Por Cristina Cabrejas / EFE / Religión Dgital
— La rehabilitación por parte de la Iglesia del sacerdote, teólogo y poeta Ernesto Cardenal, fallecido este domigo a los 95 años, llegó hace justo un año cuando enfermo, postrado en una cama de hospital, recibió la retirada de todas sanciones canónicas por parte del Papa Francisco.
Hasta ese momento, la imagen de Cardenal que había quedado plasmada en la Iglesia era la de aquel 4 de marzo de 1983, arrodillado ante Juan Pablo II que apuntaba su dedo contra él en el aeropuerto de Managua y le recriminaba delante de todos: “Debes adaptarte regularmente a las normas de la Iglesia”.
Juan Pablo II amonesta a Ernesto Cardenal en 1983. Foto: AP/Archivo
EL CASTIGO DE JUAN PABLO II
Cardenal no sólo era uno de los máximos impulsores de la Teología de la Liberación -que indicaba la necesidad de que la Iglesia se dedicase a los más pobres pero que las instancias vaticanas condenaban acusada de caer en al marxismo- sino que también desobedeció a la Santa Sede al ser nombrado ministro de Cultura inmediatamente después de la victoria del sandinismo de Daniel Ortega.
Algunos meses después de la escena del aeropuerto, Juan Pablo II emitía la mayor sanción que se puede dar canónicamente, la retirada del sacerdocio, al igual que ocurrió con su hermano, el jesuita padre Fernando Cardenal, quien fue el ministro sandinista de Educación, y el padre Miguel d’Escoto.
El papa polaco decidió imponerles la censura a divinis por violar el canon 285.3 del Código de Derecho Canónico en el que se “prohíbe a los clérigos asumir cargos públicos que compartan una participación en el ejercicio del poder civil”.
Tanto Fernando Cardenal como el padre D’Escoto fueron readmitidos en la Iglesia tras abandonar sus compromisos políticos y solicitar al papa Francisco que fuese levantada su suspensión.
EL PERDÓN DE FRANCISCO
Sin embargo Ernesto Cardenal aseguraba en 2017 en una entrevista que no le interesaba el perdón de la Iglesia.
Sólo el año pasado, sin una comunicación oficial, el nuncio (embajador del papa) en Nicaragua, Stanislaw Waldemar Sommertag, se presentaba el 2 de febrero en el hospital donde Cardenal estaba ingresado para informarle de que Francisco había cancelado todas las sanciones canónicas que habían existido contra él durante 35 años.
El nuncio en Nicaragua, Stanislaw Waldemar Sommertag, informó a Cardenal que Francisco había cancelado todas las sanciones canónicas hacia él. Foto: Especial
El nuncio le ofreció celebrar la primera misa juntos después de más de tres décadas y así lo hizo desde una cama de hospital.
También hasta el hospital llegó el obispo auxiliar Silvio José Báez, que ahora por decisión del papa ha salido de Nicaragua y se encuentra en Roma ante las continuos amenazas, se arrodilló frente a la cama de Cardenal para pedir su bendición.
El nuncio en Nicaragua explicó en un comunicado que Cardenal había pedido “ser readmitido al ejercicio del ministerio presbiteral” y que el “el Santo Padre ha concedido con benevolencia la absolución de todas las censuras canónicas impuestas al padre Ernesto Cardenal”.
“El padre Cardenal ha estado 35 años bajo suspensión del ejercicio del ministerio debido a su militancia política. El religioso aceptó su pena canónica que le fue impuesta y se ha atenido siempre a ella, sin llevar a cabo ninguna actividad pastoral. Además, había abandonado desde hace muchos años todo compromiso político”, concluía la nota.
LA REHABILITACIÓN DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
El papa Francisco concluía así con rehabilitación total de los miembros de iglesia nicaragüense aliados con la revolución sandinista y exponentes de la Teología de la Liberación denostada en pasado.
Importantes han sido otros gestos de Francisco como el acercamiento con el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez Merino, considerado uno de los creadores de la Teología de la Liberación.
En junio de 2018, Francisco enviaba una carta a Gustavo Gutiérrez Merino para felicitarle por sus 90 años y en ella le expresaba su gratitud por haber contribuido a la Iglesia y a la humanidad, a través de su servicio teológico y de su amor preferencial por los pobres y los descartados de la sociedad.
