Muere la derechohumanista Francisca Jiménez en Chihuahua

Por Dora Villalobos Mendoza

Chihuahua— Conciliadora, tolerante, ecuánime, prudente, generosa, alegre, espiritual, empeñosa, propositiva, soñadora y sobre todo tesonera, Francisca Paquita Jiménez Barrientos fue una chihuahuense que trascendió con un activismo que logró la inclusión de muchas personas, grandes y chicas, hombres y mujeres, de la ciudad y de la sierra, con muchas problemáticas en la mesa, buscando siempre la participación ciudadana, su lucha fundamental.

Y no se fue sin conseguir un logro sustancial. No ocultó su alegría cuando presentó, junto con el gobernador Javier Corral Jurado, la Ley por la Participación Ciudadana en noviembre de 2017. Ella fue la gran impulsora de esta Ley durante muchos años.

“Este es un momento histórico porque responde al esfuerzo de muchos años, de diferentes organizaciones de la sociedad que solicitaron al gobernador que las escuchara. La presentación de esta Ley es el resultado de ese diálogo. Chihuahua es una esperanza para México porque aquí se construye un nuevo modelo de Gobierno para reformar el poder en favor de la ciudadanía. Esta Ley ha generado que muchas personas le apuesten a Chihuahua a favor de un buen Gobierno y de la participación ciudadana, pero también hay personas que esperan que este modelo fracase y que no tenga éxito porque es un modelo distinto de gobernar en el país. Estoy convencida que de la mano de las y los demócratas de Chihuahua y de México este modelo va a triunfar por el bien de Chihuahua y para la salud de la República”, resaltó entusiasmada durante su participación en la ceremonia de presentación.

Lograr la Ley de Participación Ciudadana no fue fácil. El camino fue largo y difícil. Sin tenerlo bien claro, Paquita inició su camino al activismo hace treinta años, en 1990, cuando encabezó un movimiento en el Panorámico, su colonia, donde intentaron instalar una tratadora de aguas negras para regar los campos de golf de un centro recreativo privado que está en la zona. El grupo de la colonia luchó duro. Fue a los medios, cabildeó, protestó y logró revertir el proyecto.

Paquita le agarró sabor a la lucha. La Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos (Cosyddhac) fue la primera organización que la cobijó. Llegó en 1992 y permaneció ocho años que le sirvieron de escuela derechohumanista. Ahí aprendió qué son y cómo se defienden los derechos humanos. Nunca abandonó esta línea. Los derechos humanos fueron el motor que la llevó a muchas causas. Ahí tuvo el primer contacto con comunidades de la Sierra Tarahumara, tierra que se le metió en el alma y que nunca abandonó. Con toda seguridad en Baborigame, municipio de Guadalupe y Calvo, la están llorando.

Igual abrazó luchas campesinas e indígenas, que protestas de deudores de la banca, causas de mujeres, peticiones de migrantes y, sobre todo, acciones en pro de la transparencia y la participación ciudadana.

Se integró al Movimiento Estatal de Mujeres, donde luchó codo a codo con las feministas de Chihuahua en busca de mejores condiciones para las mujeres, sobre todo acciones para combatir la violencia de género.

Originaria de La Esmeralda, municipio de Ojinaga, pintoresco pueblo que destaca por el verdor de sus enormes árboles en medio del desierto, emigró a la ciudad de Chihuahua muy pequeña. Aquí estudió Relaciones Comerciales en el Instituto Tecnológico de Chihuahua.

En 2001 nació la Red por la Participación Ciudadana, organización que se convirtió en el motor de su lucha y en la casa de muchos otros grupos porque a nadie le negó nunca hospedaje y apoyo. La Red se convirtió en el espacio donde cualquiera podía llegar y encontraba siempre café caliente y sonrisas sinceras.

Igual cobijó organizaciones de jóvenes, que mujeres desamparadas y proyectos difíciles que fructificaron y se diseminaron en todo el estado.

Gracias a su personalidad serena, conciliadora, tolerante, se le facilitó siempre trabajar en equipo. Por eso participó en la creación de redes. Impulsó la Red del Norte de México, la Red de Mujeres por la Ciudadanía Plena y la Red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos.

Insistió siempre en la necesidad de transparentar la función pública, por eso el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IFAI) la invitó a participar en procesos para la construcción de ciudadanía y de consulta.

Inquieta, insistente siempre en el avance de la transparencia, promovió un observatorio para exigir la rendición de cuentas en el Congreso del Estado.

Un tiempo se fue a la Ciudad de México, con el sacerdote Camilo Daniel, quien la invitó a participar en la Comisión Episcopal de Pastoral Social del Episcopado Mexicano. Camilo cuenta que el compromiso de Paquita, el tesón y, sobre todo, una capacidad inmensa para convencer, la llevó a tener una cercanía con obispos que la escuchaban y la consideraban de gran influencia en sus decisiones.

Incansable, comprometida, trabajadora, participó en varios consejos ciudadanos, como el Consejo Técnico Consultivo de la Ley Federal de Fomento a las actividades de las OSC, el Comité Ciudadano para la Reforma Electoral, el Consejo Consultivo del Instituto Chihuahuense de las Mujeres y la Junta Local del Instituto Federal Electoral.

Participó activamente la Unión Ciudadana, organización que luchó en contra de la corrupción y también en la Alianza Ciudadana por Chihuahua que llevó a Javier Corral a la gubernatura.

Paquita falleció este viernes a los 62 años de edad tras una larga batalla contra el cáncer. Le sobreviven su esposo Luis Eduardo Manzanera Quintana, dos hijos y una hija: Luis Eduardo, Linda Isabel y Daniel Alfonso.

Hasta siempre querida Paquita!!!!!

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