Por Horacio Almanza Alcalde*
— Que bueno que se ha despertado tanta solidaridad con los agricultores y el agua, pero el tema de las válvulas es el menor de los problemas, en dos meses se nos habrá olvidado. Si realmente estamos preocupados por los agricultores y por el agua, debemos de pensar en los problemas de fondo.
Uno es reconocer que estamos en un desierto y que los cultivos forrajeros (como la alfalfa, y el maíz forrajero), la ganadería, los megacultivos capitalistas como la manzana y el nogal, sin mencionar la minería y el propio crecimiento urbano desordenado, dejarán en un futuro no muy lejano no sólo exhaustas las presas sino también el agua del subsuelo en todo el estado.
Otro es el abuso de agroquímicos para sostener estos cultivos que afectan nuestra salud, permean al subsuelo, contaminan el agua y reproducen la salinización de los suelos al usarse para riego. Pronto no sólo no habrá agua, sino viviremos en un páramo de suelo erosionado e infértil.
Otro es que la zona de captación de agua está siendo degradada, los bosques están siendo inmisericordemente talados y sus suelos se están deslavando para ir a asolvar las presas, perdiendo la capacidad de almacenar más agua.
Otro, la corrupción de los gobiernos que han permitido que se enquisten grupos de poder en el campo, propiciando el tráfico de concesiones de agua, perforando pozos ilegales, sembrando nogaleras y manzanales de forma desmesurada y permitiendo la instalación de la Heineken en Meoqui, nuevamente succionando el agua insaciablemente.
Entre otras omisiones, la dupla Duarte-Peña Nieto incumplió con el pago de agua a los EEUU durante dos quinquenios, heredando un problema mayor. Otra, que la CONAGUA ha sido cómplice, no está diseñada para atender las zonas áridas o semidesérticas y su acción se vuelve opaca e ineficiente. Es urgente que esté a la altura del desafío y se apruebe la nueva Ley de Aguas ciudadana.
Gobierno del Estado mandó hacer un plan hídrico del que resultaron excelentes propuestas, que no ha querido aplicar, pero sí da entrada a las cerveceras, tolera la depredación de los bosques de la Tarahumara y busca sacar raja electoral del conflicto de la Boquilla. Es ampliamente sabido que en la Sierra Tarahumara se produce el agua que riega la agricultura de los valles del este y del oeste, mientras los pueblos indígenas este año perdieron sus cultivos. Para ellos no hay justicia ambiental y por ellos no hay ni quien marche.
En fin, hay más temas de fondo, pero la realidad es que no hay agua que alcance con nuestro modelo civilizatorio y con los acaparadores que se nos presentan como emprendedores respetables y ahora como políticos redentores.
Mucha gente de buena voluntad, incluyendo activistas de izquierda, ahora están apoyando, sin darse cuenta, las arengas de Madero Muñoz, Riggs, Mata, y otros aspirantes a puestos electorales. Son ellos (y los priístas ni que decir) quienes históricamente causaron el problema y los que ahora nos vienen a decir que sus intereses son nuestros intereses, nos vienen a contar mentiras (como que se agotó el agua para el ciclo agrícola) y a propiciar la violencia que enciende nuestras pasiones y nos impide pensar bien el problema.
Sí, responsabilizar a la guardia nacional es políticamente muy redituable y nos hace ver como pensadores críticos, pero eso no es ni un pelo del problema.
En cambio, ver el agotamiento de agua en su complejidad no despierta nuestro regionalismo. Pero que bueno que se alborotaron nuestras ansias de justicia campesina y ambiental, por que tenemos un ecosistema que restaurar, una economía y grupos de poder que regular, un estado de derecho que hacer respetar, una agroindustria de químicos que combatir, una reconversión productiva que practicar, un modelo de vida que transformar, y muchos caciques delincuentes que hacer rendir cuentas, varios de los cuales quieren nuestro voto.
Gracias a quienes han dedicado su vida a ello, esas personas son las verdaderas héroas. Si queremos defender a los campesinos, al agua, al suelo, a los bosques y a nuestra soberanía alimentaria, hay que dejar de escuchar a los grillos y hacer la tarea difícil y tardada de comprender los problemas de raíz. #AguaParaTodos (Para todes).
*Antropólogo e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, con sede en Chihuahua.