Por TIM ARANGO , NICHOLAS BOGEL-BURROUGHS y KATIE BENNER /The New York Times
—Noventa minutos antes de que la primera llamada del 911 alertara a las autoridades de un tiroteo contra una multitud en un Walmart de El Paso, Texas, apareció en internet un manifiesto lleno de odio contra los migrantes.
El texto hablaba de una “invasión hispana de Texas” y detallaba un plan para dividir a Estados Unidos en territorios por raza. Advertía que personas extranjeras estaban tomando el lugar de la gente blanca.
Las autoridades estuvieron analizando meticulosamente la extensa diatriba de 2300 palabras el sábado en un intento por determinar si su autor es el mismo hombre que mató a veinte personas y lesionó a veintiséis más cerca de la frontera con México.
La policía interrogó al presunto asesino, Patrick Crusius, un hombre blanco de 21 años de Allen, Texas (que se encuentra a diez horas en automóvil del Walmart donde ocurrió el tiroteo) y una de las muchas preguntas de los investigadores es qué lo llevó al centro comercial en El Paso.
El manifiesto, que podría estar vinculado con Crusius, describía un ataque inminente y criticaba a los inmigrantes: “Si podemos deshacernos de suficientes, entonces nuestra forma de vida puede ser más sustentable”.
En los últimos meses, desde Nueva Zelanda hasta Pittsburgh y hasta una sinagoga en Poway, California, hombres blancos resentidos han encarado asesinatos en masa para manifestar su odio a inmigrantes, judíos y otras personas a las que ven como una amenaza para la raza blanca.
El manifiesto del sábado, que se titula La verdad incómoda y no incluye el nombre de su autor, está directamente inspirado en el asesinato en masa de musulmanes en dos mezquitas de Nueva Zelandaen marzo, en el que perdieron la vida 51 personas. En ese ataque, el presunto homicida publicó un manifiesto en internet que promovía una teoría supremacista blanca llamada “la gran sustitución”. Esta teoría ha sido promovida por un escritor francés llamado Renaud Camus, y argumenta que las élites en Europa han estado trabajando para sustituir a los europeos blancos con inmigrantes del Medio Oriente y el norte de África.
Christchurch se ha convertido en un grito de guerra para extremistas de todo el mundo.
El manifiesto muy posiblemente vinculado con los asesinatos de El Paso inicia con las siguientes palabras: “En general, apoyo al tirador de Christchurch y su manifiesto. Este ataque es una respuesta a la invasión hispana de Texas”.
El atacante que abrió fuego contra una sinagoga en Poway, California, cerca de San Diego, en abril, publicó una diatriba antisemita en 8chan, el mismo foro en línea donde apareció el documento de El Paso. El manifiesto de Poway repetía las palabras del homicida de Christchurch y también se inspiraba en la masacre de la sinagoga de Pittsburgh de octubre pasado. En ese tiroteo, el autor estaba en contra de los inmigrantes, los judíos y otros grupos.
El ataque de El Paso, si el manifiesto está vinculado con el francotirador, acentúa potencialmente la propagación mundial de la ideología supremacista blanca en la era de las redes sociales, en un momento en el que la inmigración en Estados Unidos y en todo el mundo se ha vuelto un asunto político divisorio.
El sábado, poco después de que el francotirador disparara contra la multitud, las cuentas de LinkedIn y Facebook de Crusius fueron cerradas. Después de que su cuenta en LinkedIn se cerró, circuló una página que parecía ser de hace varios años, donde Crusius parecía ser un joven perdido.
Cuando estaba en el bachillerato, Crusius escribió en LinkedIn: “En realidad no estoy motivado a hacer nada más que lo que es necesario para salir adelante. El trabajo en general apesta, pero creo que una carrera en el diseño de programas informáticos estaría bien para mí. Paso unas ocho horas diarias frente a la computadora así que supongo que eso cuenta como experiencia tecnológica”.
La publicación concluía así: “Con toda seguridad, creo que veré lo que las carreras de tecnología me pueden ofrecer; iré a donde el viento me lleve”.
Si se determina que el manifiesto está vinculado con el autor del tiroteo de El Paso, las autoridades federales pueden considerar el ataque del sábado como un crimen de odio o un incidente de terrorismo nacional.
El FBI ha declarado que han muerto más estadounidenses debido a ataques terroristas nacionales que en ataques terroristas internacionales desde el 11 de Septiembre, y que el terrorismo doméstico está cada vez más motivado por la ideología supremacista blanca.
En julio, el director del FBI Christopher Wray declaró ante el Congreso de Estados Unidos que el buró había arrestado aproximadamente a cien personas por terrorismo nacional en los primeros tres trimestres del año, lo que suma casi el mismo número de detenciones internacionales en el mismo periodo. La agencia de investigación prevé que arrestará más personas por este motivo en 2019.
Ninguna agencia estadounidense es responsable de identificar organizaciones de terrorismo a nivel nacional y no hay ningún delito penal asociado con este acto. A los individuos considerados terroristas domésticos se les imputan delitos con base en otras leyes existentes, como crimen de odio o violación de leyes relacionadas con armas de fuego o asociación delictuosa.
Los funcionarios han dicho que los terroristas domésticos siguen radicalizándose en línea, donde pueden alinearse con otros extremistas, encontrar inspiración y los recursos que necesitan para actuar.
Hasta ahora, la investigación de la masacre de El Paso está a cargo del estado de Texas, con asistencia del departamento local de alguaciles, el FBI, la Patrulla Fronteriza y otras agencias. Durante una conferencia de prensa el sábado por la tarde, las autoridades judiciales dijeron que estaban analizando la posibilidad de imputarle al asesino el delito de asesinato capital.
“Sin hablar sobre este ejemplo específico, que todavía está siendo investigado, la narrativa del manifiesto está motivada por el racismo, la intolerancia y la división”, comentó Veronica Escobar, congresista que representa a El Paso. “Históricamente, El Paso ha sido una comunidad muy segura. Durante décadas estuvimos seguros. Continuaremos estándolo”. Y agregó: “Esta es una persona que vino de afuera de nuestra comunidad para dañarnos”.
El sábado, los asesinatos en masa estuvieron relacionados nuevamente con raza e inmigración, dos asuntos polarizantes.
Las palabras del manifiesto —que hacía referencia a la teoría de “la gran sustitución”— repitieron la consigna que se escuchó durante un mitin de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia en 2017: “Los judíos no ocuparán nuestro lugar”.
El autor del manifiesto también sugirió que los demócratas en Estados Unidos tienen una estrategia para lograr una mayoría permanente para dar cabida a la creciente población hispana, una idea que ha ido ganando terreno en los programas de radio de derecha desde hace años.
El manifiesto decía que el homicida planeaba usar un rifle AK 47, el mismo que se ha utilizado en varios tiroteos contra multitudes. El documento de cuatro páginas mencionaba que los políticos de ambos partidos tenían la culpa de la “podredumbre de adentro hacia afuera” en Estados Unidos y que “la enorme población hispana en Texas nos volverá un bastión demócrata”.
El manifiesto también despotricaba en contra de la automatización y estaba a favor de un argumento que se escucha con regularidad en los círculos antiinmigrantes: que los inmigrantes les están quitando los empleos a los “nativos”.
“Mis opiniones sobre automatización, inmigración y demás anteceden a Trump y su campaña para presidente”, afirmaba el documento.