Bajo el pontificado de Francisco se ha canonizado también al arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por los Escuadrones de la Muerte, y cuyo proceso de canonización fue obstaculizado durante años por aquellos que en la Curia romana lo consideraban un miembro de esta corriente teológica.
Durante su viaje a Panamá en enero de 2019 conversando con un grupo de jesuitas, el papa Francisco aseguraba: “Nosotros los viejos nos reímos cuando vemos las preocupaciones que tuvimos con la teología de la liberación. Lo que por ahí fallaba era la comunicación hacia afuera de cómo estaban las cosas en verdad. Había muchas maneras de interpretarla. Aunque es verdad que algunos cayeron en el análisis marxista”.
Los restos de Cardenal serán incinerados y reposarán en Solentiname
Los restos del poeta y sacerdote trapense Ernesto Cardenal, una de las máximas figuras de la literatura latinoamericana, serán cremados y descansarán en un archipiélago del Gran Lago de Nicaragua, país que permanecerá tres días en duelo por su fallecimiento.
Cardenal falleció ayer en un hospital de Managua, como producto de un ataque cardíaco relacionado con su avanzada edad, 95 años, dejando un legado literario que en 2010 le mereció ser candidato al Premio Nobel de Literatura, por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
El Gobierno de Nicaragua decretó tres días de duelo nacional por la muerte del autor de la “Hora cero”, a pesar de que este se consideraba un “perseguido” político del presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, por las críticas del sacerdote, que crecieron con la muerte de cientos de personas durante manifestaciones antigubernamentales, a partir de 2018.
La decisión del Gobierno nicaragüense fue criticada por algunos allegados y admiradores de Cardenal, que la consideraron contradictoria con su trato al sacerdote.
El archipiélago de Solentiname, que albergará las cenizas de Cardenal, es un lugar paradisíaco, donde el poeta convirtió una comunidad de pescadores en una de artistas con profunda convicción religiosa.
El sacerdote fundó la comunidad en Solentiname a la vez que apoyaba la lucha contra la dictadura somocista, en la década de 1970, antes de ser titular de Cultura con el Gobierno sandinista, entre 1980 y 1990, también dirigido por Ortega.
Por su participación en aquel Gobierno el papa Juan Pablo II lo castigó “A divinis” en 1985, y fue indultado por el papa Francisco en 2019.
Solentiname le dio muchas alegrías a Cardenal, pero también incomodidad, ya que en las últimas dos décadas, nuevamente bajo un Gobierno de Ortega, pero ahora distanciado del presidente a causa de las críticas, el poeta enfrentó juicios legales que buscaron dejarlo sin sus propiedades en el archipiélago y enviarlo a prisión.
El fallecimiento del autor de “Oración por Marilyn Monroe y otros poemas” fue lamentado por otros dos referentes de la literatura nicaragüense y latinoamericana, Sergio Ramírez y Gioconda Belli.
“Al morir Ernesto Cardenal pierdo a un hermano mayor, amigo entrañable y vecino de muchos años, un guía moral, un modelo literario, y con él se va parte esencial de mi propia historia”, dijo el Premio Cervantes, Ramírez, quien era vecino cercano y se intercambiaba escritos con el poeta.
La escritora y poeta Belli se sinceró y dijo que “me hace llorar ver las fotos de Ernesto, mientras escribo esta introducción a mi despedida para él, una despedida que escribí en febrero, cuando pensamos que se moría y nos sorprendió regresando a la vida con más bríos y más dulzura”.
“Ahora sí, ya no volvió, pero se queda con su magnífica poesía con nosotros, pero claro, no será lo mismo que verlo, que oírlo. Nunca entenderé la muerte”, agregó Belli.
El cuerpo del miembro de la Legión de Honor en Grado de Oficial por el Gobierno de Francia , ganador del prestigioso Premio Reina Sofía de Poesía y del Premio Internacional Mario Benedetti, será velado hoy en una funeraria de Managua, y recibirá una misa en su honor mañana en la catedral de la capital nicaragüense.
El que hasta ayer fue el poeta vivo más prestigioso de Latinoamérica será trasladado a su amado Solentiname el fin de semana.