfermedades del ser humano tienen que ver con la salud mental y la tranquilidad en su vida. Cuando uno ‘se pierde’, llegan enfermedades, y si estamos felices, firmes en esta tierra, vamos a salir adelante”, platica Irma.

Ella ha realizado trabajos en Choreachi, una comunidad localizada en la sierra de Chihuahua, justo en el municipio de Guadalupe y Calvo, donde la pandemia se enfrentará junto a otros males que los aquejan: la inseguridad, desnutrición y demás condiciones adversas.

Durante varias generaciones se han curado con medicina tradicional. La propia abuela de Irma era partera en la comunidad y por eso lamenta que poco a poco esos conocimientos se vayan perdiendo.

Un derecho a medias para acceder a tratamientos alópatas.

Aun y cuando las comunidades tienen el derecho del acceso a la medicina alópata, no resulta tan fácil recibir la atención, ya sea por la lejanía de los centros de salud, por la forma en la cual se les atiende sin tomar en cuenta sus usos y costumbres, y recientemente por la cancelación de citas de seguimiento debido a la ocupación hospitalaria por los casos Covid-19.

Elvira Luna, mujer rarámuri, es enfermera en hospital covid-19 de Chihuahua y es parte esencial en la atención a las personas de las comunidades indígenas, particularmente por la traducción entre paciente y personal médico. Ahí ha visto como la atención se ha disminuido para ese sector debido a la emergencia que se enfrenta para combatir la pandemia.

Ella tiene 13 años en la ciudad de Chihuahua, y ha visto como se intenta dar un mejor servicio, pero hoy en día existe una imposibilidad operativa para hacer traslados desde las localidades serranas, y no se atienden a pacientes salvo que exista un diagnóstico de gravedad.

“Antes se tenían las citas y el seguimiento de cada paciente, pero hoy se vino todo abajo en lo administrativo. Se cancelaron citas y representa una nueva barrera porque no sabíamos de inicio donde se iba a estar atendiendo esa gente. Esto se suma a que anteriormente se enfrentaba también el tema de los traslados, de tener un albergue para que estuvieran en la ciudad y ahora no se puede hacer nada”, explica.

Hasta esta semana existe un reporte oficial desde el Gobierno del Estado de una ocupación hospitalaria al máximo en los principales centros de salud de Chihuahua y ciudad Juárez, municipios que concentran la mayor parte de contagiados y decesos durante la pandemia.

La información de la Secretaría de Salud al 11 de noviembre es de 30 mil 572 casos acumulados de Covid-19 con 316 nuevos confirmados con respecto al día anterior, así como 75 defunciones más para totalizar 2 mil 496, además de 927 personas hospitalizadas y 134 intubadas que son atendidas en 27 unidades médicas del estado.

Patricia Martínez, moderadora del conversatorio, es mujer ódami, socióloga rural, feminista, promotora de derechos de los pueblos y mujeres indígenas, y durante su participación advirtió que uno de los principales impactos de la pandemia en la sierra es la lejanía de los hospitales y con ello las complicaciones que pudieran tenerse de registrarse brotes importantes.

Pero aparte que existen centros de salud, que si bien quedan en distancias más accesibles, carecen del equipo suficiente para hacer frente a un paciente con síntomas graves por Covid-19.

La prohibición de tradiciones generó miedo

Al inicio de la contingencia sanitaria y las medidas de distanciamiento social, vigentes desde el 23 de marzo de este año, a las comunidades se les prohibieron las fiestas tradicionales con las cuales agradecen a la madre naturaleza y piden una buena cosecha.

Eso impactó en lo anímico, pues generó miedo e incertidumbre, aunque no necesariamente se dejaron de hacer por completo, platica Elvira.

“Las fiestas son muy importantes y vitales para la comunidad por el aspecto espiritual que se tiene. Son para pedir salud, para que haya buena cosecha, para agradecer. Pero ante la prohibición, no queda más que dar la información de los cuidados y que tomen las medidas necesarias”, agrega.

“En nuestra cosmovisión el correr, cantar, danzar, no puede detenerse por la conexión que hay con la madre tierra”, añade por su parte Irma.

Una de las festividades recientes la explicó Eva Pérez, mujer rarámuri, promotora de la salud y lideresa en Bosques de San Elias Repechique, municipio de Bocoyna.

En principio el temor era claro porque desde las autoridades habían dicho a la comunidad que todos los participantes en fiestas se iban a enfermar, pero no fue así y lograron desarrollar una danza con matachines y pascoles y con ello prepararse para lo que sea.

“Con eso no queda más que aceptar la enfermedad y hacerle frente, pero también valorar más la salud, el amanecer, el tiempo y la vida”, reflexionó Elvira.https://www.youtube.com/embed/eyvD4E2rUa8?feature=oembed

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